Víctor Sandoval posa para la entrevista con EL ESPAÑOL. EL ESPAÑOL
Víctor Sandoval: "No tengo dinero ahorrado. Mientras Jorge Javier tenía contratos de 3 millones yo cobraba 200 €"
Tras decirse que estaba en la ruina, el presentador de televisión ofrece una entrevista a EL ESPAÑOL para hablar de dinero, salud mental y amor.
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Tiene claro que la televisión es estar al borde del abismo continuamente porque nunca sabe lo que va a durar, ya que los contratos son por programa. Si uno falla, se queda en la calle. A Víctor Sandoval (58) no le ocurre como a Jorge Javier Vázquez (55) o Jesús Vázquez (60), que cada uno firma anualmente un contrato de cadena de unos tres millones de euros.
En su apartamento de La Latina (Madrid), Víctor habla para EL ESPAÑOL en carne viva, padece incontinencia verbal, necesita sacar para afuera cómo se ha estado sintiendo en las últimas semanas.
Se ha dicho que está totalmente en la ruina, que ha nacido para estar debajo de un puente y que está desequilibrado. El televisivo se reúne con este medio para hablar de dinero, salud mental y amor.
Para los olvidadizos, recordar que han pasado cinco décadas desde que Víctor Sandoval debutara en televisión con nueve añitos en 'La Guaua de Torrebruno', el amigo de los niños de la Generación X. Como reiteradamente dice en la entrevista “no soy polemista, soy artista”. Quiere dejar atrás, en un pasado pretérito, programas como 'Sálvame', 'Ni que fuéramos Shhh' o 'La familia de la tele'.
PREGUNTA.– La ha vuelto a liar, ¿está realmente arruinado?
RESPUESTA.– Se han malinterpretado mis palabras. ¡Pero si acabo de terminar La familia de la tele y aún no he cobrado mi primer mes de paro! Después de cuarenta años en televisión es la primera vez que lo he pedido, alguien me dijo que tenía derecho.
Voy a cobrar 1.300 euros mensuales, el alquiler de este piso lo he pagado con un año de antelación hasta febrero gracias a lo que me pagaron en 'Bake Off': famosos al horno y lo único que tengo que pagar son los suministros y la comida. ¡Pero vamos, si hasta puedo ahorrar! De todas maneras, no quiero vivir del paro. Soy muy nervioso y necesito salir de casa.
Víctor Sandoval. EL ESPAÑOL
P.– Así que está usted mejor que cuando dijo hace siete u ocho años que estaba en la ruina total, en la más profunda soledad, y que Hacienda le perseguía.
R.– Claro, porque todo eso coincidió con mi divorcio de Nacho Polo. Puse a su nombre todo lo que tenía porque me dio la gana, así que el problema lo tuve yo por haberlo hecho. Y pasó lo que pasó.
P.– Daba la imagen de vivir a todo tren porque aparecía con bolsos de Hermès y ropa de marca, hacían viajes extraordinarios y cenaban en los mejores restaurantes.
R.– Sí, pero eso tiene que ver con la época de Antena 3, que es donde más he ganado en toda mi vida ya que cobré 36.000 euros mensuales durante dos años.
Eso hizo que pudiera comprarme tres casas, dos en Miami y otra en Madrid, viajar a Miami todos los fines de semana en business y vivir como un millonario.
Pero como Nacho no tenía visa ni trabajo fijo, puse los pisos a su nombre para poder hacer el crossover ya que yo tenía contrato, me instalé en Miami y creamos una empresa en la que me contrató a mí. Estados Unidos no es país para pobres.
P.– Para usted el amor es ciego.
R.– Es que no lo entiendo de otra manera. Si compartes tu vida con alguien no puedes decir lo mío es mío y lo tuyo, tuyo.
P.– Compartir sí, pero no darlo todo para que la balanza esté descompensada.
R.– Pero es que no había balanza, éramos uno. No me entraba en la cabeza que no fuera así. Y si yo de repente soy el que toma la decisión de decir adiós le hubiera dado la mitad.
Víctor Sandoval. EL ESPAÑOL
P.– Luego cayó en lo más profundo de la miseria.
R.– Nacho se divorcia, me pica una araña por la que casi estuve a punto de morir, me vengo aquí y cuando regreso a Estados Unidos me quitan la visa y empiezo un litigio de casi diez años que perdí.
Y encima gasté todo mi dinero en el abogado y el procurador. También te digo que estuve mal asesorado, se aprovecharon un poco de mi estado. Tenía un trastorno adaptativo y no veía la realidad, no me entraba en la cabeza que eso me estuviera pasando a mí.
Así que me encontré en 2010 en Madrid empezando de cero, comprándome sábanas nuevas, cubiertos, no tenía nada ni álbumes, ni libros, fue como si hubiera habido un tsunami y se lo hubiera llevado todo.
