Antonio, yesero de Madrid que cobra 6.000 € al mes.

Antonio, yesero de Madrid que cobra 6.000 € al mes. Cedida

Reportajes

Antonio es yesero y cobra 6.000 € al mes porque ya nadie quiere dedicarse a su oficio: "Se pasa frío y calor, pero te da dinero"

Antonio lleva más de tres décadas en el oficio de yesero como autónomo y, aunque su sueldo es muy elevado, se siente abandonado por el Gobierno.

Más información: Kiki lleva 20 años siendo 'albañila': "No hay jóvenes en la construcción porque no quieren estudiar ni trabajar".

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El sector de la construcción en España ya no es un atractivo laboral entre los trabajadores, menos aún entre la población joven. El de yesero es un oficio que actualmente está muy demandado; sin embargo, ante la falta de profesionales, la oferta es muy escasa y los servicios tienen unos costos altos. Esto supone unos sueldos mensuales que rondan los 6.000 €.

Antonio es yesero de toda la vida. Vive en Madrid y es autónomo y, a pesar de que apenas tiene tiempo libre, ha atendido al teléfono de EL ESPAÑOL en un tono agridulce entre la amabilidad de su personalidad y el enfado con las administraciones del sector.

Un hombre que lleva en el oficio más de tres décadas y que siente una gran decepción ante la falta de compromiso del Gobierno español con la profesión. "Todo es culpa de este Gobierno que no se preocupa de los trabajadores", pronuncia. "Ha venido la crisis y a nosotros no nos han cuidado", añade.

A pesar de ello, Antonio se muestra agradecido porque no le falta trabajo, y asegura que gana entre los 5.000 y los 6.000 euros al mes. "No te voy a engañar, este trabajo te da dinero", confiesa en conversación con este periódico.

"Un trabajo de antiguos"

Según los últimos datos publicados en junio de 2025 por el Observatorio Industrial de la Construcción (OIC) de la Fundación Laboral de la Construcción, se está viviendo un aumento de personas ocupadas en el sector, que ya asciende a 1.479.111 trabajadores, un 4.3 % más con respecto al año anterior.

No obstante, los jóvenes ya no están interesados en el sector de la construcción. Según el Informe del Mercado de Trabajo de los Jóvenes menores de 30 años –elaborado por el Observatorio del SEPE a partir de los últimos datos del SISPE, tan sólo el 5.19 % de esta población se dedica al sector de la construcción.

Antonio asegura que la gente joven no quiere trabajar en el oficio porque no se garantiza una seguridad: "Prefieren trabajos de hostelería o de mozo de almacén en los que se cobra menos, pero que son más seguros", dice.

El de yesero es un trabajo muy físico con jornadas intensas que transcurren entre levantar peso y permanecer muchas horas de pie. Además, "estás todo el día mojado. En invierno se pasa frío y en verano se pasa calor", agrega Antonio.

Antonio ejerciendo su oficio de yesero.

Antonio ejerciendo su oficio de yesero. Cedida

Antonio piensa que "no hay mano de obra porque es un trabajo de antiguos". Su padre también era yesero, aunque ya no puede trabajar porque tiene los tendones de la mano rotos.

"Mi padre lleva toda la vida en el oficio, ha mantenido a cinco hijos trabajando como un burrito de carga", cuenta. "¿Tú te crees que un tío que se dedica a esto puede trabajar hasta los 65 años? Quieren que nos muramos aquí", denuncia el yesero con indignación.

Casas de papel

En consecuencia de las inseguras condiciones laborales ante las que se enfrentan los yesistas, los profesionales son pocos y la demanda cada vez mayor. "Tenemos mucho trabajo porque nadie quiere dedicarse a esto", asegura Antonio.

"Por eso cuando ofrecemos nuestros servicios tampoco nos podemos conformar con cobrar poco. Nuestro trabajo se tiene que valorar y pagar bien", dice este yesero madrileño.

Antonio también denuncia que las administraciones se aprovechan de los trabajadores extranjeros sin papeles para pagarles menos por la mano de obra. "Les ofrecen una miseria de sueldo y lo aceptan", cuenta. "Es una pena de país, sólo hay ladrones".

Los datos del último boletín anual del Observatorio de Vivienda y Suelo (OVS) –correspondientes al último trimestre de 2024– recogidos por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, señalan máximas en la construcción de viviendas iniciadas, con cifras de 39.743 viviendas. Lo que supone un incremento del 40.5 % con respecto a 2023.

El boletín también registra un aumento del PIB de un 5.1 % en la última década, pero un descenso del 2.8 % con respecto al año anterior. Esto señala una menor actividad económica y una reducción en el empleo y una disminución en los gastos de producción.

"Ahora quieren construir edificios y casas, pero no quieren pagar lo que vale el servicio; pues ahora que se jodan y construyan casas de papel", manifiesta Antonio. "El problema es que la gente se cansa de estar currando como un cabrón para que no se les pague bien", sentencia.

Impuestos de autónomo

Aunque los ingresos de un yesero son elevados, también los gastos son numerosos y elevados: las cuotas de autónomo, la maquinaria, los empleados...

Nico, albañil y divulgador de la construcción.

Nico, albañil y divulgador de la construcción. Cedida

Nicolau Puig Roca (1981) viene de una familia de constructores: su padre, sus tíos y su abuelo se dedican al sector. Nico ha heredado el oficio de albañil y, ahora, tras toda una vida en la profesión, también aprovecha para divulgar su conocimiento en Atopromotor.info.

"Puede ser que de buenas a primeras los yeseros ganen 6.000 € al mes, pero tienen que pagar las cuotas de autónomos, a los gestores y las cartas de Hacienda", cuenta en conversación con EL ESPAÑOL.

El problema reside en los altos impuestos a los que se enfrentan los autónomos. "A mí de impuestos me quitan mucho dinero: de cada hora facturada se paga un 21 % de impuestos y después pago el 48 % de mi sueldo a Hacienda a final de año", dice Nico.

"No se pueden cobrar tantos impuestos en base al esfuerzo que hace la gente", asegura el albañil. Y confirma que "mucha gente está saliendo de la construcción" por este motivo.

Nico asevera que, a pesar de que se diga que no hay mano de obra en la construcción, el problema no es que no haya profesionales, sino que "la gente quiere que se le recompense por el esfuerzo que hacen".

"Si realmente se ganase dinero no habría percances, y todo el mundo trabajaría en la construcción como en 2005", sentencia.