El CEIP Alejandro Rubio, en Guadalix de la Sierra (Madrid).

El CEIP Alejandro Rubio, en Guadalix de la Sierra (Madrid).

Reportajes

La batalla que ganaron los padres y madres de un colegio madrileño para que no fuese bilingüe

En 2018, la Comunidad de Madrid incluyó al CEIP Alejandro Rubio en el programa bilingüe, incumpliendo su propia normativa. Docentres, padres y alumnos se habían negado previamente. 

10 octubre, 2021 01:15

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Los requisitos para que un colegio o instituto público madrileño entre a formar parte de la red bilingüe son claros. Para adherirse al programa en inglés, la decisión debe contar con el apoyo mayoritario del claustro de profesores y del Consejo Escolar, conformado por la dirección del centro, docentes, padres y alumnos. 

Cuando, en enero de 2018, el CEIP Alejandro Rubio, en Guadalix de Sierra (Madrid), sometió la propuesta a votación, en el claustro hubo solo 11 votos a favor y 22 en contra. Y en el Consejo Escolar, fue igualmente rechazado por 5 votos a favor y 8 en contra. Con este escrutinio, por tanto, quedaba claro que este centro madrileño no entraría dentro del programa. 

Sin embargo, para sorpresa de todos, el proyecto había echado a andar. El director del colegio, que todavía continúa al frente del mismo, presentó la solicitud para unirse al programa, aunque no cumplía con los requisitos que exigía la Consejería de Educación madrileña. Y esta, tras baremar el plan del centro, como hace con todas las solicitudes, aprobó que junto a otros 24 centros educativos, el colegio Alejandro Rubio formará parte en el curso 2018-2019 de la red de colegios bilingües de la Comunidad de Madrid. 

La estupefacción entre docentes, padres y alumnos que, tan solo unas semanas antes habían votado lo contrario, fue mayúscula, recuerda Paula López, por entonces presidenta del AMPA, en una entrevista con EL ESPAÑOL. Y especialmente la suya, pues apenas llevaba un mes al frente de la asociación de padres y madres, y todo "le vino de golpe". 

La batalla 

El CEIP Alejandro Rubio, en Guadalix de la Sierra (Madrid).

El CEIP Alejandro Rubio, en Guadalix de la Sierra (Madrid).

No obstante, lo tenía claro. Con un 61% del Claustro y más del 57% del Consejo Escolar, además de todo el AMPA, en contra de que el Alejandro Rubio implantase el programa bilingüe, no había otra alternativa: lucharía hasta el final para que el bilingüismo no llegase a la escuela. 

El primer paso fue pedir explicaciones al director del colegio, quien, según asegura Paula, en una reunión aseguró a padres y madres que la propia Comunidad de Madrid, liderada en aquel año por Cristina Cifuentes y cuyo consejero de Educación era Rafael Van Grieken, había sido la principal interesada en que el colegio presentara la solicitud. 

Perpleja ante dicha afirmación, la presidenta del AMPA solicitó al centro madrileño los certificados de las votaciones del claustro y el Consejo Escolar, que ratificaban la negativa, y junto a un compañero solicitó una reunión con un departamento de la Consejería de Educación. "Lo que trataron de decirnos es que los requisitos eran un poco sui géneris y que la administración, básicamente, podía hacer lo que le diese la gana". 

Y entonces fue cuando Paula López decidió sacar toda la artillería. "Emitimos un comunicado de prensa y comenzamos a interponer recursos diariamente", rememora. Uno a uno, los padres hicieron llegar sus reclamaciones a través de recursos de reposición a las oficinas del departamento que dirigía Rafael Van Grieken, denunciando que la administración se había saltado su propia normativa. Sin embargo, lo que les hizo ganar, admite la expresidenta del AMPA, fue que la noticia saltase a los medios de comunicación. 

"La respuesta del jueves era que el colegio iba a entrar en el programa bilingüe sí o sí y la del viernes, que iban a revisarlo. ¿Qué pasó? En una rueda de prensa, un periodista preguntó a Van Grieken por la polémica y eso les hizo reaccionar", cuenta López a este periódico. 

