A la izquierda, los niños enviados a Crimea en la actualidad. A la derecha, 'los niños de la guerra'.

A la izquierda, los niños enviados a Crimea en la actualidad. A la derecha, 'los niños de la guerra'.

Reportajes

El régimen de Putin adoctrina a menores españoles en el mismo campamento de Crimea al que llegaban los 'niños de la guerra'

Las organizaciones del Kremlin en España envían a menores al campamento militar de Crimea donde la Pasionaria recibió a los niños de la guerra en 1937, en tiempos de Stalin. Allí se familiarizan con las armas y se reúnen con soldados, oficiales y mercenarios.

Más información: Los druidas, brujas y chamanes vuelven al Pirineo, nueva meca de la 'magia': "Hay una presencia que no sabría nombrar".

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El Kremlin suele describir Artek como un "centro internacional de niños", pero sería mucho más preciso referirse a él como lo que verdaderamente es: un campamento para el adoctrinamiento y adiestramiento militar de menores rusos y europeos situado en los territorios ocupados de Crimea.

Entre los chiquillos que incluso a día de hoy siguen siendo enviados por Moscú a esa especie de colonia militar hay también españoles. EL ESPAÑOL | Porfolio tiene los documentos que lo prueban; aunque, por otra parte, Moscú no lo ha ocultado nunca.

En realidad, los chicos y las chicas de las últimas hornadas de boy scouts españoles de Putin no son los primeros en pasar un verano junto al Mar Negro. Se les anticiparon en más de ochenta años los hijos de la dirigente comunista Dolores Ibárruri, una conocida enamorada de Stalin, de las purgas, las persecuciones, las deportaciones y los juicios fraudulentos.

Alumnas adolescentes de Artek condecoran a mercenarios de la Wagner.

Fue precisamente la Pasionaria quien recibió a los niños españoles de la guerra adoptados por el dictador georgiano. "A las 11 de la mañana del 30 de marzo de 1937, un vapor entró en el puerto de Yalta con la bandera de la España revolucionaria ondeando sobre el buque", narra un libro soviético de la época del hombre de acero.

""¡Viva Rusia!", gritaban las voces infantiles desde la cubierta. "¡Vivan los niños de la España heroica!", respondieron en castellano los chiquillos soviéticos desde la orilla.

Jóvenes pioneros y veraneantes acudieron junto al barco con ramos de fragantes flores primaverales. Con los puños cerrados al estilo del Frente Rojo, los niños españoles cantaron La Internacional y autobuses azules llevaron a los invitados al campamento".

El lugar en cuestión que menciona ese viejo panfleto comunista es el mentado Artek, una de las colonias más icónicas y longevas del mundo. Fue fundada el 16 de junio de 1925 por iniciativa de la Cruz Roja Soviética como sanatorio para niños con tuberculosis y a partir de 1926, comenzó a recibir delegaciones internacionales.

A esos 72 menores de Madrid y Valencia que, en marzo de 1937, formaron el primero de los contingentes de niños de la guerra enviados a Rusia desde España les seguirían después bastantes más, en sucesivas oleadas.

Niños españoles de la guerra, en Artek, tras ser recibidos en Yalta por la Pasionaria, en 1937.

Niños españoles de la guerra, en Artek, tras ser recibidos en Yalta por la Pasionaria, en 1937.

En el primero de esos grupos se hallaba, entre otros, Pedro Cepeda Sánchez, el malagueño que años más tarde intentó huir clandestinamente de la URSS y acabó condenado a casi nueve años de trabajos forzados en campos del Gulag soviético. Probablemente, Artek fue lo mejor de todo el tiempo que Cepeda pasó en la Unión Soviética.

Se sabe con certeza que, en 1935 (poco antes del inicio de la Guerra Civil), había estado también en el campamento Rubén Ruiz, el hijo de La Pasionaria, que fue quien en última instancia, decidió el destino final a donde fueron enviados los chicos españoles tras pasar por Artek, atendiendo, entre otras cosas, a la filiación política de sus padres. De un lado, los buenos comunistas, y del otro, "harina de otro costal".

Aunque parcialmente destruido, el lugar sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y terminó por convertirse en un prestigioso centro de verano donde se enviaba a la élite de la juventud soviética. Tras la disolución de la URSS, en 1991, el campamento pasó a ser ucraniano y recibió el estatus de Centro Internacional para Niños.

Niños españoles de la guerra en Artek, 1937

Niños españoles de la guerra en Artek, 1937

Los problemas comenzaron tras la anexión de Crimea, que es cuando el campamento fue nacionalizado y reestructurado bajo la administración rusa, integrándose plenamente en el sistema educativo y estatal del Kremlin.

Desde 2014, Moscú ha renovado sus infraestructuras y ha aumentado su capacidad a más de 30.000 plazas anuales poniendo el acento en los programas internacionales en cuyo contexto se están enviando ilegalmente desde España a menores con raíces rusas.

