Luis Borjas, junto a la misma verja que separaba La Línea de Gibraltar y que abrió en 1982.

Luis Borjas, junto a la misma verja que separaba La Línea de Gibraltar y que abrió en 1982. Marcos Moreno

Reportajes

La verja de Gibraltar de los trabajadores españoles 42 años después: pensiones dignas y mejor fiscalidad

Los trabajadores transfronterizos y llanitos hablan con EL ESPAÑOL sobre las negociaciones tras el Brexit y sus principales escollos. 

27 mayo, 2024 01:59
La Línea / Gibraltar

Luis Borjas ya ha visto de todo. Y, cuando dice de todo, es literalmente de todo. No en vano fue la persona que en 1982 giró la llave, abrió el cerrojo y puso fin a 13 años de separación física entre España y Gibraltar. Ha visto tanto que, de aquella foto famosísima, nunca ha querido saber nada. Y de esta historia, de cuando España tuvo su muro de Berlín, no se acuerdan ya por ahí arriba. Pero en La Línea de la Concepción y en el Campo de Gibraltar, sí. Perfectamente.

Por eso, que las negociaciones en torno al Brexit entre Europa, Reino Unido, España y Gibraltar hayan vuelto a paralizarse y que haya habido discrepancias, no ha cogido por sorpresa a nadie. ¿Desilusión? Sí. ¿Sorpresa? Ninguna. Ni para los llanitos ni para los campogibraltareños. Para Luis, por supuesto, tampoco.

Lo que ha vuelto a pasar, visto ahí abajo, y por poner un símil gráfico que se entienda arriba, es como lo del Cádiz C. F. Que si te pita el árbitro, que si el VAR, que si no se han hecho fichajes. Y la afición, a sufrir, que viene de serie.

La proximidad de las elecciones europeas y el adelanto electoral en Reino Unido anunciado el 22 de mayo por el primer ministro Rishi Sunak han pospuesto nuevamente las negociaciones para regular la situación de Gibraltar. Tras un Brexit aprobado en 2016 y los dos años de moratoria, seis años después del plazo, no hay nada cerrado con Gibraltar. Cuando se iba a hacer, justo en el momento culminante, tiro al poste. O lo que es lo mismo, que se han cruzado dos elecciones.

Son varios los puntos que siguen sin estar claros dentro de las numerosas reuniones, llevadas en altísimo secreto, sobre los intereses de Gibraltar y España, es decir, de Europa. Básicamente y a grandes rasgos son cinco: el uso del aeropuerto, el control del Frontex en el aeropuerto y en el puerto, los derechos de los trabajadores españoles en la Roca, la fiscalidad y la eliminación de la verja que hace 42 años abrió Luis.

La soberanía no ha entrado en el debate. Básicamente, porque no lo habría habido: Gibraltar y Reino Unido se habrían cerrado en banda.

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"Le quité las llaves al administrador porque le temblaban las manos", recuerda a EL ESPAÑOL Luis Borjas, subrayando que fue "en un acto reflejo". Y luego, descorrió el cerrojo. "El primero que pasó fue un hombre mayor", recuerda este Policía Nacional ya jubilado, con varias medallas al valor, al mérito civil, medalla de oro de la Junta de Andalucía... y que incluso en una ocasión fue invitado por la Casa Real a la celebración de la onomástica del rey. A sus 66 años, nunca jamás ha hablado con ningún medio de comunicación hasta la fecha de aquel día de 1982 que puso fin a 13 años de encierro. 

Un encierro que concentró en Gibraltar un odio cerval a Franco y a España, al impedirles salir a La Línea y acceder a España si no era por Tánger. Y en el Campo de Gibraltar, y sobre todo en La Línea, el cierre provocó un éxodo masivo, despoblación y pobreza, porque vivían de la Roca. 

Luis Borjas, con barba, instantes antes de abrir la verja de la frontera con Gibraltar en diciembre de 1982.

Luis Borjas, con barba, instantes antes de abrir la verja de la frontera con Gibraltar en diciembre de 1982. E.E.

La conversación con Luis, y con otros más, ocurre en la semana en la que podría haber sido y no fue. Para entenderlo mejor, números. Gibraltar tiene un PIB per cápita casi 80.000 euros. Al otro lado de la frontera, se encuentra el otro dato: de 25.168 euros, el de La Línea de la Concepción.

