Fachada del edificio en el que residía Antonio Famoso. EFE/Kai Försterling
Antonio Famoso, el divorciado solitario que llevaba 15 años muerto en su piso tenía 2 hijos y seguía cobrando la pensión
Fuentes de la Policía Nacional han confirmado que "no existe carácter homicida" en el cuerpo del fallecido, aunque habrá que esperar para conocer las causas.
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Repleto de negocios locales y de bares de toda la vida, en el barrio de Fuensanta de Valencia casi todos los vecinos se conocen entre sí. Sin embargo, en un edificio de seis plantas y 12 puertas, la ausencia de Antonio Famoso había pasado desapercibida hasta que este sábado su cuerpo fue hallado en su domicilio más de una década después de su fallecimiento.
En los alrededores del portal número 6 de la calle Luis Fenollet pocos recuerdan cómo era Antonio. Teresa, vecina del barrio valenciano de Fuensanta, es una de las pocas que lleva en la zona "toda la vida". Ella, pese a no recordar cómo era físicamente, sí que se acuerda de su estilo de vida.
"Era un hombre sencillo pero también un hombre fantasma; paseaba, era amable, pero no hablaba mucho con los vecinos del barrio, tenía un aspecto descuidado", explica en declaraciones a EL ESPAÑOL.
Y aunque al contrario que Teresa muchas personas no llegaron a conocer quién era Antonio, "la incredulidad y la conmoción" del vecindario ante el suceso de este fin de semana es total.
"El sábado y el domingo esto estaba a reventar, todo lleno de policía y gente que venía a ver qué pasaba; ahora mira, ya no queda nadie", cuentan desde el Bar San Miguel, justo debajo del edificio en el que residía Antonio. Un establecimiento en el que no recuerdan al propio fallecido.
Este sábado, los bomberos irrumpieron en el domicilio del fallecido sin esperar encontrar a Antonio. Uno de sus vecinos alertó a su seguro de que había sufrido filtraciones como consecuencia de las fuertes lluvias del fin de semana. Pero fue un líquido de color negro y el mal olor procedente del sexto piso lo que le llevó a dar la voz de alarma.
Ni sus vecinos, ni los efectivos de bomberos y policía que entraron en la estancia se esperaban encontrar el cadáver en avanzado estado de putrefacción de Antonio rodeado de palomas en su propia casa.
"Es inexplicable que nadie lo echara de menos", cuestiona una vecina del edificio que asegura que incluso se plantearon contactar con su familia para ver si estaba bien tras tocar en alguna ocasión a su puerta y no recibir respuesta.
Pero, desde hace 30 años, Antonio no guardaba relación con su familia más cercana. El fallecido, nacido en Malagón, un pueblo de Ciudad Real, se separó de su esposa, con quien tenía un hijo y una hija. Sin embargo, no tenía contacto con ellos.
Ya en el barrio de Fuensanta, sus vecinos no recuerdan exactamente cuándo dejaron de verle, aunque creen que fue "a principios de la década de 2010".
En este sentido, parece que falleció hace quince años, pero no está del todo claro. Para ello, los propios vecinos se remiten a las imágenes de Google Maps.
Comparativa entre septiembre de 2012 (i) y febrero de 2014 (d). Google Maps
En ellas, se aprecia cómo en septiembre de 2012, en el sexto piso, el domicilio de Antonio, todavía están levantados los toldos; algo que a partir de la siguiente imagen, datada de febrero de 2014, ya no es así. Los toldos a continuar bajados hasta la actualidad.
De hecho, fuentes de la Policía Nacional, preguntadas por este diario, han confirmado que "no existe carácter homicida" en el cuerpo del fallecido, aunque habrá que esperar para conocer las razones de la muerte.
Además, también han corroborado en parte la versión vecinal, ya que aunque aseguran que Antonio llevaba "varios años fallecido" cuando fue hallado, no pueden especificar que muriera exactamente hace 15 años.
Pagaba sus deudas
"Es curioso porque era un hombre solitario, con aspecto huraño, pero incluso cuando no vivía nunca dejó una deuda sin pagar", plantea sorprendida Teresa. Algo en lo que concuerdan sus vecinos.
Durante los años en los que no se sabía que había fallecido, la Seguridad Social continuaba ingresando en su cuenta bancaria la pensión por jubilación, ya que nadie había comunicado el deceso a la administración.
Pagaba todos los recibos, incluso una vez que no pagó una derrama comunitaria, abonó una deuda de 12.000 euros, tal y como explican sus vecinos.
En su buzón, ubicado tras el pasillo de la entrada que conduce hacia las escaleras y el resto de correspondencias, ni rastro de cartas ni de publicidad, tan solo su nombre, "Antonio Famoso", y un número 12 de color rojo en el letrero.
Durante más de una década, sus vecinos lo han vaciado continuamente porque llegaron a pensar que Antonio "se había ido a una residencia". Sin embargo, nunca llegó a abandonar el domicilio en el que este sábado fue hallado su cadáver.