Varios académicos de la RAE han mostrado su descontento con las polémicas palabras vertidas "de forma injustificada" por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero (i), contra Santiago Muñoz Machado (2d)
Cisma en Arequipa: académicos de la RAE censuran el "fervor político" del "pueblerino" García Montero por atacar a su director
El cruce de acusaciones con el Instituto Cervantes hace aflorar un caso de rivalidad personal y desata el miedo a que el Gobierno "colonice" la Academia.
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Un rumor recorre la sala. Los asistentes al Foro de la Nueva Economía, celebrado en Madrid, se miran con rostros que bailan entre la inquietud y el asombro. "¿Ha dicho lo que creo que ha dicho?", se pregunta uno. "No sé cómo seguir", confiesa el moderador con una sonrisa nerviosa. Estalla una carcajada general que descarga la tensión. Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, acaba de soltar una bomba contra la RAE.
La pregunta era sencilla, casi inocente: "¿Cómo se llevan los directores de ambas instituciones?". "Yo, como filólogo, estaba acostumbrado a hablar con Fernando Lázaro Carreter, Víctor García de la Concha y Darío Villanueva. Grandes hombres de la cultura. Pero ahora la RAE está en manos de un catedrático de Derecho Administrativo experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias. Eso, personalmente, crea unas distancias".
El daño estaba hecho. Nadie entendía la puñalada contra Santiago Muñoz Machado, director de la RAE. Ni por las formas ni por el timing: apenas cinco días antes de la celebración del X Congreso Internacional de la Lengua Española en Arequipa, Perú. Paradójicamente, un encuentro organizado de forma conjunta por la RAE y el Instituto Cervantes, entre otras instituciones.
Santiago Muñoz Machado, director de la RAE y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). E. E.
Efectivamente, García Montero y Muñoz Machado son perfiles opuestos. El primero representa la tradición literaria y académica del mundo de las letras. Militante del Partido Comunista desde su juventud y cofundador del movimiento poético 'La otra sentimentalidad', fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía en 1994 por su poemario Habitaciones separadas.
Pedro Sánchez lo puso en 2018 al frente del Cervantes por su afinidad ideológica. Porque, recordemos, el organismo es una institución pública creada en 1991 y dependiente de Exteriores que tiene un marcado perfil político.
Muñoz Machado, por su parte, fue elegido en 2018 tras desbancar al periodista Juan Luis Cebrián en una votación en la que obtuvo 22 votos frente a 13. Se convirtió así en el primer director no lingüista de la RAE desde Pedro Laín Entralgo, en los años ochenta. Jurista de profesión y catedrático de Derecho Administrativo por la UCM, era, y es, socio fundador del bufete Muñoz Machado Abogados.
Los académicos de la RAE consultados por EL ESPAÑOL aseguran que cuando Muñoz Machado tomó las riendas, la situación económica de la Academia era deplorable. Necesitaban un gestor, no un catedrático de filología. "Nos sobran los filólogos y los artistas. Muñoz Machado ha conseguido sacarnos de un bache económico muy grave gracias a su trabajo de gestión. Es lo que necesitábamos", señala uno de ellos. Otro recuerda que "fue reelegido en 2022", lo que avala su aceptación entre los académicos.
Precisamente ese apoyo se vio refrendado en la víspera del comienzo del CILE en Perú. La RAE emitió un durísimo comunicado oficial tachando de "agresión" las palabras de García Montero. "El pleno ha acordado por unanimidad manifestar su absoluta repulsa por sus incomprensibles manifestaciones, por completo desafortunadas e inoportunas. Ofende a la RAE y a la Asociación de Academias de la Lengua Española la agresión a su director y presidente, que ha desarrollado una labor extraordinaria en los siete años que lleva al frente de ambas instituciones".
La polémica pudo acabar ahí, pero García Montero volvió a cargar las tintas una vez inaugurado el CILE. "Ya habrá tiempo de hablar no sólo sobre el director, sino sobre el sucesor que se está preparando y que tiene mucho que ver con el comunicado que la RAE hizo el otro día", soltó en una rueda de prensa ante un atónito Muñoz Machado que se limitó a contestar: "Ni idea".
¿Qué quería decir García Montero con eso? ¿Acaso existe una guerra de sucesión para elegir a un sustituto de Muñoz Machado pese a que el reglamento de la RAE es claro en su procedimiento?
Precisamente uno de los nombres que ha sonado como potencial sustituto de Muñoz Machado es el del periodista Juan Luis Cebrián, fundador de El País, exdirector del Grupo PRISA y académico de la RAE desde 1996. Cebrián se presentó a las elecciones para presidir la RAE en 2018 pero fue derrotado por 9 votos de diferencia.
(De izq a der) Luis García Montero, José Manuel Albares y Santiago Muñoz Machado.
Preguntado durante la celebración del CILE en Arequipa, Luis García Montero aseguró a El Cultural que la alusión a la sucesión provenía de un artículo publicado en InfoLibre donde, según él, "se explicaba muy bien" toda la problemática.
