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Al ruso Vadym Gavenko, de 26 años, le fabricaron un caso judicial que involucraba tráfico de drogas para enviarlo hasta prisión y le ofrecieron a renglón seguido la oportunidad de dejar el infernal presidio ruso donde le habían confinado a cambio de depositar su firma sobre un contrato militar que le obligaba a combatir en los campos de Ucrania.

Al igual que otros muchos jóvenes rusos reclutados mediante engaños e intimidaciones, acabó en una unidad de "shturmoviki", que es como se designa en la moderna infantería rusa a las unidades de asalto que llevan a cabo ataques directos contra posiciones enemigas, especialmente en entornos urbanos o fortificados. A menudo mal equipados y abastecidos con presos comunes, estos batallones han sido utilizados en sentido estricto para lanzar "oleadas de carne de cañón" ('meat waves' de acuerdo a la expresión original inglesa) o como cebos para el enemigo, defendiendo posiciones imposibles.

Sobrevivir a un destino así es casi providencial. Y sucedió que Vadym vio su oportunidad hace un par de meses y decidió escapar. Le preguntamos por toda la secuencia de hechos que anticiparon su huida y lo último que recuerda es "un zumbido en el cielo que sonaba como diez motosierras". Nadie que haya tomado parte en ese conflicto olvidará jamás los drones.

Al cabo de un rato, recuperó el sentido, miró a su alrededor y comprendió que solo dos de sus colegas aún seguían con vida. "Los otros dos muchachos estaban tan malheridos que no podían ni moverse", recuerda.

"Así que me dije: 'Al diablo'. Y comencé a correr hacia un bosque. No me importaba un carajo a dónde iba. Me metí el dedo en las fosas nasales y me froté por todo el rostro la sangre que comenzó a brotar. Me habían instruido para simular una conmoción y, una vez estuve listo, empecé a dirigirme al punto de evacuación, desde donde me extrajeron al hospital de Belgorod".

Este anuncio de una compañía rusa dice: A la UE sin visado. ¡100% legal! Garantizamos acompañamiento completo y apoyo en todas las etapas. Para cualquier pregunta, dirigirse por mensaje privado”.

Este anuncio de una compañía rusa dice: "A la UE sin visado. ¡100% legal! Garantizamos acompañamiento completo y apoyo en todas las etapas. Para cualquier pregunta, dirigirse por mensaje privado”. Cedida

A partir de ese momento, Vadym solo tenía una idea en mente: ejecutar un plan de huida para no regresar ya nunca más a aquel infierno del que había logrado salir vivo. Y lo cierto es que lo consiguió con la colaboración de una organización que ayuda a los desertores rusos a alcanzar España. Gavenko dejó Rusia el pasado 8 de marzo. Han transcurrido más de dos meses y aún se halla varado en la capital de Armenia, Yereván, buscando la manera de viajar a nuestro país o, si eso no es posible, a algún otro destino europeo.

Las ciudades del sur del Cáucaso son algo más seguras que la Federación de Rusia pero, en la mayor parte de los casos, son solo utilizadas como jalón de paso en el camino a Europa u otros destinos situados fuera de la órbita postsoviética a donde todavía alcanza la alargada mano del Kremlin.

2.000 euros para llegar a España

Por las mismas fechas que Vadym salió de Rusia, llegaron igualmente a Armenia con ayuda española otros dos desertores de 19 años llamados Nikita Zvezdov y Georgiy Filatov. Los tres se hallan ahora mismo en busca y captura dentro de Rusia.

Su intención es obtener un visado humanitario para España. Pero como el permiso se demora, están considerando otras rutas irregulares para alcanzar nuestro país. Solo hay un problema. Son tantos ya los miles de rusos que han escapado del país para no ser llamados a filas o para huir del frente que las rutas tradicionales de escape que discurrían por lugares como Serbia o Montenegro han dejado de ser seguras. La consecuencia de ello es que se han creado algunas nuevas, especialmente concebidas para desertores o disidentes acaudalados.

La más insólita de ellas viene conectando Marruecos con la Península desde hace al menos un año mediante yates y veleros. Por inaudito que parezca, según un desertor del Daguestán entrevistado por EL ESPAÑOL, los traficantes transportan a los huidos en estas embarcaciones a cambio de unos 2.000 euros por persona y trayecto. El desembarco se produce en pequeños puertos españoles con escaso control.

De acuerdo a nuestra fuente, hay al menos cinco de estos yates prestando ahora mismo este servicio a rusos. Evidentemente, esta es una modalidad de viaje para desertores o prófugos acomodados porque no todo el mundo posee el dinero necesario para pagarse un asiento en ese último tramo del viaje.

