Maximiliano David M. M., alias 'Maxi' (1d), supuesto líder de la organización dedicada al cultivo de marihuana, junto al rumano Marian R., alias 'Tofla' (1i).

Maximiliano David M. M., alias 'Maxi' (1d), supuesto líder de la organización dedicada al cultivo de marihuana, junto al rumano Marian R., alias 'Tofla' (1i).

Reportajes

'Maxi', de robar el chalet de Camilo Sesto a liderar una red de cultivo de marihuana en Cuenca

La Guardia Civil compara la forma de trabajar de esta banda de narcos con una cooperativa agraria y cifra su beneficio potencial en 2,4 millones.

10 marzo, 2023 03:48
Murcia

Los parroquianos de Valera de Abajo estaban tan hartos de ver proliferar la marihuana en su pueblo que empezaron a bombardear con chivatazos a la Guardia Civil para atajar la expansión del narcotráfico. El 'emprendedor' que supuestamente estaba a la cabeza de este boom de cultivos de maría era 'Maxi': fichado por las Fuerzas de Seguridad, por su implicación en el famoso robo a Camilo Sesto, ocurrido el 12 de enero de 2013, cuando retuvieron al cantante durante horas, tras amordazarlo en su chalé de la localidad madrileña de Torrelodones.

Lo que estaba pasando era un secreto a voces para los poco más de 1.400 vecinos de este pintoresco pueblo de Cuenca que estaba empezando a ser más conocido allende de sus fronteras, por su producción de 'maría', que por sus Fiestas de Moros y Cristianos. Así lo recogen las diligencias del Equipo Roca a las que ha accedido en exclusiva EL ESPAÑOL:

"Componentes del Puesto de la Guardia Civil de Valera, transmiten a esta unidad, que reciben constantemente quejas vecinales, por el incremento de este tipo de cultivos de marihuana, lo que crea alarma social. Ven a estos individuos como personas que parecen "inmunes" ante la ley, además de observar en ellos, un nivel de vida que no es acorde a sus ingresos lícitos, si es que los tienen, ya que algunos no desempeñan actividad laboral alguna", tal y como exponen los agentes.

"Otra cuestión de interés, son las denuncias anónimas recibidas, aportando datos concretos sobre la existencia de una plantación indoor de marihuana, así como su ubicación. Concretamente, en distintas fechas, se recibieron dos llamadas anónimas en el Centro Operativo de Servicios de Cuenca [...]". 

Parte de la segunda nota anónima que recibió la Guardia Civil donde se denuncia la presencia de narcos en Valera de Abajo.

Parte de la segunda nota anónima que recibió la Guardia Civil donde se denuncia la presencia de narcos en Valera de Abajo.

"Igualmente, aparecieron dos notas manuscritas anónimas, en la puerta del cuartel de la Guardia Civil de Valera, informando de nombres de personas que se estaban dedicando a este tipo de cultivos de marihuana, así como los domicilios donde se ubicaban dichos cultivos". Básicamente, algunos vecinos del pueblo se revolvieron contra los narcos. Tales soplos motivaron la apertura de una investigación de la Guardia Civil que incluyó servicios de vigilancia sobre los sospechosos: dos españoles y siete rumanos.

Uno de ellos era Maximiliano David M. M., alias 'Maxi': un vecino de Valera de Abajo, que fue condenado como uno de los seis autores del asalto al chalé de Camilo Sesto, para robarle joyas, relojes, electrodomésticos y 2.500 euros en metálico. Todo ello, tras recibir información privilegiada sobre los planos de la casa y los horarios de un artista que marcó parte de la historia musical de este país, con temas como 'Vivir así es morir de amor', con sus 52 semanas como número 1 en Los 40 principales o con la medalla Máximo Orgullo Hispano que recibió en Las Vegas.

Antena 3 informando en 2013 sobre el robo que sufrió Camilo Sesto en su chalé de Torrelodones.

La Guardia Civil constató que las llamadas anónimas que recibían se hacían desde una cabina telefónica y que el vecino que les dejaba las notas en el cuartel era el mismo por "la similitud de los caracteres". En esta peculiar correspondencia que mantenía con la Benemérita, más que pistas, a los agentes les daba pelos y señales de lo que estaba pasando en el pueblo, al aportarles direcciones concretas y nombres: "Los hermanos Gal y Víctor T. tienen plantas de marihuana en sus viviendas". 

