Núria Querol durante una de las reuniones de la Asociación Nacional de Sheriffs.

Núria Querol durante una de las reuniones de la Asociación Nacional de Sheriffs.

Reportajes

Núria, la española del FBI: de estudiar Medicina a lograr que el maltrato animal sea delito en EEUU

Desde el año 2014, Núria Querol, de 47 años, forma parte de la Asociación Nacional de Sheriffs y colabora con el FBI en materia de protección animal. 

16 agosto, 2022 02:21

Desde pequeña, el maltrato hacia los animales ha sido siempre una de sus principales preocupaciones. Sin embargo, lo que Núria Querol, de 47 años, no se esperaba nunca es que en algún momento fuera a colaborar con el FBI para conseguir que el maltrato animal se declarase delito federal en Estados Unidos. Todo comenzó con la decisión de cruzar el charco para pasar una estancia en territorio americano, concretamente en el estado de Virginia. “Me formé en criminología, perfil criminal y estudio de la investigación de homicidios en serie por parte de uno de los perfiladores criminales más importantes que hay”, cuenta a EL ESPAÑOL. 

Para ella, poder estar en el territorio donde se encuentran instaladas las oficinas centrales de la CIA, en Langley, o la Academia del FBI, en Quantico, era una gran inspiración. “Quién me iba a decir años más tarde que iba a estar conociendo a tantos agentes del FBI y que me enseñarían y cooperaría con ellos en tantos asuntos”, añade. Sin embargo, a pesar de su enriquecedora estancia, su propia intuición y el empuje de sus padres para que regresara a España a finalizar la carrera de Medicina le trajo de vuelta a Barcelona. “Volví, acabé la carrera, empecé a ejercer, pero seguía con el gusanillo”. 

Por ello, mientras continuaba con sus labores de investigación y formaba parte del Grupo de Perfilación Criminal de la Universidad de Barcelona, continuó viajando de forma regular a Estados Unidos debido a su interés por un grupo de especialistas en maltrato animal: la NSA, o más conocida como la Asociación Nacional de Sheriffs. Fue en el año 2014, en Phoenix, cuando, en una reunión, conoció a John Thompson, el director ejecutivo de la organización y quien hizo que comenzara a formar parte del equipo. 

Núria Querol durante una de sus reuniones en la Asociación Nacional de Sheriffs.

Núria Querol durante una de sus reuniones en la Asociación Nacional de Sheriffs.

“Por razones lógicas, no invitan a cualquier persona a formar parte de los comités donde discuten temas de seguridad. Es obvio, porque se pueden filtrar cosas. Sin embargo, yo tuve la suerte de que me invitó a formar parte de esas reuniones”, cuenta Núria. El motivo principal de la invitación se debe a que el propio Thompson conocía la trayectoria de Núria y valoraba el hecho de que la catalana conociera y respetara su trabajo.

“Sobre todo en Estados Unidos, donde se pueden sentir juzgados o cuestionados, vio que yo no tenía esos prejuicios”, añade. A partir de ese momento, Núria comenzó a ser una más en las reuniones del Comité contra el Maltrato Animal de la Asociación Nacional de Sheriffs, donde asegura haber vivido los momentos más importantes de su carrera profesional.

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En concreto, recuerda uno con especial cariño. Ocurrió en enero de 2015 durante la reunión de invierno de la organización. En esa ocasión, el entonces director del FBI, James Comey, formó parte de ella y anunció un hito que marcaría un antes y un después en materia de maltrato animal en el país. “Habló sobre tres temas: inmigración, terrorismo y sobre maltrato animal. Y eso ya no dijo mucho. Eso fue increíble”, asegura.

Desde ese momento, el FBI pasaría a cambiar la clasificación de incidentes de maltrato animal, pasando a considerarlos un delito contra la sociedad. “Teníamos que mantener la compostura, todos muy profesionales, pero por dentro estábamos todos eufóricos. Lo vivimos mucho, fue muy bonito”.

Nuria Querol durante una de la reuniones de la Asociación Nacional de Sheriffs.