Cuando le pedimos al fugitivo daguestaní que nos proporcione detalles adicionales sobre las características de los veleros o los yates en el que le han propuesto viajar, nos reenvía una fotografía que le mandó el propio traficante.

Se trata de un Bavaria 44, que es un velero de crucero de eslora media fabricado por el astillero alemán Bavaria Yachts. Este modelo fue producido a principio de milenio y, según reza el manual del fabricante, es conocido por su habitabilidad, robustez y rendimiento.

Desconocemos si la foto remitida por el dueño del yate al daguestaní es una instantánea de uno de sus barcos. El de la imagen tiene oculta el número de matrícula y la identificación, pero a juzgar por el tipo de farolas y el aspecto del muelle, se encontraba atracado en Torrevieja o en Valencia. Coincide plenamente el estilo arquitectónico del pantalán, la palmera alineada trasera, las farolas negras verticales cilíndricas (muy típicas de la Marina Salinas o puerto deportivo de Torrevieja) y el tipo de barcos presentes.

Yates como este Bavaria 44 son usados para transportar a los desertores con recursos u a otros expatriados rusos acaudalados desde Marruecos hasta España.

Yates como este Bavaria 44 son usados para transportar a los desertores con recursos u a otros expatriados rusos acaudalados desde Marruecos hasta España. Cedida

En palabras de uno de los "disidentes" rusos con base en Turquía que coordina las rutas de huida a nuestro país de desertores y opositores, "la capacidad de esos barcos es de unas diez personas por trayecto. Esa misma 'compañía' posee cinco barcos en total que prestan el servicio. Hasta donde sabemos, transportan hasta España a unas cien personas mensuales. Naturalmente, solo unos pocos de ellos son desertores. Hay también hombres de negocios y cualquiera que tenga los 2.000 euros del pasaje. Es la mejor manera de llegar desde Rusia si careces de visado".

Dinero fuera de su alcance

El dinero. Ese es el problema. El también desertor Georgy Filatov pasó de manifestarse contra Putin en las protestas organizadas por Navalny a enrolarse de forma voluntaria en una unidad desplegada en Kursk. Fue una terriblemente estúpida decisión pensar que la guerra le proporcionaría un antídoto contra el desamor y una ruptura escandalosamente dolorosa.

Y lo cierto es que no tardó mucho tiempo en apercibirse de ello. "Tuve una novia estupenda: guapa, bien arreglada y de una familia adinerada", nos aclara cuando nos interesamos por las razones que le empujaron a ir a combatir.

Fue su primer amor correspondido. "Nos conocimos en DaiVinchik y llegué a mi primera cita con el iPhone de otra persona, aunque yo tenía un Android viejo", prosigue Filatov. "Salimos durante dos meses y en el verano de 2024, ella cortó la relación con un mensaje a las 4:00 de la madrugada, lo que me sumió en una depresión. Fue entonces cuando decidí joderlo todo. En lo único en lo que pensaba era: 'Si me matan, mi madre recibirá el dinero'".

Georgy firmó el contrato con el Ministerio ruso de Defensa el 13 de noviembre. Al cabo de unos días, ya estaba desplegado en Kursk con la 155 Brigada. El resto de su relato es una copia con variantes de las miles de experiencias de soldados vapuleados por la guerra. Muerte, mutilación, horror, miedo y una herida en los pulmones que estuvo a punto de costarle la vida.

No podía regresar al frente. Prefería morir en el intento de escapar que volver a aquel sembrado de cadáveres. Al igual que Nikita y que Vadym, ahora busca la manera de llegar a España. "Reunir 2.000 euros queda completamente fuera de mi alcance de momento, pero aunque los tuviera, debería hallar antes un procedimiento para alcanzar Marruecos", confiesa.

Huir de Putin no es tarea fácil

En efecto, así es. Lo que plantea a su vez otra cuestión. ¿Cuáles son los principales itinerarios y procedimientos que siguen todos estos desertores, delincuentes, disidentes y prófugos de la Federación de Rusia para plantarse en la antesala ibérica del territorio Schengen?

Lo cierto es que escapar de Putin se ha convertido en un sofisticado y a menudo peligroso objetivo que involucra el uso de VPNs para acceder a información prohibida sobre rutas de escape; la utilización de redes alternativas para conectarse a sus mecenas europeos a través de darknets; el uso de criptomonedas para pagar, por ejemplo, a traficantes en la frontera abjasia o la activación del protocolo "Lázaro" (borrado remoto de dispositivos) al cruzar a Turquía.

Mucho antes de eso, en el frente, se simulan bajas quemando documentos de identificación y mezclándose con civiles ucranianos durante las evacuaciones. Es también frecuente la colaboración con inteligencia ucraniana. Al menos, un 12 por ciento de los desertores contactaron previamente al SBU (Servicio de Seguridad Ucraniano) mediante canales de Telegram administrados desde Polonia.

