Paola B.C. (derecha), y sus hiijas.

Paola B.C. (derecha), y sus hiijas.

Reportajes

Paola, una guardia civil premiada por la OTAN, asesina a sus hijas y se quita la vida en Cuenca

La agente disparó a las menores de 9 y 11 años y se quitó la vida. Nadie sospechaba de ella. "Hace dos días compró lotería", confiesa una vecina.

16 diciembre, 2022 03:07
Quintanar del Rey (Cuenca)

Nadie en Quintanar del Rey (Cuenca), podía esperar lo que este jueves lúgubre y lluvioso traería en las noticias a primera hora de la mañana: una agente de la Guardia Civil destinada en el puesto del pueblo había matado, presuntamente a tiros y dentro del cuartel, a sus dos hijas de 9 y 11 años. Luego se quitó la vida con la misma arma. Las tres vivían en un pabellón del acuartelamiento, adonde se trasladaron después de que la guardia se divorciara.

Se llamaba Paola B.C. Había sido destinada a esta tranquila localidad conquense de 7.000 habitantes en 2018. Pero vivía en el pueblo desde hacía más tiempo. La razón no era otra que su marido, Santiago E.O., a quien había conocido años antes. En 2008, la agente aceptó su primer destino en la provincia de Cuenca, tras graduarse en la 112 promoción de la Guardia Civil en el curso 2006-2007. Previamente, había estado una breve temporada como eventual en El Ejido (Almería).

Antes de entrar a la Guardia Civil, Paola, natural de Algeciras, había cumplido su sueño como militar. Ingresó en el ejército en 2003 y participó en misiones internacionales de la OTAN en los Balcanes. Llegó incluso a ser galardonada por la organización de los aliados. Pero más tarde, en busca de mejores condiciones y de estabilidad, se decidió por el Instituto Armado y recaló en Motilla del Palancar, a solo 24 kilómetros de Quintanar del Rey.

[Una guardia civil mata a sus dos hijas en Quintanar del Rey (Cuenca) y se suicida]

De esta última localidad era Santiago, de profesión electricista. Las circunstancias de la vida hicieron que la premiada exmilitar consolidara su relación con él y decidiera quedarse en La Mancha. Se casaron, se instalaron en un ático en el pueblo y tuvieron dos hijas: Iris y Lara.

Inexplicable

La vida de esta familia no era muy diferente a la de cualquier otra de la zona: ella patrullaba  en los turnos correspondientes y él hacía encargos de vez en cuando, sobre todo fuera del pueblo. En los tiempos libres, Paola asistía a clases de pilates. La pareja también frecuentaba los bares del municipio. Los padres de él, de hecho, regentaban un local. Sus hijas pasaban mucho tiempo con sus abuelos paternos, que tienen una casa en el centro de la localidad. Sobre todo en verano, cuando aprovechaban la piscina con los amigos.

Puesto de la Guardia Civil en Quintanar del Rey (Cuenca).

Puesto de la Guardia Civil en Quintanar del Rey (Cuenca). R.M.

Sin embargo, las cosas comenzaron a torcerse al poco de que Paola aceptara el destino en Quintanar. El matrimonio tuvo desavenencias y ambos decidieron separarse, hace dos años y unos meses. El divorcio se hizo efectivo hace un año. No obstante, su relación nunca fue tormentosa. La vecina del piso de enfrente de donde vivía la familia asegura a EL ESPAÑOL que nunca escuchó un solo grito o discusión. Por ello, a pesar del divorcio, nadie se explica el motivo detrás del proceder de la agente.

Santiago se fue a vivir con sus padres, mientras que Paola se quedó con las niñas en el ático por un tiempo, y luego se trasladó a vivir al puesto de la Guardia Civil. Después, ella comenzó otra relación con otro hombre del mismo pueblo. "Se habían divorciado pero mantenían una relación cordial", asegura esta vecina, una impresión que corroboran otros residentes que habían tenido trato con la pareja. 

Lo que desconocían era que Paola y Santiago se habían enfrentado por la custodia de las hijas. Según ha podido saber este periódico a través del entorno cercano de ambos, Paola tenía la intención de regresar a Algeciras con las niñas. Esto habría provocado una disputa de la que muy pocos eran conscientes.

Aún así, el proceder de Paola sigue siendo del todo inexplicable. "Hace dos días estaba desayunando una tostada con una amiga y decía que iba a comprar lotería", relata la dueña de un bar. "Nadie dice que va a comprar lotería si en 48 horas tiene pensado matar a sus hijas y luego suicidarse", prosigue. Días atrás, Paola había asistido también a la cena de Navidad de su grupo de pilates, según relata una amiga suya, quien no vio en ella ninguna actitud fuera de lo normal.

El edificio donde vivía la pareja con sus hijas antes de divorciarse, en Quintanar del Rey (Cuenca).

El edificio donde vivía la pareja con sus hijas antes de divorciarse, en Quintanar del Rey (Cuenca). R.M.

Lo mismo ocurrió en el entorno de la Guardia Civil. Sus compañeros y mandos jamás sospecharon que algo así llegara a suceder: Paola no tenía ningún antecedente de bajas psicológicas ni contaba con conductas anómalas en su expediente, sino todo lo contrario. Era una agente ejemplar. La investigación está a cargo de la Policía Judicial de la Comandancia de la Benemérita de Cuenca, y bajo secreto de sumario, a la espera de que trascienda cuál habría sido el detonante.

Disparos al amanecer

Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana del jueves. Paola no se presentó al servicio a la hora habitual y poco después, cerca de las 7:20 de la mañana, los disparos alertaron a sus compañeros. Uno de ellos se apresuró al pabellón donde vivía la agente con sus hijas y encontró los tres cadáveres en el interior. También el arma homicida y los cartuchos que disparó a sangre fría contra las niñas y a ella misma.

[Paola, la guardia civil que asesinó a sus dos hijas, se había enfrentado por la custodia con su exmarido]

En el acuartelamiento de Quintanar del Rey hay siete pabellones, de los cuales, cuatro están ocupados. Entre ellos está en el que vivían Paola y sus hijas. En el destacamento hay una quincena de guardias civiles y la agente trabajaba en el área de Seguridad Ciudadana. Era la única mujer. En concreto, llevaba los temas relacionados con la violencia de género.

Tras conocerse el suceso, los servicios de emergencias de Castilla-La Mancha y otras patrullas de la Guardia Civil de la Comandancia de Cuenca se presentaron en el puesto. Horas después, también acudieron hasta allí los familiares, entre ellos, Santiago, exmarido de Paola y padre de las niñas. Entraron en el cuartel visiblemente desolados, y fueron atendidos por un equipo de psicólogos. De forma paralela, otro equipo acudió al colegio donde estudiaban las niñas, donde sus compañeros y amigos estaban igualmente conmocionados por el suceso.

A media mañana, los familiares abandonaron el recinto y se recluyeron en la casa familiar de los abuelos paternos en el centro de Quintanar del Rey. Un goteo de vecinos se acercó a lo largo de todo el día a darles el pésame. El Ayuntamiento convocó un minuto de silencio en memoria de las pequeñas y declaró tres días de luto oficial, durante los cuales, las banderas ondearán a media asta.

"Es algo terrible. Algo así no ha sucedido nunca aquí. Estamos todavía en estado de 'shock'. Es una desgracia, todavía no lo podemos creer", concluye una madre que recogía a su hija a la salida del colegio. Ella era compañera de una de las pequeñas.