
Laura Heristone, la dueña de la librería LGTBI, posa para EL ESPAÑOL con los mensajes de odio en redes.
Laura abrió la primera librería LGTBI de Extremadura y vive bajo acoso y amenazas: "¿Dónde está? Quiero ir a quemarla"
La joven extremeña ha recibido más de un centenar de notificaciones en redes sociales donde la instan a "no acercar esa literatura a los niños".
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"¿Se puede llamar cultura al adoctrinamiento sectario?". "Luego no compitas con tu género ni pretendas entrar a los baños". "Ni son iniciativas necesarias ni acerques esa literatura a nuestros niños".
Estos son sólo algunos de los mensajes de odio que recibe Laura Parra (Plasencia, Cáceres, 1991) a diario desde que abrió el telón de su pequeño negocio.
Su librería, "la primera de literatura queer en Extremadura", echó a andar hace dos meses. Narra a EL ESPAÑOL la espiral de odio en la que se ha visto envuelta desde entonces.
La joven extremeña concluyó sus estudios en Interpretación en Madrid para volver a su tierra, Plasencia, para "emprender" allí, donde tiene toda su vida.
Se dio cuenta de que cuando acudía a librerías convencionales, no encontraba referencias a literatura LGTBI y optó por hacerlo en la suya. "Quiero especializarme y conectar con esas realidades", comenta.
"Primero había libros de todo tipo. Comencé a traer literatura LGTBI y tuvo una buena recepción, con una estantería que generaba interés".
Parra consideró que era "necesario" equipar su librería con obras de este colectivo. "Es un espacio cultural. No había nada en la zona parecido", precisa.
Poco a poco, fue recibiendo, a través de sus redes sociales tanto en su perfil empresarial como personal, una batería de improperios, mensajes de acoso y amenazas: "¿Dónde está? Quiero ir a quemarla".
"Cuidado con lo que vendéis a los niños que ya nos conocemos", "tienen que ser el centro de atención siempre con estas gilipolleces", dicen otros mensajes.
El primer libro lo colocó en la estantería un lunes del pasado mes de abril. El 7, concretamente. Pues a los dos días, al subir una publicación en redes, comenzaron las amenazas.
Niega a este periódico haber interpuesto una denuncia ante las autoridades competentes por estos mensajes recibidos. Pero afirma estar "asesorada".
"Esto lo saben las entidades y me dijeron que no denunciase porque no iba a conseguir nada", dice Parra a EL ESPAÑOL, quien afirma haber recibido más de un centenar de comentarios.
Incluso, hubo un caso que llegó a más. Dado que la joven se dedicó a exponer en su librería pantallazos de los mensajes de odio donde aparecen los usuarios que los enviaron, éste la amenazó.
"Me dijo que si no quitaba los carteles, me iba a denunciar y que tendría represalias", explica la mujer extremeña.
Pero eso no detuvo a esta actriz reconvertida a librera: "Traje más y más libros". "Ahora mismo tendré unas 170 obras de literatura LGTBI", sostiene Parra a este diario.
"Al final es mi proyecto. He invertido mucho dinero, tiempo y energía. Hemos construido todo esto entre todas", reflexiona la treintañera.
"No todo es malo, desde luego. No pienso cerrar ni mucho menos. También me llegan mensajes muy bonitos. La única forma de hacerles frente es exponerlos públicamente. El odio llama al odio", opina.
A pesar de sentirse empoderada y tirar hacia adelante con su trabajo, confiesa que está "un poco cansada" y opta por no contestar "al ruido".
"Honestamente, siempre he dicho que no tengo miedo pero sí es cierto que hay algo dentro de mí, que me vienen pensamientos intrusivos, donde me imagino escenarios donde algo pueda pasar", se abre la joven.
Hace escasos días, fue a ver a su familia a Cáceres. Al regresar a Plasencia, pasó por la librería para comprobar "que estaba todo bien".
"Lo traduzco en miedo, a pesar de que no quiera verbalizarlo o quiera hacerme la fuerte. No tiene por qué pasar nada. He apostado mucho por él. Ahora es cuando viene más gente y realizo más actividades, es como un punto de resistencia", zanja la librera cacereña.