Nuria Querol durante una de la reuniones de la Asociación Nacional de Sheriffs.

Sin embargo, este no ha sido el único hito con el que Núria puede sentirse orgullosa por haber contribuido a su aprobación. Otra de las grandes reformas de la que ha sido testigo ha sido la ‘Farm Bill’, que supondría una revolución en la forma de tratar a las víctimas de violencia de género con mascotas.

“Habíamos trabajado mucho el tema de que los animales estuvieran incluidos en las órdenes de protección, porque las mujeres cuando entraban en una casa de acogida, si no se admitían a los animales, no entraban. Teníamos a mujeres durmiendo en coches o en la calle, con mucho más riesgo para ellas”, explica. Desde entonces, gracias a este nuevo paquete de medidas, se empezó a dar solución a este tipo de problemática. 

Núria Querol posando junto a un canguro.

Núria Querol posando junto a un canguro.

Estados Unidos, bajo lupa

A pesar de los logros obtenidos en Estados Unidos en materia de protección animal, Núria considera que todavía queda mucho camino por recorrer en el territorio americano. Políticas como las del ‘Petsfriends’, aplicadas en algunos refugios de estados como Utah, han supuesto un gran avance para los defensores de los animales.

“Son modelos de refugios extraordinarios y chulísimos”, asegura Núria. Sin embargo, la lucha contra los privilegios de los cazadores es uno de los principales objetivos de los grupos animalistas, concretamente la batalla contra la obsesión que tienen algunos por tratar los cadáveres de algunas especies como trofeos. 

“Ha habido problemas también de que en Yellowstone, en Wyoming. Te encuentras gente que entra en los supermercados en la pistola que la lleva en la parte de detrás de los pantalones, la llevan de la manera más normal. Son unas mentalidades en esos estados que cuesta un poco cambiar”, explica Núria. De hecho, tal y como afirma, ha habido ejemplares que por su edad o características se han salido de los límites de Yellowstone y los cazadores han acabado con ellos. “Eso es tener una mentalidad que es desesperante”, denuncia.

Núria Querol posa junto a un cartel de una campaña de protección animal.

Núria Querol posa junto a un cartel de una campaña de protección animal.

España como gran referente 

Recientemente, el Consejo de Ministros ha aprobado en segunda vuelta la nueva Ley de Bienestar Animal. Un logro que, tal y como explica Nuria, se trata de un gran avance. De hecho, España es pionera en materia de protección animal respecto al resto de países del mundo. “Es el único país que tiene un programa para ayudar a las víctimas de violencia de género acogiendo a sus animales de compañía. Las víctimas pueden estar en las casas de acogida hasta que se recuperan y después pueden volver con sus animales”, cuenta.

Se trata del programa ‘VioPet’, una iniciativa aprobada en marzo de 2020 que trabaja junto con el ministerio de Igualdad para crear una red de espacios seguros para estos animales. “Si bien es cierto que en España y Europa hay mucho por mejorar, pero comparándolo con EEUU está mejor. En algunas cosas España está por delante”.

Núria durante una charla en Estados Unidos en materia de protección animal.

Núria durante una charla en Estados Unidos en materia de protección animal. Cedida

No obstante, a pesar de que España podría considerarse un país pionero en la defensa de los derechos de los animales, Núría cree con firmeza que habría que dar un paso adelante, sobre todo en lo relativo al redactado del Código Penal. “El redactado dice que se precisa tratamiento veterinario para considerarlo maltrato animal.  Se puede maltratar a un animal sin que haya lesiones. Puede existir maltrato sin que necesariamente haya lesiones o que en ese momento no sean observables. A veces hay heridas o lesiones que aparentemente no se ven, como por ejemplo con un hematoma interno. Eso complica muchísimo la situación”. 

Mientras tanto, Núria continuará compaginando su labor como médico, profesora e investigadora de la Unidad de Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal en la Universidad de Barcelona con su colaboración con la Asociación Nacional de Sheriffs y el FBI. ¿Su objetivo? Llevar la defensa de los derechos de los animales a lo más alto.