Es decir que, desde hace once años, el campamento es uno de los principales instrumentos de los que se sirve el Kremlin para someter a la narrativa tóxica de la dictadura de Putin, no solo a los cachorros de su país, sino a todos los hijos de migrantes rusos repartidos por la diáspora que comulgan con la ideología bárbara del inquilino del Kremlin.

Al final, quienes autorizan a enviar a esos chiquillos son los matrimonios rusos o mixtos que viven en nuestro país. Tres jornadas enteras les toma llegar a los chicos de nuestro país que viajan al campamento. Y otras tantas, la vuelta.

A Putin le gusta Artek más todavía que a Stalin, e invierte decenas de millones de rublos cada año en enviar a Crimea a chicos españoles y de toda Europa. El lugar depende directamente del Ministerio ruso de Educación. Apenas maquillan su auténtica finalidad bajo los eufemismos de "educación patriótica" y "preparación para la defensa nacional".

Lo que sucede en ese campamento es simplemente delirante. Un documento interno al que Porfolio ha tenido acceso sobre las propuestas de programa para los grupos de menores que obtuvieron una plaza en el encuentro militar-patriótico 'Llama eterna 2025' que se celebró en Artek hace unos días, listaba, entre otras cosas, actividades relacionadas con "clases magistrales de combate cuerpo a cuerpo; clases magistrales de montaje y desmontaje del fusil de asalto AK-74; la exposición de modelos de aeronaves y demostraciones de las fuerzas especiales".

Documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, donde se detalla, literalmente, que entre las actividades que se realizan en Artek, se celebran clases magistrales de combate cuerpo a cuerpo y de montaje y desmontaje del fusil de asalto AK-74.

Documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, donde se detalla, literalmente, que entre las actividades que se realizan en Artek, se celebran clases magistrales de combate cuerpo a cuerpo y de montaje y desmontaje del fusil de asalto AK-74.

En todas las ediciones, reciben asimismo las visitas de soldados rusos. Antes de la muerte de Prigozhin, se alentó incluso a las adolescentes a que condecoraran a mercenarios de la Wagner. Esa es la clase de colonia infantil y juvenil ideal, en la mente de Putin.

A todos los efectos, el campamento es ilegal, no solo porque viola de manera sistemática las legislaciones de protección al menor de los países europeos, sino también porque todas las entidades bajo control ruso en la península de Crimea vulneran la integridad territorial de Ucrania.

En 2019, en Artek se llegó incluso a organizar un festival llamado 'Listos para el trabajo y la defensa' en el que se animó a los chicos a disparar rifles. Y entre los participantes en esos eventos había niños españoles y de otros países europeos como Holanda, Francia, Italia y Alemania.

La situación empeoró a partir de 2022, cuando las nuevas promociones comenzaron a ser alentadas a recolectar ayuda humanitaria para "los nuevos territorios" y a escribir cartas a "participantes de la Operación Militar Especial". En todas las ediciones, los niños son visitados por soldados involucrados en el conflicto, siempre bienvenidos en Artek, tal y como reza la publicidad del campo.

Putin se toma tan en serio lo de Artek que ha visitado varias veces el campamento. Hace solo unos días, el presidente ruso grabó un mensaje de felicitación para los chicos con motivo del primer centenario de su inauguración.

Durante las celebraciones, un grupo de menores bailaron un aurresku en memoria de los vascos caídos en la lucha contra el fascismo. Se ignora quiénes son los danzantes que actuaron en el escenario. El acto se celebró en el Salón de la Columna de la Casa de los Sindicatos de Moscú y fue organizado por el Partido Comunista de la Federación Rusa y el Comité Organizador de la festividad.

Un grupo de chiquillos interpretan en Artek un aurresku, danza vasca, en honor de los caídos antifascistas de Euskadi, con motivo del primer centenario de la creación de ese campamento.

Posteriormente, el vídeo ha sido distribuido en las redes a través de grupos como mpr21, uno de esos canales de propaganda en castellano al servicio de "adalides mundiales de las libertades" como Irán, la Siria de los Assad o, sobre todo, Rusia.

Artek está siendo asimismo utilizado para la rusificación y el desplazamiento forzado de menores ucranianos, hecho considerado por la UE y otros países como una flagrante violación de los derechos del niño y del derecho internacional humanitario.

Concretamente, la Unión Europea incluyó al Centro Internacional Infantil Artek en su lista oficial de entidades sancionadas en junio del pasado año.

Dos jóvenes españolas en Artek, a finales de los años 30.

Dos jóvenes españolas en Artek, a finales de los años 30.

Las sanciones implicaban, entre otras cosas, la congelación de activos y cuentas en la UE, la prohibición de transferencias y transacciones económicas, culturales o académicas con Artek por parte de ciudadanos y entidades europeas y, atención, la completa restricción de intercambios internacionales y actividades públicas de Artek en territorio de la UE y estados aliados.