En uno de esos soplos se detallaba que en un inmueble de la calle San Isidro había nada menos que 1.000 plantas. "Según confidencias llegadas a ese puesto de la Guardia Civil, hay muchas personas con un alto poder adquisitivo, tienen coches de alta gama y unos ingresos económicos que les ponen en duda que el disfrute de estos sea obtenido de modo lícito. Algunos ciudadanos de nacionalidad rumana hacen cultivos de marihuana en el interior de sus domicilios, otros en patios al aire libre...".

Los chivatazos que recibieron en el cuartel del pueblo provocaron que las patrullas "prestasen especial atención sobre las personas referidas en dichas notas anónimas". De hecho, el equipo Roca montó servicios de vigilancia de paisano, sobre los sospechosos, que se prolongaron de septiembre a diciembre de 2020: "A tenor de la cantidad de información recibida, la cual indica la posible existencia de un grupo dedicado al cultivo de cannabis sativa, en la modalidad indoor, por parte de esta unidad, se inicia una investigación en base a los datos recibidos y la acreciente alarma social que estos hechos crean en la localidad de Valera de Abajo".

"También se realizan gestiones en la empresa de suministro eléctrico Iberdrola, la cual realiza mediciones en tres domicilios susceptibles de existir plantación, constatando que en ellos existe defraudación de fluido eléctrico, delito conexo y necesario para el cultivo de marihuana en interior, debido a la demanda de energía eléctrica que necesitan este tipo de cultivos".

Ojo con la 'vieja del visillo'

Durante la ardua investigación, los agentes se entrevistaron "con discreción" con vecinos cuyos domicilios lindaban con viviendas de los supuestos narcos. En un pueblo tan pequeño, era clave evitar entrevistarse con una 'vieja del visillo' que lo chismorrea todo, tal y como el equipo Roca expone en su informe: "Es también relevante reseñar, que es extremadamente difícil seleccionar a vecinos que posteriormente no revelen detalles de las entrevistas, o bien, que puedan revelar voluntaria o involuntariamente, en lugares públicos, las gestiones practicadas por la Guardia Civil".

Una de las plantaciones indoor de maría de la banda de Cuenca.

Una de las plantaciones indoor de maría de la banda de Cuenca.

"Es necesario tener en cuenta, que todos los vecinos de la localidad con los que se entrevistan los investigadores, no desean manifestar ni figurar por escrito en las presentes diligencias, por temor a posibles represalias que puedan tomar los miembros de este grupo que se está investigando contra estos vecinos de Valera de Abajo. Igualmente, se reseña la dificultad de seleccionar vecinos de manera discreta para conocer detalles sobre estas personas, al objeto de no levantar sospechas y que pueda ponerse en riesgo el éxito de la investigación".

A pesar de las dificultades con las que lidiaron los guardias civiles, unas veces para evitar que los vecinos se fueran de la lengua y otras por el miedo que tenían a contar lo que pasaba, lo cierto es que el material que los investigadores obtenían en esas entrevistas les hacía reafirmarse en sus sospechas. De hecho, una frase se repetía sin cesar sobre los domicilios de los investigados: "En su vivienda, se desprende con frecuencia un fuerte olor a marihuana".

A través de las vigilancias de paisano y de las entrevistas con los vecinos, los investigadores destaparon pronto la compleja logística de la banda y su elevado poder adquisitivo. Las diligencias detallan que abonaban un alquiler a los dueños de viviendas que accedían a albergar plantaciones de marihuana, eran capaces de pagar en metálico un Audi Q5, contaban con secaderos, puntos de almacenaje, tenían a sueldo a un electricista, conocido como 'El Diablo', para instalar los sistemas para acelerar la producción: iluminación, ventilación, nutrición…

La Guardia Civil desgrana al milímetro el rol de cada uno de los sospechosos. A 'Maxi' lo señala como "líder" de una de las mayores redes de producción de maría de la provincia de Cuenca, a la que algunos agentes conocían de forma extraoficial, como la banda de 'Los GAL', no porque tuviese relación con el grupo armado parapolicial que actuó en tiempos de ETA, sino porque entre sus integrantes había rumanos que se apellidaban así. Prueba de ello es el apellido de su presunto "lugarteniente": Sebastián E. G., alias 'Sebi'.

