Antonio Tabanera, uno de los 100 becados por Felipe VI.

Antonio Tabanera, uno de los 100 becados por Felipe VI. Cedida

Reportajes

Un día con Antonio, el joven con 50 matrículas en la universidad al que becó Felipe VI: "Trabajo y estudio 13 horas cada día"

Aunque ha cambiado de país, su pasión por el atletismo la sigue manteniendo en Oxford. Los fines de semana compite en los torneos.

Más información: La hazaña de Antonio Tabanera en la universidad: saca 50 matrículas entre la carrera y el máster y es becado por Felipe VI

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Antonio Tabanera (Segovia, 2000), uno de los 100 becados de Felipe VI en la convocatoria de 2024 por la Fundación la Caixa, fue seleccionado para realizar el doctorado en Ciencia de la Ingeniería especializado en Mecánica de Materiales, en la Universidad de Oxford. Finalizó la carrera con una nota media de 9,68 sobre 10 y el Máster con un 9,58 y un total de 50 matrículas de honor entre el Grado y el Máster en Ingeniería Aeroespacial, con 58 asignaturas en total.

"Si quieres conseguir la excelencia, tienes que dedicarle mucho tiempo, saber organizarte bien y saber que si al final quieres conseguir algo, como por ejemplo ir a una de las mejores universidades del mundo, como en este caso la Universidad de Oxford, o trabajar en los proyectos o en las compañías más importantes y más punteras a nivel internacional, sabes que te tienes que esforzar.

Entre eso y la disciplina también obtenida con el deporte, a base de los años y saber organizarte y llevarlo todo, consigues sacar buenas notas en las asignaturas. Eso acaba derivando en las matrículas", explica Antonio Tabanera en conversación con EL ESPAÑOL.

Antonio Tabanera.

Antonio Tabanera. Cedida

Un año después de finalizar el máster, Antonio ha cambiado el aula por el laboratorio, no obstante, mantiene el ritmo frenético que lo llevó a destacar tanto en el atletismo como en sus estudios, y ahora lo aplica en Oxford.

"Nada más llegar me pongo con los ordenadores a hacer las simulaciones porque la verdad es que puede llevarte parte de la mañana, y luego lo que solemos tener una o dos veces a la semana, que es una de las cosas más destacadas que tenemos aquí, es lo que llaman los seminarios. Son charlas donde vienen expertos de todas las ramas de la ingeniería a compartir sus conocimientos sobre los últimos avances. Cuando acaban me voy a comer con los compañeros del grupo de investigación y compartimos lo que nos ha sucedido durante las simulaciones".

Su jornada comienza a las ocho de la mañana y, aunque permanece en el laboratorio hasta las seis de la tarde, cuando termina de entrenar, al llegar a casa dedica entre tres y cuatro horas adicionales, según el día y la carga de trabajo. Durante la tarde realiza experimentos para verificar si las predicciones realizadas por ordenador se cumplen y, cuando el reloj marca las seis, se dirige directamente al centro de entrenamiento.

Aunque ha cambiado de país, su pasión por el atletismo la sigue manteniendo en Oxford. Entrena todos los días más de dos horas junto a sus compañeros del equipo de atletismo de alto rendimiento y, para él, "es el momento más relajado del día". "Me gusta ir porque al final es gente que no está en tu departamento, no está haciendo lo mismo que tú y puedes hablar de temas más variados, desde lo que están haciendo ellos hasta temas deportivos y cosas más de actualidad", comenta el ingeniero.

Antonio no reduce el nivel de exigencia que se impone ni siquiera los fines de semana. Los sábados y domingos, aunque su rutina cambia ligeramente, aprovecha para asistir a competiciones de atletismo, "que pueden ser tanto en Inglaterra como en el extranjero". Al regresar, dedica algunas horas al estudio para poder asistir con tranquilidad a la cena formal que organiza la universidad."

"Todos los alumnos de Oxford que se dividen en 43 colleges nos reunimos para cenar vestidos de gala con un traje típico aquí de Oxford, que es el traje como de las graduaciones y de los actos importantes. Cenamos todos juntos con un menú que suelen hacer cocineros profesionales", explica Antonio.

Antonio junto a sus compañeros con el traje típico de Oxford.

Antonio junto a sus compañeros con el traje típico de Oxford. Cedida

"Al final es un momento muy especial porque se hace todo de manera muy tradicional, con las velas, las cenas, te lo ponen todo en lo que vendría siendo como una especie de salones, como si fuese prácticamente de película, como lo que podría ser un castillo en Harry Potter, y bueno, pues estás ahí un par de horas cenando con todos los compañeros, y ahí termina el día, pero que es algo muy especial, y que estás esperando toda la semana por lo bonito que es la experiencia".

Pregunta.– Antonio, ¿un día de descanso, en el que no estudies, no existe ahora mismo?

Respuesta.– Prácticamente te diría que no, hasta ahora no ha habido muchos. Los fines de semana son lo más parecido a descansar, pero aun así, cuatro o cinco horas dedico a estudiar aunque no tan intensas. Al final, en el momento en que te gusta o que tienes curiosidad por lo que estás investigando, pues ya solo te pones a leer o a hacer simulaciones que hasta te diviertes haciéndolo, así que por ahora no he tenido muchos días de descanso completo.

Regreso a España

Uno de los motivos por los que decidió abandonar España es por la posibilidad que le ofrece Oxford de colaborar en importantes investigaciones cuya financiación está a "años luz de las que se manejan en España". El hecho de trabajar junto a las personas más importantes y representativas de los distintos sectores es una oportunidad que Tabanera no ha querido desperdiciar.

"España está mejorando, pero la posibilidad que tenemos actualmente en Oxford no la hay en nuestro país".

Su vida ha cambiado por completo tras su llegada a la histórica ciudad inglesa. Durante el grado y el máster se dedicaba a estudiar las investigaciones que habían desarrollado otros, mientras que en el doctorado es él quien formula nuevas teorías. "Lo que me mantiene más motivado y hace que no descanse tanto como debería son las ganas de avanzar hacia el "cero neto" en motores de reacción, como los de aviones".

Sin embargo, a pesar de lo mucho que está disfrutando en el Reino Unido, no ve su futuro más próximo allí. España está progresando en el sector aeroespacial y cada vez se están estableciendo más empresas muy potentes, por lo que su regreso es cada vez más probable.

"Es una duda que tengo, porque ahora estoy trabajando en proyectos punteros, pero la calidad de vida en España me tira mucho. Además, veo muchas mejoras en mi campo".