P.– Hacienda le embargó su cuenta, ¿ya está todo solucionado?
R.– Afortunadamente, sí. Debía lo de varios programas, no cogía las cartas del buzón y la deuda ascendió a 16.000 euros, pero con las multas y los intereses de demora llegó a 36.000 euros.
Por fin logré pagarlo en 2019. Me fui a hablar con los funcionarios en la delegación de Hacienda de Vilanova i la Geltrú –población cercana a Sitges–, vi que eran encantadores, querían ayudar, si tenía más trabajo o menos se lo comentaba y me lo arreglaban para pagar lo justo.
No entiendo cuando hablan mal de Hacienda ya que conmigo se portaron muy bien, me lo pusieron fácil y no me agobiaron.
P.– Y desde el 2010, fecha en la que se separa de Nacho, ¿no ha tenido oportunidad de ser propietario de algo?
R.– ¿De qué? ¿Cómo? Pero si mis nóminas iban y venían. Yo no soy como Jorge Javier con contratos de tres millones de euros anuales.
En muchos programas se me pagaban 200 euros por asistir y en 'Ni que fuéramos Shhh', que se emitía en Ten, eran 100 euros, a veces 200. Si hubiera ido cada día hubiera sido una cantidad decente.
La gente se cree que ganamos muchos, al menos en mi caso, pero es una fantasía. Hablar de dinero es absurdo porque quienes realmente se forran ahora son las productoras.
Mira a Ana Rosa Quintana, está forradísima. Mira, ni en la época buena cobraba lo que otros. Recuerdo que Jorge Javier se compró un piso en la calle príncipe de Vergara y yo flipaba.
P.– ¡Qué tiempos aquellos en Telemadrid donde sí le pagaban bastante!
R.– Allí pagaba directamente la cadena, no la productora. Cuando empecé en la cadena en 1997 en 'Con T de tarde' cobraba 250.000 pesetas mensuales (1.500 euros mensuales), pero es que Terelu Campos se llevaba 200.000 pesetas diarias (1.200 euros) ¿Vale?
Tuve una bronca tremenda con Terelu y la dirección porque quería cobrar como ella, ya que hacía su mismo trabajo cuando la sustituía, entonces me dijeron que no volviera a hacer eso nunca más porque los que pagaban y valoraban tu trabajo eran ellos.
Me sentí tan mal, tan humillado, que nunca más he vuelto a pelearme por dinero y por eso volví a tener un representante.
Víctor Sandoval. EL ESPAÑOL
P.– Luego llegó 'Mamma mía', cuya primera temporada presentó junto a Francine Gálvez y lo petaron.
R.– Nos apetecía mucho presentarlo, congeniamos muy bien y al ver que habíamos tenido mucho éxito nos quisieron dar otro programa con el mismo sueldo de 250.000 pesetas. Y ahí es cuando Francine quiere negociar, no llega a un acuerdo y se fue a Antena 3 a presentar Confianza ciega.
P.– Y ahí es cuando llega el momento de ser imagen de Telemadrid…
R.– Y me pagan un millón de pesetas al mes (6.000 euros).
P.– En la actualidad tiene otro gran problema: no está trabajando.
R.– Ya, pero seguro que encontraré algo en breve porque si me quedo dos meses sin hacer nada en casa se me cae todo encima. Pero tengo una cosa clara, no voy a volver a cualquier precio.
Quiero reconducir mi carrera y voy a filtrar lo que me ofrezcan de cualquier cadena. No quiero estar discutiendo con nadie en un plató como he estado haciendo tantos años porque no me conduce a nada, solo a un deterioro psicológico tremendo.
Soy artista y toda mi carrera se cimenta en eso, pero últimamente el carril que había tomado ha sido el de la polémica, discutiendo con Kiko Matamoros o Marta Riesco.
P.– Con ella tuvo serios problemas, le tacharon de machista y violento.
R.– Te saca de quicio. Hubo un momento en 'Ni que fuéramos Shhh' que dije que por mujeres como tú muchos hombres tienen problemas, me dijo que era un tarado de manual y que se saquen las cosas de contexto no me gusta.
También tuve pelea con ella con el Benidorm Fest. Tuve que ir al psicólogo. Me dijo que tenía que advertir en el trabajo que no podían tocarme tanto la autoestima porque tengo los problemas cronificados. Entonces tengo como una defensa, así que cada vez que me atacan y tiran al suelo me levanto como una hidra para defenderme. Y así no se puede continuar.
P.– ¿Cuál es su siguiente paso?
R.– Quiero ser feliz, ir feliz al trabajo y hacer feliz a la gente. No quiero acudir con miedo para ver a qué me voy a enfrentar hoy, qué me van a decir, qué me va a pasar o qué bronca voy a tener y llegar a casa con un cuadro de ansiedad.