El electricista apodado como 'El Demonio' realizando un supuesto enganche ilegal a los contadores de la luz.

El electricista apodado como 'El Demonio' realizando un supuesto enganche ilegal a los contadores de la luz.

A lo largo de su informe de 120 folios, el equipo Roca insiste en señalar como cerebro de la trama a 'Maxi': gerente de un lavadero de coches, dueño de un gimnasio, y que a sus 42 años tiene antecedentes por delitos contra la libertad y amenazas, robo con violencia, detención ilegal y asociación ilícita. "Realiza la función de dirección y supervisión de todas las plantaciones, evitando entrar en ellas para que no se le pueda relacionar". 

"Tiene disponibilidad de varios inmuebles en la localidad, tales como un lavadero, una especie de gimnasio que pudiera estar de forma irregular, sin licencia de apertura, una nave donde supuestamente arreglan máquinas de las utilizadas en las carpinterías, una cochera donde podría guardar marihuana, otro tipo de sustancias estupefacientes, dinero o incluso armas. Se desconoce si estos negocios son de su propiedad, legalmente hablando o pudieran ser para lavar dinero".

"Es él quien decide cuál es el destino final de los cogollos resultantes de las plantaciones, obteniendo un beneficio económico de su venta, y a su vez, paga un dinero a los inquilinos de las casas donde están las plantaciones, a modo de alquiler, por tener allí los cultivos y cuidarlos".

Sacos de abono para producir marihuana apilados en una casa.

Sacos de abono para producir marihuana apilados en una casa.

'Sebi', era el presunto lugarteniente de Maxi, se ocupaba de "las funciones logísticas necesarias para el cuidado y el mantenimiento de todas las plantaciones de David, bajo las directrices de éste, así como de la captación de personas para ofrecerles que cultiven marihuana en sus viviendas". También distribuía abonos líquidos, compost y útiles para las plantaciones. El lugarteniente de la banda tenía una cosa en común con el líder: un listado kilométrico de antecedentes policiales, por infracciones contra la sanidad pública, por faltas de lesiones, delitos de falsedad documental, desórdenes públicos, incluso por conducir sin permiso en la República Checa.

'Luca'era el supuesto vendedor al menudeo de sustancias y responsable de "labores de lanzadera", delante del vehículo que transporta la droga hasta el punto de destino, "para avisar de posibles controles policiales". 'El Demonio': "el encargado" de acometer "los enganches de luz fraudulentos, además de realizar las instalaciones eléctricas de las plantaciones indoor".

Y así prosigue el listado de nueve nombres hasta concluir lo siguiente: "Todas estas personas supuestamente intervienen en la actividad para Maximiliano David, recibiendo por parte de éste un pago, por tener plantaciones indoor, cuya producción es propiedad de David, ya que éste es el que obtiene el beneficio económico de la venta de los cogollos resultantes de las plantas de marihuana".

El equipo Roca le asigna un papel a cada sospechoso y compara el trabajo de esta supuesta banda de narcos con el engranaje de una cooperativa agraria: "En esta forma de producción cooperativista, semejante a la del trabajo del sector agrario, los colaboradores, también conocidos como cultivadores, se dedican a trabajar de forma individualizada sus propias cosechas, normalmente, de tamaño pequeño o mediano, bajo las directrices de una persona que en este caso es David".

La Guardia Civil alerta en su informe de que en este pueblecito conquense, marcado por un paisaje de alineaciones montañosas, la narco economía se extendía en el año 2020 como "un modo de cubrir" las necesidades económicas de familias enteras, "como es el caso de la familia Gal". De ahí el alias extraoficial que algunos agentes le pusieron a esta banda, en alusión al grupo parapolicial 'Los GAL'.

Imágenes de cogollos, cocaína y dinero en metálico intervenidas por la Guardia Civil en el análisis de los móviles de los investigados.

Imágenes de cogollos, cocaína y dinero en metálico intervenidas por la Guardia Civil en el análisis de los móviles de los investigados.

