Raúl Rodríguez, CEO de Emulant Solutions, posa con varios de sus maniquís.

Raúl Rodríguez, CEO de Emulant Solutions, posa con varios de sus maniquís. Emulant Solutions

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Raúl, el ingeniero que creó la piel de 'Terminator' hoy vende maniquís "inspirados en gente real con sobrepeso" a hospitales

Las figuras que diseña el CEO de Emulant Solutions ya se usan en hospitales y universidades. Este experto en efectos especiales fundó la compañía tras su carrera cinematográfica, poniendo su mano en películas como Gravity o 300.

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El cuerpo falso que lucía Arnold Schwarzenegger en Terminator 3, herido, destrozado y quemado, sirvió de experiencia para que uno de los hombres tras su construcción, Raúl Rodríguez (Chile, 1974), se dedique hoy a crear maniquíes hiperrealistas con los que enseñar a los estudiantes del sector sanitario.

La historia de este ingeniero chileno afincado en España incluye tantos viajes como una novela de Julio Verne, y personajes archiconocidos de la gran pantalla, como Keanu Reeves. Pero sus tiempos como especialista de maquillaje y efectos especiales en el mundo del cine, al menos por el momento, están en pausa.

Y es que este emprendedor atiende a EL ESPAÑOL para hablar de su último proyecto: Emulant Solutions, la empresa de la que es fundador con la que aspira a poner su granito de arena a mejorar la enseñanza en centros de salud y universidades.

"Casi todos los maniquís que hay en el mundo representan a personas de unos 20 años, pero los pacientes reales suelen ser más parecidos a lo que imitamos nosotros: personas con sobrepeso".

El ingeniero Raúl Rodríguez, CEO de Emulant Solutions, posa con varios de sus maniquíes.

El ingeniero Raúl Rodríguez, CEO de Emulant Solutions, posa con varios de sus maniquíes. Emulant Solutions

Rodríguez pone aquí el acento porque para un facultativo no es lo mismo atender una urgencia a un joven con cuerpo normativo, que a una persona de mediana o avanzada edad con obesidad, ya que en estos casos, los procedimientos para llevar a cabo tareas como medir el pulso y la tensión o realizar maniobras de reanimación pueden variar.

La clave de estos maniquís es que son compatibles con la mayoría de sistemas de simulación que hay en el mercado: "Tienen mecánica de respiración, puedes intubarlos, generan señales del corazón... Son básicamente simuladores de pacientes".

Estas figuras son, en realidad, cubiertas hechas principalmente con silicona que se colocan sobre maniquís médicos. En sus diferentes modelos, varía el tono y las arrugas de sus pieles, las formas de sus rostros e incluso tienen las venas marcadas.

De hecho, para diseñar estas figuras, Raúl ha tomado inspiración en algunos vecinos reales del municipio alicantino de La Romana. Con este planteamiento, aspira a ofrecer un producto que ayude a reducir las tasas de mortalidad por errores médicos.

A esto hay que sumar el ahorro que el ingeniero asegura que a los centros médicos les supondría su implantación: "Los simuladores más robotizados cuestan 150.000 euros, y los más simples, sin electrónica, pueden costar 10.000. En cambio, mis maniquís son mucho, mucho más económicos".

Además, ya se utilizan en instituciones educativas como la Universidad Católica de Murcia (UCAM) y la de Girona -entre otras- y en hospitales como el General de Alicante.

De hecho, en este lugar fue donde nació la compañía: "En el hospital de Alicante necesitaban implementar una gama de productos para su laboratorio de simulación emergente y recurrieron a mí por mi experiencia en efectos especiales. Cuando contactaron conmigo no me dedicaba a esto, pero acepté. Y cuando diseñé los moldes, vi que podía crear una empresa. Así comenzó todo".

Carrera en Hollywood

En este momento, Emulant está a punto de comenzar su proceso de internacionalización, al igual que, de algún modo, ya hizo su CEO. Una carrera que comenzó nada más culminar sus estudios, en unos de los mayores estudios de efectos especiales de Hollywood: Stan Winston Studio.