Se refería al reportaje La Generalitat concede el XX Premio Blanquerna a Luis García Montero, en el que se atribuye a fuentes de la RAE el conocimiento de que Juan Luis Cebrián se estaría postulando para sustituir a Santiago Muñoz Machado en diciembre de 2026 "al contar, en principio, con mayores apoyos que este".
El texto añade que "algunas fuentes adjudican incluso al propio Cebrián el comunicado de respuesta de la RAE tras las palabras críticas del director del Cervantes la semana pasada". No obstante, ninguna fuente consultada puede confirmar esta premisa.
El propio Cebrián se ha posicionado –sin dar detalles sobre su posible candidatura– en una columna publicada por The Objective. "Lo que debía haber sido una celebración del idioma [...] se ha convertido en un semillero de disputas y un sembradero de intrigas. Lo peor es que ha sido propiciado por una dependencia del Estado gobernada y dirigida por el Ministerio de Asuntos Exteriores, al alimón con el de Cultura".
"No es ningún secreto que se comenta quién podría ser el sucesor", señala de forma anónima un veterano académico de la RAE en conversación con este diario. "Lo de Cebrián se especula porque fue candidato frente a Muñoz Machado. Pero puedo asegurar que nadie está preparando desde dentro ninguna sucesión. Sería quemarse antes de tiempo. Incluso cabe la posibilidad de que Muñoz Machado intente un tercer mandato. No sería la primera vez que ocurre pese a no estar en los estatutos".
Y añade: "Siempre que hay elecciones se presentan varios perfiles. Eso ocurrirá el año que viene. Sacar esto ahora, cuando aún queda tan lejos, y encima en el contexto del Congreso internacional de la lengua, me parece que sólo busca enturbiarlo todo. Es demencial".
Disputas competenciales y políticas
Aunque ambas instituciones están llamadas a complementarse en la defensa y promoción del español, su relación ha estado marcada por las tensiones competenciales. Desde la creación del Instituto Cervantes en 1991 –más de dos siglos y medio después de la fundación de la RAE, en 1713– ha habido una pugna soterrada por el liderazgo en la política lingüística, esencialmente en el exterior.
Mientras la RAE reivindica su legitimidad panhispánica argumentando que está respaldada por las 22 academias de la lengua americana, el Cervantes –que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores, es decir, del Gobierno de turno– enfatiza su red global de centros y su rol como brazo diplomático y cultural del Estado.
Esta fricción se ha manifestado en varias ocasiones. Ya en el IX Congreso de la Lengua Española, celebrado en Cádiz en 2023, ambos directores ofrecieron ruedas de prensa separadas. En una de ellas, Santiago Muñoz Machado reconoció "momentos de tensión" relacionados "con determinadas formas de ser y con personalidades".
El conflicto de fondo radica en la distribución de los recursos, la visibilidad internacional de cada institución y en la cuestión de quién debe coordinar la proyección global del idioma: si la institución normativa histórica o el organismo estatal de diplomacia cultural del Gobierno.
Además, las diferencias también son ideológicas y de enfoque. La RAE ha mantenido una postura firme contra el lenguaje inclusivo, rechazando el uso de terminaciones como la 'e', la 'x' o el desdoblamiento sistemático de género. García Montero, si bien no abraza abiertamente estas modificaciones inclusivas, se ha mostrado más receptivo a la evolución del lenguaje.
Asimismo, el Instituto Cervantes promueve activamente las lenguas cooficiales –catalán, gallego y euskera– en sus centros internacionales y su director ha criticado la "cerrazón" de quienes no reconocen "la riqueza del plurilingüismo en España".
Mientras que Muñoz Machado ha advertido que la "discriminación positiva" de estas lenguas tiene límites constitucionales y ha defendido el uso de topónimos tradicionales en castellano (Lérida, Gerona, Vizcaya) frente a las formas promovidas por las lenguas regionales.
No obstante, las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL aseguran que, "si bien hay voces muy distintas, de uno u otro lado, las relaciones de la Academia con la Academia Valenciana de la Lengua, con el Instituto de Estudios Catalanes y con la Real Academia Gallega son muy buenas. Sería un error que por un debate así se enturbiaran. Pero esto es España: echas una cerilla y todo estalla".
La colonización lingüística del Gobierno
El escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte, miembro de la Academia, ha sido uno de los primeros en poner el grito en el cielo tras el rifirrafe institucional entre el Cervantes y la RAE. En su opinión, la "agresión" de García Montero viene motivada por una estratagema política auspiciada directamente desde Moncloa.
"Exteriores, a través de su mediocre y paniaguado director del Cervantes, una criatura de Albares, pretende meter mano ahí; colonizar el ámbito natural de la RAE abriéndose paso a codazos para protagonizar la fotografía. Y, a ser posible, de cara al futuro próximo, prepararse para controlar también la Academia, si se le permite hacerlo. O sea, ponerla a su servicio y contaminarla como han hecho con todas las instituciones españolas".
Todo ello estaría motivado, en palabras de Reverte, por "la incompetencia de los sucesivos ministros de Exteriores, en especial del último, que nos ha hecho perder la América hispana". Y añade que "el único vínculo de prestigio diplomático que aún se mantiene con ella, gracias a la RAE, es la lengua española".
