Entrega de premios de las pruebas de traducción de latín y griego organizadas por la SEEC.

Entrega de premios de las pruebas de traducción de latín y griego organizadas por la SEEC.

Reportajes

Jaime, Félix y los profesores de Griego que temen extinguirse del sistema educativo: "Humilla la base del saber occidental"

Los docentes luchan por mantener sus trabajos en los centros públicos mientras que a los alumnos se les niega la posibilidad de estudiar la asignatura.

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"Nos están llevando a la extinción", gritan los profesores de Griego ante su paulatina decadencia. En aulas cada vez más silenciosas –donde antaño resonaban los ecos de Platón, Sócrates, Epicteto o Aristóteles– hoy apenas quedan murmullos.

Pero entre lo que ahora parecen ruinas, todavía se levantan voces de numerosos docentes que se niegan a caer en el olvido ante reformas educativas y ratios imposibles de cumplir, junto a una indiferencia institucional que propicia el detrimento de la asignatura. "Luchamos para enseñar una lengua, una cultura, que el sistema educativo ya no quiere escuchar", manifiestan los profesores en conversación con EL ESPAÑOL.

Según la UNESCO, en su Informe Mundial sobre el personal docente de 2025, faltan aproximadamente 44 millones de profesores en todo el mundo para garantizar un acceso adecuado a la educación primaria y secundaria.

Óscar Martínez, presidente de la delegación de Madrid de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC).

Óscar Martínez, presidente de la delegación de Madrid de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC). Cedida

Este problema sin aparente solución –todavía– agrava aún más la situación del profesorado que imparte Griego, que se enfrenta a una oferta laboral educativa prácticamente inexistente. Al mismo tiempo, los estudiantes que sí quieren cursar la materia se topan con una barrera frustrante: "No la imparten, no la ofrecen, no nos dan la oportunidad de estudiarla", denuncian.

Las matrículas estudiantiles de los últimos años reflejan que sobreviven cerca de 3.000 alumnos de Griego, frente a 30.000 de Latín. Ambas cifras arrastran una caída vertiginosa desde hace más de una década. ¿El punto de inflexión? La aprobación de la LOMCE 2013, con la que el Griego dejó de ser obligatorio dentro de los itinerarios de Letras en Bachillerato, dando paso a un declive casi imparable.

Desde entonces, profesores y estudiantes de griego libran una guerra de trincheras contra "un sistema que los ha abandonado", mientras mantienen la esperanza de que pronto se revalorice las carreras de Estudios Clásicos. "Están humillando una de las bases que sustenta gran parte del pensamiento occidental", cuentan los afectados a EL ESPAÑOL.

Los guardianes de la raíz

Sócrates ya dijo: "Sólo hay un bien: el conocimiento". Pero si se amedrenta el acceso al mismo, ¿en qué punto se queda el Griego? Óscar Maríinez, presidente de la delegación de Madrid de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC), considera que la asignatura de Griego no se está protegiendo ni valorizando como se merece.

"Mientras que no se blinde va a seguir desapareciendo. Pierde fuerza al ser una competencia optativa y queda diluida con el resto de asignaturas. Estamos ofreciendo una educación poco lícita, no hay acceso a la materia, y se está dejando caer el nivel cultural de un país", sostiene.

"Cada vez es más complicado que salgan grupos de griego en los institutos", dicen los docentes. Con la Ley Celaá, se establecen los ratios máximos por aula –35 alumnos–, pero los mínimos indispensables dependen de las normativas autonómicas –entre los cinco y 10– y de las exigencias, presupuesto y capacidad de cada centro. ¿El resultado? La mayoría de los jóvenes que quieren cursar griego no pueden. No hay clases".

Cuando Eduardo Domínguez, estudiante originario de Guadalajara, quiso estudiar Griego en los institutos de su provincia, se encontró con que ninguno de ellos lo ofertaba. Decidido con la rama que quería cursar, la solución más tangible era moverse a Madrid en busca de una oferta más amplia.

