Temporeros en las calles de Lérida.

Temporeros en las calles de Lérida. DLF

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Máxima tensión en Lérida y Segriá por los contagios: podrían ser las primeras en volver a la fase 1

La vuelta al confinamiento es una posibilidad que cobra cada vez más fuerza y podría hacerse efectiva el viernes 10, tras acabar los exámenes de la selectividad.

9 julio, 2020 02:57

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La comarca ilerdense del Segriá, con capital en Lérida, podría ser el primer territorio español en volver a la fase 1. El confinamiento puro y duro, como en en los meses de marzo y abril. El rebrote de Covid-19 que se ha declarado en la provincia está fuera de control y ya ha provocado contagios en otras ciudades españolas como Castellón. Aunque la Generalitat sigue negando la mayor, fuentes sanitarias consultadas por EL ESPAÑOL han confirmado que la posibilidad de que Lérida vuelva a confinar a sus ciudadanos es real y muy plausible.

La medida, si finalmente la Generalitat la acabase haciendo efectiva, sería aplicada a partir del próximo viernes 10 de julio. Coincide con la fecha en la que los alumnos concluirán los exámenes de la EBAU (Selectividad). Estas mismas fuentes han explicado a EL ESPAÑOL que estos exámenes son el principal motivo por el que el gobierno catalán todavía no ha tomado esta decisión. 

No obstante, todo dependerá de la evolución de los casos diagnosticados en los próximos días. El personal sanitario no es muy optimista al respecto. "Si desde fuera se ve jodido, desde dentro lo vemos aún más", le explica esa misma fuente a EL ESPAÑOL. En el sector sanitario existe una notable indignación porque las formas en las que la Generalitat está haciendo las cosas: "Están improvisando. Tendrían que haber tomado medidas antes". 

Fuera de control

Lérida es un caos. El retroceso en la desescalada provocado por los 15 rebrotes registrados en la comarca del Segriá hace que incluso los accesos a la ciudad se conviertan en un infierno diario. Es un suplicio tanto salir como entrar. Colas kilométricas en la autopista A-2. Pero a pesar de los dispositivos especiales, el coronavirus está fuera de control.

Lérida retrocedió a la fase 2 el sábado 4 de julio y la comarca del Segriá, la tercera más grande de Cataluña, fue aislada. Sus ciudadanos no podían ni entrar ni salir. Los Mossos d'Esquadra dispusieron patrullas para controlar, aunque durante el fin de semana no resultó difícil evitar dichos controles, tal y como pudimos comprobar en EL ESPAÑOL. 

Pero no ha sido suficiente. El numero de nuevos contagiados no hace más que subir. En sus hospitales hay 69 personas diagnosticadas de Covid-19, 9 de ellos en la UCI. Al lado del hospital Arnau de Vilanova, el más grande de la provincia y que ya dedica tres plantas a los enfermos de coronavirus, se dispuso un hospital de campaña el fin de semana.

Fatal verbena

Pero, tal y como coinciden los sanitarios, "las medidas que tomaron llegaron muy tarde, porque ya sabíamos de antes que había rebrote y que tendríamos que hacer algo más por controlarlo. Esos días, a la gente que vivía en la franja (la parte de Aragón que limita con Cataluña) se les decía que viniesen a los hospitales de Lérida". Durante la semana de la festividad de San Juan se detectó un incremento de casos, pero la Generalitat no actuó a tiempo.

Así, a la gente de fuera se le decía que no viniesen a Lérida, pero la salida nadie la controlaba. Algunos ilerdenses celebrar fuera de su ciudad la verbena, por lo que diseminaron el virus por toda la geografía española. Castellón y Guipúzcoa son los lugares dondes e ha confirmado que el virus vino vía Lérida. Y aunque la Generalitat siga culpando a Madrid, tenían los datos suficientes para saber que la situación de Lérida podía complicarse, pero no tomaron medidas hasta una semana después de la referida verbena.

En el ámbito político, la situación es crítica. El Parlament es un polvorín y clama contra la consellera Alba Vergés, que sigue sin nombrar a la persona que ha de ocupar la secretaría de Salut Pública. La oposición pide su dimisión y le acusa de haber ocultado información y no haber sabido gestionar esta crisis, que pone en peligro la desescalada en el resto del territorio español. 

Piden la dimisión

Y justo la semana en la que se decreta la obligatoriedad de llevar mascarilla para todos los catalanes, el brote de Lleida se va de las manos. La sensación de que el Govern improvisa queda bien ilustrada por esta última posibilidad: mientras púbicamente descarta que Lérida pueda volver a la primera fase del confinamiento, en las reuniones de la Generalitat es una posibilidad que cobra cada vez más fuerza, desde donde están pidiendo ayuda a sanitarios voluntarios para hacer frente al rebrote. 

Los sanitarios tampoco entienden "que si ya se demostró que fueron tarde al cerrar la comarca, ahora no tomen decisiones de inmediato y quieran esperar a que acabe la selectividad. Ahora esto, antes la verbena, pero al final el resultado es el mismo. Entre eso y que la gente de Lleida hace mucha vida en la calle y no se han tomado en serio las medidas de la desescalada, el problema es ahora mayor del que nos pensamos"; cuenta a este periódico fuentes del entorno sanitario ilerdense. 

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En Lérida se hace mucha vida en la calle, aunque para algunos sea obligado: centenares de temporeros subsaharianos pasan las noches al raso en la calle Cavallers, en el centro de Lérida. No disponen de un lugar donde dormir ni pueden ir a trabajar por las restricciones. Precisamente se cree que los brotes proceden de la industria frutícola, que es puntera en la región. Es posible que muchos de ellos estén infectados, y lo único que pueden hacer e pasearse por las calles de Lérida. 

Así, los acontecimientos y las cifras del jueves 9 y el viernes 10 resultarán decisivos para la adopción de las siguientes medidas. Y cada vez son más los que apuestan por una vuelta al confinamiento. Sería el primer caso en España. Una derrota tras el arduo camino que han atravesado los españoles desde el mes de marzo, pero necesaria para atajar el coronavirus. La Generalitat dice que no, que nadie volverá a ser confinado, igual que Torra sigue diciendo que la culpa es de Madrid. Pero mientras improvisan medidas, piden voluntarios sanitarios para sus hospitales y los catalanes echan de menos a su Fernando Simón, el coronavirus se desboca en Lérida y amenaza el verano de toda España.