Una tesis que también defienden Cebrián, que critica a "los caciques y los aprendices de autócratas", los cuales, "para saciar sus apetitos" lo primero que hacen "es destruir las instituciones hasta que se dan cuenta de que les basta con apropiarse de ellas", y Fernando Savater, que si bien no es académico, también ha denunciado que García Montero "es un mandado de un Gobierno que quiere colonizar la RAE".
Sin embargo, esta tesis es difícil de sostener, según señalan otros académicos, ya que la relación de la RAE con el Gobierno bajo el mandato de Muñoz Machado ha sido excepcional. La institución, que recibía casi 4 millones de euros anuales del Estado entre 2007 y 2012, vio reducida su financiación pública a apenas 1,6 millones de euros tras los recortes de la crisis. Con la llegada de su actual director se emprendió una intensa renegociación que dio frutos muy provechosos.
Tensión entre García Montero y Muñoz Machado en el Congreso de la Lengua en Arequipa
Muñoz Machado ha mantenido en todos estos años numerosas reuniones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con miembros de su gabinete. En marzo de 2019, el Ejecutivo anunció que aportaría 5 millones de euros para ese año, una cantidad que Muñoz Machado calificó como un "rescate".
Posteriormente, en un acuerdo aprobado en el Consejo de Ministros, se estableció una financiación de 5 millones de euros anuales durante 2020, 2021 y 2022, más la asignación ordinaria de 1,66 millones de euros prevista en los Presupuestos Generales del Estado.
"En ninguna época ha estado la RAE tan bien como con el Gobierno de Pedro Sánchez", señala un académico. "Mariano Rajoy nunca apareció por la RAE, y Sánchez ha ido varias veces. Las relaciones de la Academia con el Gobierno son muy buenas. No debe ser de otra manera".
Para esta fuente, el comentario fuera de lugar de Luis García Montero ha "alborotado" las relaciones institucionales entre el Cervantes y la RAE de forma innecesaria. "Se ha creado un problema donde no lo había. Todos nos preguntamos, ¿por qué? ¿Qué hay detrás? ¿Cuál es la mano que mece la cuna? Evidentemente, lo que se ha conseguido es que parezca que el Gobierno quiere manipular instituciones independientes".
Un cuarto académico se muestra muy crítico tanto García Montero como con la reacción mediática. "Todo esto es una falta de respeto. Hay un congreso importantísimo de la lengua y se está hablando de una bobada digna de 'Aquí hay tomate'. ¡Que hay algo político detrás! Es una degradación del debate. Es espectacular, hablar por hablar".
Enemistad y fervor político
La primera fuente asegura que lo que subyace no es una conspiración política, sino un patinazo. "Yo creo que García Montero no ha calibrado bien sus palabras. Se ha pasado de voluntarismo haciendo comentarios que nadie le ha pedido. Por pura torpeza. En un exceso de fervor político por su parte, ha realizado un esfuerzo no pedido por nadie para hacer méritos [de cara al Gobierno]".
En conversación con EL ESPAÑOL, Álvaro Pombo, premio Cervantes 2024, muestra una opinión similar. "Santiago Muñoz Machado es un hombre eminentemente digno e ilustrado que, en los últimos ocho años, ha demostrado ser una persona realista, administrativa, que nos ha animado a todos a trabajar por la causa del lenguaje. La discusión, por tanto, es absurda".
Pombo tampoco considera que exista una maniobra política detrás de las declaraciones de García Montero. "No lo creo. Lo que me parece es que el señor García Montero ha hecho un comentario desafortunado que, a mi juicio, es pueblerino. Una niñería de pueblo cerrada y antigua que tiene un punto de envidia".
Y añade: "Ambos son directores de dos instituciones muy diferentes pero importantes. Me parece cutre que un director se meta con otro. García Montero es un buen poeta. Yo le diría que no se comporte como un cateto, porque decir cosas como las que ha dicho, hablando de no sé qué amigos millonarios, no son propias del habla de los ilustrados. Pertenece al terreno de la chismografía".
Otro académico, también a condición de mantener su anonimato, apunta hacia una enemistad entre Muñoz Machado y García Montero: "Es una cosa personal. Hay una enemistad entre ellos. Se caen mal. Uno tiene envidia del otro. No se entienden, como la gente no se entiende con compañeros de su trabajo".
Para Luisgé Martín, exdirector del Instituto Cervantes en Los Ángeles, quien fue víctima de otra polémica por la censura de su libro El Odio, todo este debate le parece artificial. Achaca la magnitud de la crisis a la especulación vertida en diferentes medios de comunicación. "Luis García Montero es un ser humano, y eso quiere decir que tiene amistades, enemistades y mediopensionistas", señala a este diario.
"El comentario que ha incendiado toda la polémica fue simplemente un acto de sinceridad banal que puede ser criticado sin estridencia por quien quiera hacerlo. Pero tratar de ver detrás de ello una conspiración política para controlar la Academia o un enfrentamiento institucional de magnitudes bíblicas es como creer que la Tierra es plana. Nos gustan demasiado las teorías de la conspiración".