Una de las claves para desmantelar esta supuesta organización dedicada al narcotráfico de marihuana, se encuentra en la información aportada por un testigo protegido y bajo vigilancia, "por miedo a represalias y temor por su integridad física". Este confidente estima que en cada vivienda se producían de 4 a 6 cosechas al año y esta 'narcocooperativa' obtenía 10.000 euros de beneficios por cada cosecha.

Haciendo una cuenta de la vieja con los doce inmuebles que estaban en la diana de los guardias civiles, eso supone de 48 a 72 producciones anuales de cogollos que se traducen en más de 500.000 euros de dinero negro. Tal cantidad era fruto de una manera de actuar metódica:

"El modus operandi de este grupo comenzaría con la instalación, preparación y acondicionamiento de las viviendas en las que se va a elaborar el cultivo de cannabis sativa, en el que intervienen en la instalación, 'Maxi', líder del grupo, al igual que Ángel ‘El demonio’, quien posee grandes conocimientos en electricidad, además de ocuparse de realizar el enganche ilegal a la red eléctrica y posibilitar el abastecimiento de la vivienda, sin levantar sospechas por los altos consumos que precisan las plantaciones indoor".

"Una vez que se encuentra acondiciona la vivienda y preparada para el cultivo, Maxi se encarga de la logística y abastecimiento de macetas, focos, aires acondicionados y semillas, así como de útiles de abono para el crecimiento de dichas plantas. Seguidamente, deja de intervenir en las siguientes actividades, dejando a los moradores de la vivienda en la que se ha realizado esta instalación, que sean ellos quienes se ocupen del buen fin y del crecimiento óptimo de la plantación".

"Por cada cosecha, Maxi da un dinero a cada morador de las viviendas en las que han accedido a colaborar y mantener el cultivo indoor, quedando en repartirse las ganancias obtenidas con la venta de esta cosecha de marihuana, en un 50% para cada parte (Maxi y los moradores). De esta manera, según el testigo que solicita protección, en torno a unos 5.000 o 10.000 euros, serían las ganancias de cada una de las partes, teniendo en cuenta que eso es para una sola cosecha".

Los interesados en convertirse en cultivadores de la 'cooperativa', aportando su domicilio a la causa, primero debían pasar un periodo de prueba como en cualquier trabajo: "Les ofrece 200 euros en fase de prueba y si las cosechas son buenas, negocian un precio una vez ganada la confianza". Si superaban el test, se sumaban a una banda que obtenía pingües beneficios que permitían a sus integrantes disfrutar de noches de farra, donde no faltaba el polvo blanco, y darse caprichos de lujo, como comprar un reloj Jaguar.

Uno de los supuestos miembros de la banda de narcos de Valera de Abajo, jactándose de haber comprado un lujoso reloj Jaguar.

Uno de los supuestos miembros de la banda de narcos de Valera de Abajo, jactándose de haber comprado un lujoso reloj Jaguar.

A lo largo de la vigilancia de incógnito que desarrollaron los agentes, comprobaron cómo la pareja de uno de los rumanos era enviada a comprar de una tacada 300 semillas de maría o que usaban los domicilios de sus madres para habilitar plantaciones. También escudriñaron el currículum policial de los sospechosos, confirmando que contaban con antecedentes: 'Luca', 'Abel', 'Paul' y 'Tofla'. De este último llegaron a descubrir que obtenía ingresos extra en fiestas de los pueblos, al margen de la maría: "Vende rayas de cocaína a 5 euros, así como medios gramos y gramos".

La labor de campo de la Guardia Civil incluyó hacerse pasar por técnicos de Iberdrola, acompañando a empleados auténticos de la compañía, para verificar la existencia de enganches fraudulentos a los contadores de la luz de los doce inmuebles incluidos en la 'Operación Valva 2.0'. En este punto de la investigación, los agentes cofirmaron que la organización criminal usaba medidas de seguridad, como grupos de WhatsApp, para avisar sobre la actividad de las patrullas uniformadas y camufladas.