"Error en la baremación"

Imagen de archivo de un profesor dando clase

Imagen de archivo de un profesor dando clase

Al día siguiente, la Consejería de Educación contestó a los progenitores y admitió que "había habido un error en la puntuación". Poco después, la Comunidad de Madrid lo hizo público y admitió que la puntuación obtenida por el proyecto que presentó el director del Alejandro Rubio había sido insuficiente porque había "un error material en la baremación". En cualquier caso, las familias del centro no pudieron acceder a ningún momento ni al proyecto del director ni a la baremación que hizo la administración, pese a que son documentos públicos. 

La victoria se zanjó así para los padres y madres de Guadalix de la Sierra que se negaron en todo momento al programa bilingüe por tres razones. La primera, que el colegio tenía un programa propio de inglés que funcionaba bien; la segunda, que el plan segregaba a los alumnos y el tercero, que lejos de aprender inglés, los alumnos no adquirían conocimientos, sino que memorizaban. 

Motivos que, tres años después de esta polémica, siguen en boca de muchos padres que luchan por eliminar el programa bilingüe en el cole donde estudian sus hijos. Conseguir esto, no obstante, es más complicado. Los progenitores del CEIP Alejandro Rubio pudieron parar la incorporación del centro al programa bilingüe, pero cuando el colegio está dentro, en muchos casos resulta imposible salir del mismo. La Comunidad de Madrid, según apuntaron diversos expertos a este periódico, no tiene ningún "mecanismo oficial" para abandonar el programa. 

Sin opción de salir

Sí lo tienen, en cambio, regiones como Castilla y León, Castilla-La Mancha o Navarra, donde en los dos últimos años casi 90 colegios e institutos han abandonado el programa bilingüe. Según aseguraron algunos responsables de estos centros a EL ESPAÑOL, en la mayoría de casos, los alumnos se encontraban con un léxico y una gramática en Science (Ciencias, en inglés) mucho más avanzado que el de la propia materia de inglés, y por tanto, les costaba gran trabajo comprender las lecciones y acababan memorizando los contenidos. 

Para que usted lo entienda de manera más sencilla. Mientras el alumno aprendía el presente simple o los colores en la materia de inglés, se encontraba con el presente perfecto y oraciones pasivas para comprender el funcionamiento del cuerpo humano en el libro de Science. Algo completamente absurdo. 

"Al ser conscientes de que había un gran desfase entre los alumnos, decidimos llevar la cuestión al claustro de profesores y al consejo escolar, donde se votó salir del programa por unanimidad. Lo que de verdad necesitan los alumnos es competencia lingüística en un idioma extranjero, no en Science; aprender a mantener una conversación en inglés y no cómo se dice gaviota, cuando jamás han visto una en Valladolid", señalaba Henar Rubio, directora del colegio público vallisoletano Antonio Allué Morer, que abandonó el programa hace un año. 

Frente a todos estos problemas, lo más grave es que muchos padres se ven en la obligación de llevar a sus hijos a colegios bilingües sin quererlo, según cuenta Carmen Morillas, presidenta de la Federación Regional de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos (FAPA). "Muchos nos cuentan que si, por ejemplo, en su barrio hay 3 colegios, todos son bilingües, y se los tienen que comer aunque no quieran, porque no pueden llevarlos a otro sitio. Claro, ¿qué otra opción tienen? Luego llaman, cuando acaban la primaria, para preguntar qué tienen que hacer para sacarles del programa bilingüe". 

En opinión de Morillas, el boom del bilingüismo, al que comenzaron a adherirse las comunidades autónomas a principios de los 2000, se debe a que muchas regiones, entre ellas Madrid, hicieron una gran campaña de marketing. "Claro, ¿cómo no va a querer un padre lo mejor para sus hijos? El criterio general de los padres fue el de confiar en aquel entonces. Sin embargo, con el tiempo han visto lo realmente que estaba sucediendo", sentencia.