
Raúl G. H., de 41 años, es el autor del asesinato de un menor de edad de 16 años que mantenía una relación con su exnovia marroquí, de 30 años.
El triángulo amoroso fatal de El Ejido: Raúl mató al menor que salía con su ex y ahora su familia lo entierra en secreto
El adulto, de 41 años, disparó tres veces al adolescente, de 16 años, por pasar la noche con su exnovia marroquí, de 30 años. "El niño fue a recoger tres gorras que le había comprado la mujer en un viaje a Marruecos".
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En la morgue de Almería ha permanecido el cuerpo de Raúl G. H. sin que lo reclamara ningún familiar desde el viernes 7 de marzo hasta este miércoles 12. Durante cinco días, sus allegados no querían saber nada de este hombre, de 41 años, oriundo del 'Barrio de las 80 Viviendas' en El Ejido, por acabar con la vida de un pobre chaval, con solo 16 años, disparándole a quemarropa, por mantener una relación con Hanae: la exnovia de Raúl. "La situación está muy caliente". "La familia de Raúl no reclama el cuerpo porque seguramente teme represalias", según cuenta un amigo de los familiares del menor asesinado y que asistió a su velatorio.
Esta persona no exagera con sus afirmaciones porque EL ESPAÑOL ha contactado con los dos únicos tanatorios que hay en El Ejido y confirman que "no tienen previsto" acoger el velatorio de Raúl: un hombre con antecedentes, divorciado, padre de una hija, y que perdió la cabeza por Hanae, una mujer de 30 años, natural de Marruecos, conocida como Fátima entre los vecinos y en redes sociales. De hecho, le disparó tres veces al adolescente cuando le vio salir del piso de su exnovia marroquí, sobre las seis y media de la madrugada de un trágico viernes 7 de marzo.
De modo que es una incógnita el lugar de la provincia de Almería donde recibirá sepultura Raúl: el hombre que disparó a un menor y a continuación se suicidó de un tiro en la cabeza. Lo único que está claro es que la ley del talión sobrevuela El Ejido. Desde aquel viernes, hay una calma tensa en el Barrio de Matagorda donde residía este adolescente, en el seno de una familia numerosa, y esa tensión se extiende al 'Barrio de las 80 Viviendas', conocido así por sus bloques de viviendas sociales.
"Los familiares de Raúl no reclamaban su cuerpo en la morgue porque estaban asustados", tal y como confirma una fuente policial conocedora del caso. "Muchos allegados se han marchado de 'Las 80 viviendas', por miedo a represalias: dicen que va a correr la sangre", según confirma esta fuente policial. "Los familiares de 'Las 80 Viviendas' fueron a darle el pésame a la familia del jovencito asesinado y los echaron del tanatorio diciéndoles que le iban a pegar fuego a la barriada".
Tan solo hay que ver el contenido de algunos comentarios de TikTok que han publicado los allegados del menor asesinado: "Te quiero hermano, ya lo pagarán todo". Las patrullas de Policía Nacional y de la Policía Local de El Ejido están muy pendientes de lo que ocurre en esas dos barriadas marcadas por la marginalidad y el olvido de la Junta de Andalucía, así como del Barrio de Santa María del Águila donde se tiene constancia de que tuvo su último domicilio Raúl G. H., de 41 años.

Un cordón policial en la calle Francisco Ayala de El Ejido donde se produjo el tiroteo la madrugada del viernes 7 de marzo.
También ha puesto pies en polvorosa el vértice de este triángulo amoroso mortal: un caso que la Comisaría de El Ejido investiga "como diligencias reservadas". Esta mujer marroquí, de 30 años, era plenamente consciente de que tendría consecuencias su relación, aparentemente desconocida por los padres de un menor de edad al que sacaba catorce años de diferencia, y que fue asesinado por su exnovio a sangre fría cuando salió de su piso en la calle Francisco Ayala.
"En cuanto le comunicaron que había muerto su novio, la mujer se marchó de la vivienda porque tenía miedo a represalias", según detalla esta fuente policial. No le quedaba otra a Fátima a la vista de la rabia -con tintes de racismo- que circula por redes sociales como Instagram: "Que esa mujer se vaya de donde esté"; "Esas moras hacen mucha brujería y de 'to'. Ahora mira: ¡La mayor culpa la tiene ella!"...
En breve, el Grupo de Homicidios entregará sus diligencias a los juzgados de El Ejido y una fuente de la Policía Nacional avanza que los investigadores expondrán que Raúl "mató por celos" al menor de edad, "porque estuvo toda la noche" en el piso de su exnovia: Fátima. "No se han practicado detenciones". De forma que no habrá consecuencias penales. "El homicida se suicidó y la muerte extingue la responsabilidad penal, otra cosa es si la familia exige una indemnización por vía civil".