El experto en efectos especiales Raúl Rodríguez (d) posa con el actor Keanu Reeves (i) durante el rodaje de '47 Ronin'.

El experto en efectos especiales Raúl Rodríguez (d) posa con el actor Keanu Reeves (i) durante el rodaje de '47 Ronin'.

Pregunta.– ¿Cómo consigue un ingeniero electrónico 'colarse' en el mundo cinematográfico?

Respuesta.– Al terminar la carrera, me fui a Estados Unidos, donde me formé en una escuela para especializarme en maquillaje y efectos especiales.

Allí me contrató Stan Winston Studio, que eran los mejores del mundo: habían creado casi todos los monstruos de los 90. Y al terminar mi formación, me llamaron para un proyecto que acabó siendo Terminator 3.

P.– ¿Cuál fue su papel en Terminator 3?

R.– Yo era el nuevo dentro del equipo, y hacía un montón de cosas diferentes. Los departamentos en Stan Winston estaban muy separados, pero como por mi formación sabía un poco de todo, me movía entre uno y otro, sobre todo, entre el de moldes y el de mecánica.

Conocí a Arnold Schwarzenegger, y entre otras cosas, formé parte del equipo que diseñó su cuerpo falso. Primero escaneamos al actor, lo pasamos al 3D y sobre esto hicimos un molde que se reesculpió para perfeccionar cada detalle.

En ese momento comenzó su carrera dentro del mundo de los efectos especiales: una carrera que le involucró, entre otras grandes producciones, en Gravity, que ganó siete premios Oscar, entre ellos, el de 'Mejores efectos visuales': "De ese fui parte yo", celebra, con tono simpático.

El soporte robótico diseñado por el ingeniero electrónico Raúl Rodríguez, durante el rodaje de 'Gravity'.

El soporte robótico diseñado por el ingeniero electrónico Raúl Rodríguez, durante el rodaje de 'Gravity'. Cedida

P.– ¿De qué se encargaba en Gravity?

R.– Diseñé un soporte de cámara robótico, me tomó tres semanas para crearlo y construirlo, y no me dijeron de qué iba la cosa. Después me pidieron ser su operador, y estuve grabando con ellos seis meses. Además, mientras grabamos Gravity, Keanu Reeves estaba rodando 47 Ronin en un estudio de al lado

Quiso testear la tecnología que habíamos desarrollado para ver si le servía y estuvimos grabando algunas escenas de kung fu con los robots. Él es un tipo súper consciente de las personas, y por eso me pidió que sacarme una foto con él

Como salta a la vista, las labores que ha tenido que desempeñar este ingeniero dentro de sus profesiones han sido muy diferentes. Pero su creatividad siempre ha sido su gran as en la manga: "En Chile, de joven y de niño, siempre pinté y esculpí, y me hacía mis propios juguetes".

"De hecho, mi tesis de la carrera consistía en hacer una cabeza robótica, y aunque no formaba parte del proyecto, yo me empeñé en ponerle piel".

A principios de este año, pudo compartir su vocación en un curso que impartió en la Universidad Europea de Madrid a distintos técnicos de simulación, realizando demostraciones para ilustrar cómo hacer puestas en escena de cortes con sangre y heridas de forma simulada.

Varias heridas falsas hechas con maquillaje por Raúl Rodríguez durante un curso de formación.

Varias heridas falsas hechas con maquillaje por Raúl Rodríguez durante un curso de formación. Universidad Europea

Y mirando hacia el futuro, tiene claro que no quiere quedarse estancado. Con el proyecto de Emulant Solutions, reconoce que convertirse en empresario le está pareciendo "una experiencia interesante", y está totalmente volcado en "internacionalizar la compañía".

Aunque para él la clave, tanto para los negocios como para la vida, es la innovación: "Si me mantengo haciendo el mismo tipo de maniquís, dentro de tres años me muero. Hay que mantenerse constantemente innovando, Emulant dentro de tres años tiene que ser diferente a como es hoy".