El procedimiento estándar implica a veces el envío de coordenadas de unidades rusas mediante mensajes autodestructivos; la entrega de armamento o vehículos como "dote" para negociar el asilo y la implantación de malware en sistemas de comunicación tácticos (Doppler-3M) como prueba de buena voluntad.

Una vez fuera del teatro de operaciones, emergen varios corredores principales hacia nuestro país, además de la nueva ruta de los yates que EL ESPAÑOL ha descubierto. Lo más habitual hasta la fecha era, y sigue siendo, llegar a través de Serbia, Emiratos Árabes o Montenegro, previo paso por Georgia, Kazajistán o Armenia.

una alerta de búsqueda de un desertor del ejército ruso. En el documento, se acusa al a un desertor de atacar a sus propios compañeros tras recibir armamento.

una alerta de búsqueda de un desertor del ejército ruso. En el documento, se acusa al a un desertor de atacar a sus propios compañeros tras recibir armamento. Cedida

El disidente que coordina los viajes a España desde Turquía nos aclara a este respecto que "los desertores compran luego vuelos con destino a países que no requieren visado para rusos, pero que realizan escala en aeropuertos españoles. Durante el repostaje, pueden acceder a una zona del aeropuerto en la que solicitan asilo político a las autoridades fronterizas de España".

Es igualmente frecuente que traten de alcanzar España a través de Turquía, donde transportistas irregulares organizan cruces terrestres o marítimos sin visado hacia Grecia. "Desde allí, viajan por la vía terrestre hasta la Península u otros destinos europeos", asegura el coordinador de estas rutas de escape.

El cruce terrestre a Georgia se realiza a través del Paso de Larsi. El traslado a Turquía se lleva a cabo con documentación georgiana falsa. Desde allí, hay quien tomaba un vuelo charter a España como "turistas" desde el aeropuerto Sabiha Gökçen (Estambul).

Es igualmente usado el paso fronterizo no oficial entre Pskov (Rusia) y Letonia o el corredor aéreo africano que conecta Moscú con Argelia, desde donde, según nuestra fuente, se han organizado también viajes en yate a algunos puertos andaluces, valencianos y murcianos.

Existen incluso organizaciones con centros logísticos en Tbilisi y Estambul que han estado proveyendo a los desertores que viajaban a España de pasaportes biométricos armenios/georgianos o implantes subdérmicos con datos médicos falsos (grupo sanguíneo, alergias).

En todo caso, la mayoría de solicitantes rusos ha entrado "por carretera" a España. También se han documentado algunas entradas regulares por avión, especialmente vía Barajas. El primero y más conocido de los casos, divulgado por EL ESPAÑOL hace ahora tres años, es el de Nikita Chibrin, un veterano ruso presente en la retaguardia durante la masacre de Bucha que voló desde Georgia a Madrid. Aunque fue recibido con una alfombra roja por las autoridades españolas, Nikita ha bregado con dificultades para regularizar plenamente su situación en España.

De forma sistemática, la Policía española permanece en contacto con los desertores para verificar su situación (incluso les ha ofrecido ayuda para buscar empleo). En general, no ha habido grandes conflictos legales internos: viven como solicitantes de protección internacional (refugiados políticos) y no se conocen violaciones graves de nuestras normas legales. Eso sí, se ha registrado un incidente grave: en febrero de 2024 el piloto desertor Maxim Kuzmínov fue asesinado en Villajoyosa (Alicante) por sicarios a sueldos de los federales rusos.

A pesar de todo, el clima es de extrema precaución. De una parte, los desertores evitan aparecer públicamente. Y de otra, hay cierta preocupación en las agencias occidentales de inteligencia por la posibilidad de infiltración de agentes rusos entre los desertores.

Hasta ahora no existen pruebas de que el Kremlin esté introduciendo espías o criminales deliberadamente en este flujo migratorio. De hecho, varios estados europeos han tratado a estos desertores como perseguidos políticos: el Ministerio del Interior alemán y el tribunal nacional francés han acordado conceder protección internacional a quienes huyen del ejército ruso.

Ha habido también algunos sustos entre los desertores que optaron finalmente por alcanzar España desde países próximos al Kremlin como Serbia o Montenegro. Se conocen varios casos de fugitivos retenidos sobre los que pende la amenaza de la extradición, lo que de facto equivaldría a una condena a muerte o una larga pena de prisión.

Y esa es precisamente la razón por la que se están popularizando los viajes en yate, que a la postre han devenido la apuesta más segura para quienes carecen de visado. La más segura y la más cara. Especialmente para desertores pobres como Nikita, Vadym y Georgy, que son la mayoría