La calle Francisco Ayala donde Raúl mató al novio de su expareja Fátima.
Así resume otra fuente policial el 'crimen del trío': ocurrido en la zona de La Loma de la Mezquita, la madrugada del viernes 7 de marzo. "La chica de 30 años mantenía una relación sentimental con el vecino de Santa María del Águila, de 41 años, lo dejan y él no lo acepta. Ella comienza una relación con el chico, de 16 años, y esa noche la pasan en la casa de ella. Por la mañana, el chico pide un taxi y el adulto le pega dos tiros dentro del taxi y luego se suicida". "El trasfondo son los celos". "Raúl estaba enamorado de la marroquí, no aceptó la ruptura de su relación, no lo había superado y estaba depresivo". "El chico había pasado toda la noche con ella y en cuando le vio salir del piso le disparó".
La víctima de este triángulo amoroso interracial era un menor con un historial de absentismo escolar, pero de buen corazón, aficionado a coleccionar gorras, a esculpir sus brazos con tatuajes, a subir publicaciones en TikTok y a la música de Bad Gyal. "El niño fue a recoger tres gorras que había comprado la mujer en Marruecos y se las iba a regalar porque acababa de llegar de un viaje a su país", tal y como desvela un amigo de los familiares del menor asesinado y que asistió a su velatorio.
"Al crío le gustaba coleccionar gorras y un amigo suyo contó que a las dos de la madrugada del viernes, se fue a casa de la marroquí a recoger ese regalo". Este horario denota que los padres, probablemente, no sabían que su hijo había iniciado una relación con una mujer que está en la treintena. "El taxista que fue a recogerlo a las seis de la madrugada, era familiar del crío, y lo llevó al hospital, pero no pudo salvarlo". La tragedia se consumaba en El Ejido, donde el miedo a la ley del talión se respira en los dos barrios de los protagonistas de esta terrible historia.

Un cementerio en El Ejido.
"La criatura fue a recoger los regalos, sin saber que por allí había alguien esperando porque ese hombre estuvo dando vueltas por la calle Francisco Ayala a las diez de la noche. El que lo ha matado era un celoso y se ha cargado al más inocente". No hay palabras para describir el dolor que sienten los padres del asesinado. "Tenía 16 años y medio: estaba en la flor de la vida", tal y como reflexiona un familiar del menor acribillado a balazos. "Era una persona que no buscaba problemas". "Esta mujer le ha buscado y ha pasado lo que ha pasado".
"No sé cómo se conocieron". "No tenemos ni idea de cuánto tiempo llevaban juntos", insiste este familiar. "Lo llamó para darle un regalo porque había estado de viaje en Marruecos". El velatorio de este adolescente comenzó en el domicilio de los padres, en el Barrio de Matagorda, debido a que el Instituto Anatómico Forense no les entregó el cuerpo hasta el domingo al mediodía. De forma que en la casa familiar, durante 48 horas, no dejaron de acercarse familiares y amigos para darles el pésame.
Todo ello, en medio de un dispositivo de vigilancia y prevención con patrullas de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. El lunes recibió sepultura el menor. Este miércoles, un portavoz del TSJ confirmó que el cadáver de Raúl G.H. fue retirado del Instituto Anatómico Forense, pero los dos tanatorios de El Ejido afirman que no albergarán su velatorio, de forma que es un secreto cómo y dónde ha recibido sepultura.
Lo que no es un secreto es una imagen de Raúl que circula de WhatsApp en WhatsApp, tumbado sobre la acera, vestido con un chándal gris, y completamente ensangrentado, tras pegarse un tiro con una pistola corta, tipo beretta, con la empuñadura dorada. Su suicidio no sirve de consuelo para los padres del adolescente al que mató a bocajarro. "Los padres están muy mal". "Están sedados". "El dolor es muy grande". "Esto ha sido muy duro para la familia". "Que la Justicia divina imparta Justicia".