Quiero que se me exprima y se me saque el jugo que tengo dentro y no que se me trate como si fuera el comodín. No me importa que me exploten, que lo hagan, pero que me expriman.
Víctor Sandoval. EL ESPAÑOL
P.– Una actitud tan arriesgada como valiente, ¿tiene un buen colchón?
R.– No tengo dinero ahorrado. No tengo el colchón de otros que sí han trabajado diariamente en 'Sálvame' y han tenido unos sueldos que ya me hubieran gustado a mí.
En mi sección de perros que hacía una vez a la semana cobraba 500 euros y de ahí tenía que pagar al representante, el IRPF, etc. En el 'Sálvame DeLuxe' pagaban mucho mejor, pero no puedes pensar que tengo un colchón si luego me tiro un montón de meses sin hacer televisión.
Afortunadamente no se me caen los anillos por hacer otros trabajos. Igual la decisión que he tomado es mi sepultura profesional, pero prefiero tener una muerte digna y estar contento conmigo mismo que ser infeliz con lo que estaba haciendo.
P.– Al fin y al cabo, usted ya se reinventó como relaciones públicas.
R.– Quise quitarme de la tele porque mentalmente no podía ya que había ocurrido todo lo de mi ex marido, Nacho Polo.
Estuve diez años en Sitges trabajando en una discoteca e iba a Madrid solo una vez por semana para hacer la sección de perros que comentaba. Mucho tiempo después volví a la tele con 'Gran Hermano' y raíz de ello me salió 'Superviviente', luego 'Mujeres y Hombres y Viceversa' y 'Más que coches'.
Entonces es cuando me dicen de ir a 'Sálvame' como colaborador, les digo que no y me dan la sección de perros, que me encantan, y que duró tres años.
P.– ¿Cuál ha sido su último proyecto televisivo?
R.– He rodado el piloto de una serie llamada 'Marisa Brown' con Ángeles Martín y Sergio Pazos, y producida por Luis Larrodera, que fue el presentador de la última temporada del 'Un, dos, tres…', donde también participé.
Se acordó de mí y me llamó. He tenido mucha suerte de trabajar con los más grandes, todos me han querido mucho y me han súper respetado.
P.– Quizás los problemas los tienes por haber colaborado con mediocres.
R.– Jamás tuve un problema con Chicho Ibáñez Serrador, ni con Santiago Segura cuando participé en 'Torrente', ni con José Luis Moreno, que conmigo fue súper cariñoso y me pagó todo. Yo no tuve ningún problema con Moreno jamás.
P.– ¿Cómo se sintió en su último programa, 'La familia de la tele'?
R.– Pensé que me lo iba a pasar bien, pero, de repente, noté que no se me valoraba, no se me exprimía, no se me sacaba el jugo suficiente, soy como una nectarina, dulce, pero veía que a otra gente sí se le exprimía y sacaban un jugo de bilis, ácidos y eso me jodía.
Cuando son tantos años y notas que no te valoran, es una cosa inconsciente, tu cabeza va por libre y te vas sintiendo una mierda. Durante mucho tiempo he sufrido desprecios de algunas personas, no voy a dar nombres porque no quiero polémicas, me sentía inservible, como que no tenía credibilidad y me llegué a sentir como un meme.
A lo mejor las cosas suceden sin querer, pero es que somos humanos y todos nos afectan las cosas, pero no de igual manera. Yo soy muy sensible.
Víctor Sandoval. EL ESPAÑOL
P.– ¿A nivel de amores cómo se encuentra?
R.– Eso no existe, estoy tranquilo. Cuando hice 'Supervivientes' tuve la suerte de que me bajó la testosterona a un nivel brutal por la alimentación, las duras condiciones de adaptación... Tienes muchos problemas de hormonas y estómago, incluso a las mujeres se les quita la regla por completo.
Creían que el problema de la testosterona era producto de la tiroides, me la estuvieron tratando y al final, tras diferentes pruebas, me tuvieron que dar reemplazo de testosterona. Estaba triste, con depresión, no me excitaba nadie, ya se podía haber puesto uno a hacerse pajas que me daba igual.
Así que hace dieciséis años me decanté por un gel tópico que me ponía en los hombros y recuperé un poco la libido. No quise pincharme, me daba miedo.
P.– Entonces lo de tener pareja…
R.– Ya es imposible que pueda vivir con alguien. Con amigos sí, porque al paso que vamos con los alquileres vamos a terminar todos en una comuna. No me apetece tener novio. Desde que me separé en 2010 han pasado tantos años que no quiero a nadie invadiendo mi espacio.
P.– ¿No ha habido nadie en todo este tiempo?
R.– Hombre, ha habido polvos. Faltaría más.