Carta de Isabel Díaz Ayuso por la que se aprueba Griego II después de haberla suspendido.

Carta de Isabel Díaz Ayuso por la que se aprueba Griego II después de haberla suspendido. CAM / Cedida

"Llamé a cientos de institutos hasta que en uno me dijeron que sí. Para poder estudiar Griego arrastré a toda mi familia conmigo, nos mudamos a la capital y comencé mi curso. Después de un año entero de Griego I, nos dicen que para segundo de Bachillerato no va a salir la asignatura de Griego II, que no llegamos al mínimo. Es decir, nos dejaban vendidos, nos tiraban un año a la basura", critica.

Además, en su centro educativo no ofrecieron soluciones ante esta problemática. "Nos pusieron una losa sobre nuestras espaldas antes de enfrentarnos a la PAU. Se está limitando a los estudiantes. Ya no hay capacidad de elección ni libertad de educación", agrega.

Pero Eduardo, junto a varias compañeras como Inés Fernández y Claudia Gómez, no se quedaron de brazos cruzados y decidieron actuar. Ante el "maltrato" de la asignatura de Griego en su instituto y su posterior eliminación, los jóvenes estudiantes redactaron varios comunicados manifestando la importancia de esta disciplina y las carencias que tendrían si no la cursaban. "¿Lengua muerta o una llave al conocimiento moderno?", planteó Domínguez.

Ahora, sus mensajes han llegado lejos, y ha sido la propia Isabel Díaz Ayuso quien ha tomado cartas en el asunto. "Recibí tu mensaje y se lo remití a la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades para que estudiaran el caso. Vas a poder cursar Griego II en 2.º de Bachillerato", respondió la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Eduardo Domínguez hizo un manifiesto en defensa del Griego al que respondió Isabel Díaz Ayuso.

Eduardo Domínguez hizo un manifiesto en defensa del Griego al que respondió Isabel Díaz Ayuso. Cedida.

"Solo sé que no sé nada"

Si la LOMCE 2013 fue el detonante del declive –pierde su carácter troncal–, la LOMLOE de 2020 fue el remate, pues no recuperó su obligatoriedad. Ante un problema generacional, la "solución" desde Educación fue una ley que permite a las comunidades autónomas decidir su inclusión en los centros, generando desigualdad territorial y un escaso fomento de la contratación de profesorado, por lo que no se reforzó su papel en el currículo estudiantil general.

El profesorado de Griego es consciente de esta situación, del declive de su ejercicio y de la incertidumbre del futuro de sus carreras. Jaime Verdejo, licenciado en Filología Clásica y profesor de Griego, cuenta que dar esta asignatura en secundaria es como una lotería: "Puede que sí, puede que no".

"La situación que tenemos es frustrante y paradójica. Cada vez se oferta menos Griego, pero las carreras de estudios clásicos están más llenas. ¡El sistema no nos quiere escuchar! Están pisando derechos fundamentales de los estudiantes, y les están imponiendo una educación predeterminada porque no les sale rentable impartir una materia transversal", afirma. 

"Las instituciones abogan por debates de identidad y de cultura, pero dejen de lado las raices de todo", añade.

Aun así, Verdejo se mantiene optimista, ya que cada día aumenta la demanda de filósofos en numerosas empresas, y confía en que poco a poco se tomará conciencia sobre la importancia del Latín y el Griego. "Antes éramos unos frikis, y ahora nos empiezan a rifar", comenta.

En la misma línea se encuentra Pablo de Paz, profesor de Griego en el IES Carlos Bousoño que, gracias a sus dinámicas metodológicas, consigue atraer a más estudiantes cada año. "Es importante saber renovarse, probar metodologías más dinámicas, distintas a la norma, y hacer atractiva la asignatura para los alumnos", cuenta.

Pablo de Paz consigue más estudiantes cada año en sus clases gracias a metodologías académicas renovadas.