"Los convivientes realizan labores de vigilancia, estando muy pendientes de las personas y vehículos que se aproximan a la vivienda, pudiendo llegar a sospechar de la intención de los trabajadores". También interrogaban a los técnicos de Iberdrola cuando les pillaban en los contadores, incluso les seguían cuando salían de los inmuebles para ver hacia dónde iban. "Sospechan y preguntan por personas que no conocen y que no son de la localidad, cuando observan a alguien desconocido".

"El día 26 de noviembre de 2020, un agente con servicio de paisano, se encontraba realizando gestiones y actividad operativa en la calle Sol de Valera de Abajo, cuando repentinamente detecta a una de las personas que se están investigando en las presentes diligencias, cómo le graba con su teléfono móvil. Ante estos hechos, el agente se ve obligado a disimular y a desistir de la actividad operativa". 

Un grupo de WhatsApp donde la banda informaba de la presencia de patrullas de la Guardia Civil.

Un grupo de WhatsApp donde la banda informaba de la presencia de patrullas de la Guardia Civil.

Tan férreo era el control que hacían para mover kilos y kilos de marihuana, que hubo un momento en el que la Guardia Civil decidió precipitar la explotación de la 'Operación Valva 2.0' porque 'Maxi' pilló a un técnico de Iberdrola, con un guardia de paisano, y había riesgo de que todo el trabajo se fuera al garete. "En vista de todo lo reseñado, los agentes tienen fuertes indicios para creer que de continuar con la actividad operativa, y acreditación pericial técnica de defraudación eléctrica, existe un grave riesgo de que la investigación pueda llegar a buen fin, y por tanto, en estos momentos, se encuentra comprometido el éxito de la investigación".

El Equipo Roca 2 de la compañía de Motilla del Palancar le echó el lazo a quince personas: 9 en calidad de detenidos y 6 como investigados, por delitos contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico. En los ocho registros que se extendieron a inmuebles, naves y almacenes de Valera de Abajo, Villaverde y Pasaconsol, se desmantelaron seis puntos de producción de cannabis en pisos, desvanes, sótanos...

Los agentes se incautaron 1.454 plantas de maría, 3,8 kilos de cogollos, 4 gramos de cocaína, 2,3 kilos de picadura de tabaco, tres libretas con anotaciones sobre ventas y deudas... En la casa de 'Maxi' intervinieron munición y un rifle del calibre 308, con el número de serie borrado, 45 transformadores de 600 vatios, 17 lámparas halógenas, 190 macetas de plástico, una báscula de precisión... En cada registro, se repetía la escena de vecinos agolpándose y numerosos coches pasando por la zona, para asistir al final de los días de dinero fácil y fiestas de esta banda.

La calculadora de los agentes echaba humo haciendo números sobre los beneficios ilícitos: "Si se realiza una estimación de unos 6 euros el gramo, según el precio del mercado negro, por unos 70 gramos de media que produce cada planta, por un total de 1.454 plantas que se han localizado en el operativo, asciende a una cantidad de 610.680 euros, únicamente contando con una sola cosecha. En el caso de contabilizarse las cuatro cosechas mínimas que se pueden obtener al año, las posibles ganancias obtenidas ascenderían al total de 2.442.720 euros". 

Una de las fiestas con alcohol y drogas que protagonizaron algunos de los sospechosos.

Una de las fiestas con alcohol y drogas que protagonizaron algunos de los sospechosos.

Las diligencias del Juzgado de Instrucción número 4 de Cuenca se mantuvieron bajo secreto de sumario una larga temporada, para desmantelar hasta el último resquicio de esta supuesta organización criminal, mientras 'Maxi' permanecía a la sombra. EL ESPAÑOL ha podido saber que el presunto cabecilla de la banda tuvo que cambiar de abogado para volver a respirar aire fresco porque sumaba más de nueve meses en prisión, desde que el equipo Roca le echó el guante un 9 de diciembre de 2020

De hecho, el afamado penalista murciano Raúl Pardo-Geijo fue el que logró su puesta en libertad a finales de 2021. Durante este ejercicio, se fijará la fecha para la vista oral en la que algunos de los encausados podrían enfrentarse a penas de cárcel de 8 años. Todos ellos, deberán desfilar ante la Justicia después de que varios vecinos de Valera de Abajo, a base de notas anónimas y chivatazos a la Guardia Civil, lograsen acabar con la expansión de la narco economía en su querido pueblo.