En poder de EL ESPAÑOL hay un documento reservado que señala que, el pasado año, tres niños españoles viajaron a Artek tras la prohibición. La propia agencia Tass informaba hace tres días de que en el nuevo turno han participado niños de nuestro país. ¿Cómo es posible entonces que el Gobierno de España haya permitido que Moscú siga enviando hasta Crimea a menores españoles?

En realidad, no se trata de un hecho tan insólito, considerando que la administración española lleva tolerando desde 2014 que Moscú haya exportado sin restricciones a nuestro territorio no solamente Artek sino todos sus sistemas de adoctrinamiento y programas "educativos".

Aquí no rigen las normas europeas, especialmente en cuanto atañe a los derechos del menor, vulnerados de forma sistemática con total impunidad en todo el entramado de escuelas rusas y casas culturales de nuestro país.

En España, la pieza clave de la guerra híbrida de Putin es la agencia ilegal Rossotrudnichestvo, que es la que distribuye los rublos para mantener a flote las citadas palancas propagandísticas.

Porfolio dio a conocer precisamente hace unos días el lavado de cerebro que se llevaba a cabo con pequeños niños en la escuela de Marbella, pero eso es extensible a media docena más de ciudades como Barcelona, Málaga o Alicante, donde se concentra de manera preferente la población de origen ruso.

Publicidad y propaganda

¿Cómo se publicita Artek? Esencialmente, a través de organizaciones para los expatriados rusos como SORS, cuya presidenta honoraria es Olga Shuvalova, y a través también de la citada urdimbre de centros educativos y culturales que financia Rossotrudnichestvo.

La propia Shuvalova aseguraba literalmente en una entrevista concedida a un medio ruso hace algunos días que muchos de sus niños "pasan sus vacaciones en centros infantiles rusos". Se refería, por supuesto, a Artek.

"A mí me amenazaron con abrirme una causa penal por enviar a los niños a un campamento que está bajo sanciones. Pero no soy yo quien envía a los niños, sino sus padres", decía la presidenta honoraria de SORS.

Un folleto propagandístico de Artek.

Un folleto propagandístico de Artek.

Ignoramos a qué causa se refería exactamente. Los únicos que, hasta la fecha, han tratado de presionar a las instituciones españolas para que emprendan acciones judiciales son los miembros de la organización de disidentes Rusos Libres.

Por otro lado, Shuvalova olvidó mencionar en la entrevista que la organización de expatriados que preside es la captadora principal de los chiquillos. Saben que el campamento es ilegal, pero SORS y las escuelas rusas conectadas a ella siguen divulgando las actividades del centro de adoctrinamiento y recogiendo testimonios de los menores que viajan a Crimea con pasaporte español.

Hay constancia de que 70 niños españoles habían viajado al centro de adoctrinamiento desde la anexión de Crimea hasta 2019. Probablemente, a día de hoy, podrían superar el centenar.

Un sello soviético de Artek.

Un sello soviético de Artek.

Hasta Artek también se envían niños de Austria, Grecia, Irlanda, Canadá, Bélgica, España, Noruega, Países Bajos, Suecia, Portugal y Francia, entre otros países europeos. "Entre los temas clave del turno actual se encuentran el 80º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria y el Año del Defensor de la Patria", se decía hace unos días en un despacho de la agencia Tass.

En un vídeo distribuido por Artek recientemente, una niña española llamada Alicia M. aseguraba a propósito de su experiencia: "Yo animo a los niños a que se esfuercen para venir a Artek. Incluso si se les asigna el escuadrón que no querían, que saquen el máximo partido".

Esta misma semana, la organización del campamento distribuyó fotografías de los encuentros que habían mantenido los chiquillos con militares involucrados en la agresión a Ucrania.

Un fragmento de un vídeo en el que un soldado ruso envía saludos a los niños de Artek.

Un fragmento de un vídeo en el que un soldado ruso envía saludos a los niños de Artek.

Lo cierto es que los agentes de influencia de Moscú campan en España a sus anchas. Desde que comenzó la invasión a gran escala, han convertido nuestro país en el campo de batalla de cacerías salvajes como la dirigida por la agente de Moscú, Victoria Samoylova, contra el cura Andrey Kordochkin.

Samoylova estuvo reclutando abiertamente hackers y phisers de organizaciones de cibercriminales rusas y, hasta el día de hoy, no ha respondido ante la justicia.

La libertad con la que actúan todos estos personajes es tan notoria que, como también dio a conocer EL ESPAÑOL , un atamán de los cosacos llamado Alexánder Vasilenko tomó parte sin problemas junto a Shuvalova hace solo unas semanas en una especie de versión tinerfeña de unos juegos rusos de inspiración militar conocidos como Zarnitsa 2.0.

Es cierto que, al principio del conflicto, se prohibieron RT o Sputnik, pero para reemplazar su narrativa tóxica se reforzó el papel de una red de influencers de la que forma parte Liu Sivaya. Toda la maquinaria del poder blando del Kremlin y todos los resortes de su guerra híbrida han permanecido intactos.