Pablo de Paz consigue más estudiantes cada año en sus clases gracias a metodologías académicas renovadas. Cedida

Ecos helenos

Tanto de Paz como Félix Martínez, compañero de profesión en el IES Cabanillas Campillo, explican a EL ESPAÑOL que el principal problema no es la falta de interés sino el descuido de las instituciones educativas. "Ni siendo funcionario te pueden asegurar una plaza. Llevo dos años a media jornada, sin capacidad de ahorro y trabajando para sobrevivir. Si siguen manteniendo cupos tan altos van a hacer imposible sacar grupos, más aún en pueblos y ciudades pequeñas. Las instituciones no dan nada de libertad para rediseñar las asignaturas", reprocha Martínez.

Juan Signes, catedrático de Filología Griega y presidente de la Sociedad Española de Bizantinística, menciona a este medio que las autoridades van en contra de estas asignaturas, y que si no consiguen extinguirlas, las conducirán a una situación más crítica si es que es posible.

"Latín y Griego deben ir juntas, si desaparece una, desaparecerá la otra. El problema es que a estas dos asignaturas se las desprestigia cuando realmente puedes sacar competencias, herramientas y habilidades que se apliquen en todos los sectores", menciona el profesor a EL ESPAÑOL.

Además de los ratios imposibles de cumplir, otro de los grandes obstáculos para esta materia es el intrusismo laboral dentro del propio profesorado. "En este gremio todos sabemos que muchos docentes especializados en Latín han tenido que impartir Griego. Y no sólo ellos, también profesores de Lengua, Historia o Geografía, porque no se cuenta con el profesorado específico necesario. ¿El resultado? Griego se enseña mal y los estudiantes se desmotivan", explica Martínez.

Pablo de Paz y sus estudiantes de viaje con la asignatura de Griego.

Pablo de Paz y sus estudiantes de viaje con la asignatura de Griego. Cedida

"También hay mucho intrusismo estudiantil. Parece que los buenos estudiantes van a ciencias y los malos a letras. Esto no puede seguir así. Muchos alumnos que no quieren estudiar o que tienen dificultades con las matemáticas acaban en letras porque se perciben como más fáciles, y eso solo contribuye a desprestigiar las humanidades", añade de Paz.

Los estudiantes

La paulatina desaparición del Griego parece antagónica con el auge de las carreras de Estudios Clásicos. Mientras los docentes luchan por el futuro de su profesión, los estudiantes lo hacen por el inicio de su trayectoria académica y laboral.

Inés Fernández, como miles de alumnos en toda España, también se quedó sin cursar Griego II al no formarse grupo. "Es descorazonador ver cómo se humilla y se pierde la dignidad de una asignatura a la que quieres dedicar tu vida. Es como querer ser científico y que no te dejen dar Química", lamenta la joven.

Claudia Gómez tuvo que estudiar Griego II por su cuenta para enfrentarse a la PAU porque en su instituto se lo negaron.

Claudia Gómez tuvo que estudiar Griego II por su cuenta para enfrentarse a la PAU porque en su instituto se lo negaron. Cedida

Su caso no es una excepción. A Claudia Gómez también le "cerraron las puertas" para estudiar Griego en 2.º de Bachillerato, y tuvo que prepararse por su cuenta para enfrentarse a la PAU.

"Nos están privando de las fuentes de la cultura occidental. Sus raíces están presentes en todo tipo de arte, medicina, lengua… en cualquier ámbito. Si seguimos así, vamos a dar paso a una sociedad ciega de pensamiento. Los números y las ciencias no nos dan todo. Son las letras las que nos enseñan a pensar y a desarrollar la capacidad de razonamiento", reflexiona Gómez.

Alumnos, docentes, investigadores y amantes de las culturas clásicas lo tienen claro: estas disciplinas no pueden desaparecer sin arrastrar consigo parte esencial de la cultura occidental. "Sin el Griego o el Latín no se entiende la realidad en la que vivimos", defienden. Ahora la pregunta es otra: ¿quién les escuchará, y cuándo lo hará?