La sargento de artillería Débora Grau, como jugadora del CD Badajoz Femenino.

La sargento de artillería Débora Grau, como jugadora del CD Badajoz Femenino.

Reportajes

La sargento Grau, triatleta y devota de los Maristas, murió aplastada en unas maniobras del Ejército

La mujer, de 33 años y fallecida el viernes, era natural de Badajoz, donde estaba muy vinculada a los Maristas y a varios clubes deportivos. 

16 mayo, 2021 01:47

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Nadie tiene una sola palabra mala de la sargento de artillería Débora Grau. Y no son pocas las personas e instituciones que han lamentado la muerte de esta pacense durante unas maniobras tácticas en Santa Pola (Alicante). “Durante un cambio de asentamiento de la pieza de artillería remolcada quedó atrapada entre el gancho de arrastre de la pieza y el camión”, explica una fuente militar conocedora de los hechos a EL ESPAÑOL. Tras ser aplastada, la sargento murió en el hospital este viernes a las 20:30 horas. Tenía solo 33 años.

Grau era una persona conocida y muy querida en su Badajoz natal. Toda su vida estuvo vinculada al colegio Marista Nuestra Señora del Carmen, del que fue alumna y entrenadora de baloncesto. La sargento también era hija de la exconcejala del PP Ana Serra Dópido, que estuvo en el gobierno del ayuntamiento entre 2011 y 2015. Grau no estaba casada ni tenía hijos, pero sí varios sobrinos.

“Estuvo toda la vida vinculada al colegio. Primero fue alumna, luego monitora en los grupos de amistad y entrenadora de baloncesto. Ella tiene sobrinos en el colegio, hijos de sus hermanos. Muchas de sus amistades salieron del colegio”, explica una persona de los Maristas y cercana a la familia. “Ya sabe usted que de los difuntos se habla bien siempre”. Este caso no será una excepción: “Toda su familia es gente extraordinaria”.

La mujer entró a una temprana edad al Ejército de Tierra. “Puede hacer 12 años, fácilmente”, recuerda de memoria el citado marista. Se puede calcular que Grau entró fácilmente a los veintipocos en las Fuerzas Armadas. Lo hizo desde abajo, como soldado rasa, y fue ascendiendo en el escalafón hasta llegar a sargento, el primer grado de los suboficiales en el Ejército de Tierra.

No eran pocos los clubes a los que perteneció Grau. El principal era el Grupo de Artillería de Costa I/4 del Regimiento de Artillería de Costa nº 4 (San Fernando) del Mando de Artillería de Campaña, donde estaba encuadrada en la tercera batería. Además, pertenecía además a la Asociación Deportiva Triatlón Badajoz, jugó (y entrenó) en el CD Maristas y en el CD Badajoz Femenino. Lo mismo le daba fútbol, baloncesto que triatlón. Grau podía con todo.

“Era soldado y con la mayor ilusión consiguió ser sargento. Los que la conocen dicen que era una militar excepcional y buena persona…”, recalca un compañero del Ejército de Tierra. “Sobre su accidente, solo ha trascendido esto, que sepamos”. Otra fuente corrobora las causas de la muerte: “Estaban enganchando el obús remolcado al camión y hubo un aplastamiento”.

La hermandad de los Maristas ha lamentado públicamente la muerte de la sargento: “Débora, gran devota y dispuesta hermana, se mostraba orgullosa de haber podido portar sobre sus hombros al Cristo de la Misericordia en su salida extraordinaria con motivo del año decretado por el Santo Padre”.

“Fue todo un placer compartir contigo horas de campo y entrenamiento, te has ido demasiado pronto pero te recordaremos siempre, mi más sentido pésame a su familia, como decías... Levántate y brilla, y así harás tú ahora, brillar en lo más alto”, lamentaba una compañera en un mensaje en las redes sociales acompañado del retrato de la sargento con la enseña nacional de fondo.

El historial de accidentes

“Menuda racha de compañeros caídos llevamos”, se queja uno de los militares consultados por este periódico. El último incidente similar del que se tiene noticia ocurrió en agosto del año pasado, en el accidente que le constó la vida al cabo de Artillería de Campaña Benaribi Amar, de 35 años y miembro de la Legión. El legionario se encontraba participando en unas maniobras del Ejército de Tierra cuando volcó el vehículo tipo VAMTAC en el que se desplazaba, por circunstancias que no trascendieron.

Pero si hay un accidente militar que fue sonado fue el ocurrido en el campo de tiro de El Palancar, en Hoyo de Manzanares, en el año 2011. La mañana del 24 de febrero perdieron la vida cinco militares por la explosión en línea de 50 kg de explosivos en diferentes formatos, sobre todo minas anticarro. De nada sirvieron los trajes de artificiero que portaban los militares.

Funeral por los cinco militares que murieron en Hoyo de Manzanares en febrero de 2011.

Funeral por los cinco militares que murieron en Hoyo de Manzanares en febrero de 2011. EFE

El accidente le costó la vida al sargento primero Sergio Valdepeñas Martín Buitrago, a su compañero Víctor Manuel Zamora Letelier, al sargento Mario Hernández Mateo, el cabo primero Javier Muñón Gómez y el cabo Miguel Ángel Díaz Ruiz. En la hoja de servicio de estos militares constaban misiones en Afganistán Irak, Bosnia o Kosovo. Estaba previsto que fueran al Líbano semanas más tarde de la fecha del accidente mortal.

La última víctima de un accidente en unas maniobra militares es la sargento Grau. Su funeral está previsto para este domingo a las 12.30 horas en la base militar de Bótoa, donde comenzó su carrera militar. La capilla ardiente se instalará esta madrugada, cuando su cuerpo llegue a su tierra natal.