José Agustín es de La Línea, pero lleva 11 años viviendo en Gibraltar, casado con una llanita. Trabaja allí como maquinista. "Gracias a ella, porque en La Línea no tenía nada más allá de meses y meses de paro. Ahora estoy fijo", explica.

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Sobre el acuerdo, José Agustín incide en que "no es de recibo que se tarde una hora y media o dos horas en salir. Lo de la reja... estamos todos de acuerdo en que es necesario un tránsito mejor. Sobre el control de fronteras, ellos no quieren ni policía ni guardia civil. Es lógico. Yo me pongo en los dos sitios: lo que no quieren es que España pueda mandar en Gibraltar. Y para los transfronterizos, mejoras en su régimen fiscal". 

Los transfronterizos. Dícese de la persona que diariamente cruza una frontera para acceder a su puesto de trabajo. En Gibraltar son en su mayoría del sector servicios, hostelería, comercio, pero también hay de la construcción y de la sanidad, como médicos y enfermeras.

José Agustín, tras salir de Gibraltar para ver a su madre, que vive en la Línea.

José Agustín, tras salir de Gibraltar para ver a su madre, que vive en la Línea. Marcos Moreno

Son casi 15.000 los que diariamente atraviesan la frontera, de los cuales 11.000 son de La Línea. Prácticamente la mitad de su población activa. Por tanto, el PIB de La Línea viene determinado por estos trabajadores... que cuando llega su jubilación perciben unas 478 libras de pensión. 561 euros, al cambio.

"¿Por qué aquí no abren fábricas? ¿Por qué no se invierte en la Línea? ¿Por qué aquí solo hay contrabando y droga?", se pregunta José Agustín. "Aquí la mayoría somos honrados. Aunque no te creas que en Gibraltar los sueldos son altos. Son 1.200 o 1.300 libras al mes. Hay gente que cobra menos, y gente que cobra más. Yo en España tengo 18 años y medio cotizados. En Gibraltar, 10. Pago dos haciendas, porque tenemos una doble imposición fiscal. Y como quieras ganar más y hacer horas extras, te crujen en España". 

De La Línea son, mínimo en grado cuarterón, los llanitos, como la mujer de José Agustín. Quien no tiene un primo tiene un sobrino llanito o una abuela de La Línea... o de Sevilla o de Ronda, localidades de las que se nutrió La Línea para crecer.

"Si con el Brexit, en Gibraltar... vamos, que los gibraltareños querían ser europeos. Querían comprar en La Línea, en San Roque, en Marbella...". Gibraltar rechazó masivamente salirse de la Unión Europea: un 95,91% votó en contra del Brexit.

 

Manolo Márquez fue trasfronterizo hasta su jubilación. Le ha quedado poco más de 500 y pico euros de pensión tras haber trabajado 44 años como soldador. En España tenía 13 años cotizados, y por ello cobra otros 480 euros. "Para cobrarlos, pagué a la Seguridad Social de acuerdo con un convenio para emigrantes, 163 euros al mes, al principio. Luego eran 265 euros. Tuve que dejar de pagarlo porque mi hijo se fue a Sevilla a estudiar y no se podía". 

Es de La Línea, pero tras hacer el servicio militar, en 1977, se fue a Gibraltar con su hermana, que había enviudado de un llanito y tenía una hija de corta edad. "Pues sí, allí están dolidos con Franco y con España. Los miembros de la familia nos hablábamos a voces, de lejos, y con la verja en medio, y nos enterábamos de quién se había muerto y de quién se había casado a gritos. Fue muy duro". 

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Ir al entierro

En noviembre de 1978 ya había teléfono en casa de su hermana. La verja llevaba cerrada 9 años, y para ir a La Línea había que ir a Tánger, y de ahí, a Algeciras. "El teléfono sonó. Era mi cuñado. Me dijo que mi padre había muerto. Si iba a Tánger y luego a Algeciras, no llegaba ni al tanatorio ni al entierro", musita el hombre mientras la barbilla comienza a temblarle. "Lo siento, lo siento", se justifica girando la cara, para esconder su dolor. "Mira que han pasado años... pero no lo puedo olvidar".

Manolo Márquez, recién jubilado tras 44 años trabajando en Gibraltar, junto al monumento al Transfronterizo.

Manolo Márquez, recién jubilado tras 44 años trabajando en Gibraltar, junto al monumento al Transfronterizo. Marcos Moreno

Era el mes de noviembre. Intentó cruzar a nado, pero había temporal y era imposible. Mojado, vestido solo con una camisa, llegó a la verja y se agarró con las dos manos a los barrotes mirando su pueblo. "Estaba llorando. Estaba muerto de frío. Se me fue la cabeza. Sólo sé que me puse a trepar y no pensé en nada más porque yo lo que quería era despedirme de mi padre". La Guardia Civil lo detuvo de inmediato. 

"Conté por qué había cruzado. Me llevaron al calabozo. Pero un capitán se apiadó de mí, me sacó, e hizo que dos guardias me escoltaran hasta el tanatorio, y luego, hasta el entierro. Y a las 8 de la mañana del día siguiente de todo lo de mi padre estuve en el cuartel para que me llevaran a Algeciras a coger el barco que me llevara a Tánger, y de ahí, de vuelta a Gibraltar". De Gibraltar salió en 1983, ya con la verja abierta, cuando estaba a punto de que le dieran la nacionalidad."Mi madre estaba ya mayor. La verdad es que podría haber esperado: fui tonto". 

-¿Cuál cree que es el principal escollo en las negociaciones Europa-Gibraltar?

-Que Gibraltar no se fía de España porque sienten que solo se han llevado palos. Lo más grande será abrir la frontera. Y los políticos, que tienen mucho desconocimiento de lo que pasa aquí. Aquí vino hasta Diego Cañamero para saltar la verja con el Brexit, y cuando habló con nosotros (los transfronterizos), lo entendió todo y se puso de nuestra parte. Y es que todos los políticos son iguales. Ninguno se ha interesado por nuestros problemas del día a día. 

-Dígame uno.

-Cuando te despiden en Gibraltar, tienes que rellenar el 1, que es como se llama un documento necesario para cobrar el paro dentro de un trámite que depende de Gibraltar. Pues tarda meses, e incluso años. Y mucha gente se queda sin cobrar el paro, porque son muchos requisitos, el documento es en inglés... vamos, que firmas el finiquito y no sabes lo que estás firmando. Que lo mismo lo que te ponen por delante no es un despido, sino que te vas voluntario. Que me pasó a mí una vez. 

-Me hablaba antes de los políticos.

-La política ha dividido mucho. Yo lo que pido es que sean de las siglas que sean, que se cierre el acuerdo. Porque si no es ahora, no se va a hacer nunca.

En Gibraltar

Para cruzar de España a Gibraltar, de facto se entra hoy en Europa, aunque haya frontera. Por eso solo hace falta el DNI. Una vez allí, se descubren muchas peculiaridades de Gibraltar. Por ejemplo, que el agua corriente es desalada y que usan agua del mar para el saneamiento, el baldeo, y la cisterna de los sanitarios. Pero en 2024 aún no tienen depuradoras y vierten las aguas sucias al mar, algo muy denunciado históricamente por los ecologistas. También, que el Gobierno paga los estudios universitarios en Reino Unido a todos los gibraltareños, con los vuelos y la manutención incluida.  

Una de estas particularidades, y un escollo en las negociaciones, es su aeropuerto. Mal llamado aeropuerto, porque en realidad es un aeródromo o pista de aterrizaje, en principio, para uso militar, pero que en la práctica se usa para vuelos comerciales. Pocos aeropuertos de uso civil del mundo existen donde se cruce a pie una pista de aterrizaje. Es exactamente lo que se hace para acceder a La Roca. 

Miles de personas cruzan a diario la pista de aterrizaje del aeródromo de Gibraltar.

Miles de personas cruzan a diario la pista de aterrizaje del aeródromo de Gibraltar. Marcos Moreno

A un tiro de piedra se encuentra el puerto de Algeciras y uno de los núcleos industriales y logísticos más relevantes de España. El aeropuerto más cercano es el de Málaga y el de Jerez de la Frontera. Para la zona, su uso sólo en términos económicos es capital. El aeródromo de Gibraltar se ubica en un terreno que España nunca cedió por el Tratado de Utrecht, sino que fue ocupado por los británicos durante una epidemia de fiebre amarilla a principios del siglo XIX, y ampliado y mejorado durante la Guerra Civil Española.

Londres es consciente de que ese terreno no fue cedido mediante el tratado, pero sostiene que su soberanía sobre la sección sur del istmo se basa en la prescripción: ha estado bajo su control por un periodo largo y continuado de tiempo sin que nunca fuesen cuestionados por ello. 

En Main Street se encuentran Ronnie, Frances y Joseph. Ronnie y Joe son hermanos, y tienen familia en La Línea. Frances es cuarterón: su abuela era de Sevilla. "A nosotros el aeropuerto nos da igual. Lo que no queremos que nos toquen es la soberanía", zanja Ronnie.

-Con lo de la verja estamos de acuerdo. Con lo que no lo estamos es que ahora mismo yo voy a España y me piden el DNI y el pasaporte. Y para los que vengan para acá, solo el DNI.

-Pero eso no lo exige España, sino Europa. Y es por el Brexit.

-Ya, ya.   

De izquierda a derecha,Joe, Frances y Ronnie, en Main Street.

De izquierda a derecha,Joe, Frances y Ronnie, en Main Street. Marcos Moreno

Frances, sin embargo, muestra su preocupación por la inmigración... de España. "Los que no tienen papeles en Europa van a venir aquí". "La negociación, parece ser, que se basa en el principio del enhance, que ya acuñó Peter Caruana hace un montón de años", continúa Ronnie."Joseph, busca enhance para ver qué significa en español".

Su hermano saca el móvil y teclea 'enhance' en el traductor. "Significa 'mejorar'. Pues sí, mejorar. Pero aquí estamos muy tranquilos y se va a meter gente de todas las clases. La tranquilidad no va a ser igual. El brexit es lo que lo ha matado todo. Nosotros no lo queríamos", valora Ronnie.

-¿Conocéis los puntos calientes de las negociaciones?

-Picardo no dice nada. Nos enteramos por la televisión española. Si al final cierra un acuerdo malo, que nos den por culo. Sobre el control del Frontex en el aeropuerto y el puerto (policía europea en lugar de española)... eso va a dar problemas. Pero bueno, hay que llevarse bien.

Carlos Moya es transfronterizo y en activo. Todos los días cruza la frontera. "Esto no le importa nada ni a los políticos de España ni a los de aquí. Y el de aquí (Picardo) va a hacer lo que le diga Inglaterra". Su preocupación es la fiscalidad que le afecta como trabajador, "porque no es lógico declarar impuestos aquí y en España también. Y con el cambio en libras. Si está a 1,16 aquí, en España es entre 1,20 y 1,30. Hacienda siempre coge al cambio, y nos perjudica".

Carlos  Moya, trabajando como encargado en una de las tiendas de Gibraltar.

Carlos Moya, trabajando como encargado en una de las tiendas de Gibraltar. Marcos Moreno

Subraya que hay miles de transfronterizos no sólo de La Línea o del Campo de Gibraltar. "Aquí hay gente trabajando de Madrid, de Asturias, de Portugal, muchísimos... El 25 por ciento de los sanitarios son españoles, hay abogados, ingenieros, informáticos que se dedican al gaming... De Despeñaperros para arriba se piensan que los transfronterizos son los 4 gayumberos que compran tabaco, o los que vienen a hacer trabajos que nadie quiere, y no es así. Eso ya no existe"

¿Y la atención sanitaria para un español que trabaja en Gibraltar? "Pues tengo que entregar un papel allí en España para que no me lo cobren. Y te voy a decir una barbaridad: si me llamase Mohamed y no tuviera papeles, me atenderían. Ellos tienen más derechos que yo. Si voy a Urgencias y no presento el papelito a mí me pasan la factura". 

"Las pensiones, mi jubilación... a mí lo que me espera es pagarme un plan privado. Es cierto que hay compañías aquí que te pagan la mitad. Y al llanito, en general, le da igual todo esto. Hasta que vayan a España a comprar y ya no les devuelvan el IVA".