Los socios fundadores de La Boca Te Lía con sus famosos bocadillos

Los socios fundadores de La Boca Te Lía con sus famosos bocadillos

Reportajes

'La boca te lía': el negocio de los super bocadillos de tres camareros que revoluciona el mercado

Los fundadores Sirio, Ángel y Manuel facturan 6,1 millones anuales y han recibido más de 80 ofertas de inversores de todo el país.

14 febrero, 2020 03:37

De niños jugaban a tirarse limones por la huerta y se lanzaban con cartones por la Rambla de las Salinas. Hoy en día podrían deslizarse por el ramblizo subidos en billetes porque Sirio, Ángel y Manuel han logrado que el bar que inauguraron en 2011 en Alcantarilla, bajo el nombre de La Boca Te Lía, vaya a despegar este año como franquicia tras montar cuatro establecimientos en Murcia y cerrar 2019 facturando la friolera de 6.100.000 euros. “Nuestra idea de negocio es fast and good, rápido y bueno, porque nosotros no servimos comida basura”, advierten a EL ESPAÑOL los tres socios fundadores de esta nueva cadena de restauración que se rifan por todo el país.

“Nos han llegado más de 80 ofertas para montar establecimientos desde el último pueblo de Galicia, hasta en San Sebastián, Málaga, Valencia, Barcelona, Madrid...”, enumeran los hermanos Sirio y Ángel Marín Abellán, de 32 y 29 años, respectivamente, y su primo, Manuel Hernández Conesa, de 33 años. No quieren precipitarse en el proceso de expansión que han iniciado a pesar de que el fenómeno de los bocadictos lleva nueve años creciendo de forma imparable por tierras murcianas.

“La clave de esto es tener cabeza, trabajar mucho, mantener la calidad del servicio y el producto, aprender de los errores y evitar que se te suba el éxito a la cabeza”, se repiten los tres como un mantra. Esas son las premisas que siguen y que les han llevado a rechazar años atrás la oferta de un banco de extender su franquicia a todo trapo, como a finales de los ochenta ocurrió con Telepizza cuando saltó de Madrid a la conquista del territorio nacional a golpe de aperturas de tiendas y franquicias. “Nosotros vamos creciendo despacio porque utilizamos recursos económicos propios”.

Sirio, Manuel y Ángel con sus famosos bocadillos

Sirio, Manuel y Ángel con sus famosos bocadillos J.G.

Ninguno de los socios fundadores de La Boca Te Lía quiere dar un paso en falso porque no olvidan que comenzaron a currar desde bien jóvenes y se tenían que deslomar para llegar a final de mes. Sirio conforme acabó sus estudios de la ESO saltó al mundo laboral a los 16 años: estuvo empleado en una gasolinera, de técnico montador de equipos de aire acondicionado y de camarero en el Restaurante Extremeño que su padre regenta en la pedanía murciana de Sangonera la Seca. Su hermano, Ángel, siendo un adolescente alternó las clases del módulo superior de Informática en el IES Alcántara con largas horas de trabajo los fines de semana en Extremeño para servir lo que en el argot hostelero se denomina la 'BBC': bodas, bautizos y comuniones.

Manuel, cuyos padres regentaron el Bar Los Hermanos en el Barrio del Puntarrón, a los 14 años cambió los libros por un empleo de camarero en un restaurante de Sangonera la Seca, sin estar dado de alta en la Seguridad Social. “No teníamos los dientes y ya estábamos detrás de la barra”, resumen los tres creadores de la franquicia sobre sus orígenes humildes y la vinculación que siempre han tenido con la hostelería como camareros.

No hicieron estudios de mercado

“Desde bien pequeño tenía claro que quería tener un bar”, subraya Manuel. “Mi tío Agustín se encabezonó en que montase un bar en el local que años atrás se llamó La Flauta del Pirata y que había triunfado en Alcantarilla por sus bocadillos, el sitio era lúgubre y estaba dejado, pero la verdad es que estaba bien ubicado en plena Calle Mayor”. Manuel en aquel momento estaba en paro por el estallido de la burbuja inmobiliaria y no había logrado plaza en la oposición que se presentó a Guardia Civil, de forma que le planteó a su primo Sirio montar un local.

Ninguno de ellos estaba boyante económicamente y para reunir los 88.000 euros que necesitaban para arrancar invirtieron sus ahorros, después Ángel aportó dinero y pidieron préstamos a Estrella Levante y a sus respectivos padres. El tío Agustín se llevó el gato al agua: alquilaron el bajo de la calle Mayor y lo reformaron de arriba a abajo para volver a abrirlo como La Boca Te Lía. “No analizamos previamente el mercado para buscar un nicho, nosotros sabíamos servir mesas y lanzamos precios competitivos para bocadillos bautizados con nombres de calles de Alcantarilla, como Entrevías, San Pedro, Salzillo...”, confiesa Sirio.

Detrás del triunfo que han cosechado estos tres camareros convertidos en empresarios de éxito no hubo estudios sesudos, solo un salto al vacío y el efecto remember de resucitar el espíritu de La Flauta del Pirata mejorando la carta a base de bocadillos con recetas originales que mezclaban ingredientes de primera calidad, como la carne del norte de España, y productos de la huerta de Murcia. Todo ello aderezado con entrantes típicos de la gastronomía murciana, como la ensaladilla y los caballitos, así como hamburguesas, perritos calientes, guarniciones de patatas y ensaladas frescas.

Local de La Boca Te Lía en el Centro Comercial Myrtea de la pedanía murciana de Espinardo

Local de La Boca Te Lía en el Centro Comercial Myrtea de la pedanía murciana de Espinardo J.G.

Invitaron a sus amigos para llenar el bar

La expectación que ahora despierta el continuo crecimiento de La Boca Te Lía no tiene nada que ver con las dudas que tuvieron en sus inicios Sirio, Ángel y Manuel. Valga como ejemplo que antes del estreno del bar en Alcantarilla, el 1 de marzo de 2011, invitaron a todos sus amigos para asegurarse el lleno. “En la inauguración nos trajimos a 30 amigos, pero al final tuvieron que esperar dos horas para cenar de tanta gente que vino”, recuerda entre risas Manuel.

“Durante los seis primeros meses trabajábamos a piñón, de lunes a domingo, en turnos de 16 horas, porque teníamos que pagar los préstamos, a los proveedores, a los empleados...”, apuntan los fundadores de La Boca Te Lía. En el primer año de actividad amortizaron la inversión inicial al cerrar 2011 con una facturación de 350.000 euros. “Solo éramos un bar de pueblo al que le poníamos siempre nuestra mejor cara”, resume Sirio. A diario la gente aguantaba colas de una hora para lograr mesa y en 2014 acabaron montando un segundo local en el Centro Comercial Myrtea de Espinardo.

El resultado fue disparatado: la irrupción de La Boca Te Lía en Murcia, con su carta de bocadillos rebautizada con nombres de calles de la capital, elevó la facturación anual a 900.000 euros. La caja registradora rebosaba y pese a todo Sirio, Ángel y Manuel siguieron atendiendo mesas como un camarero más de la plantilla: “Nos sabemos de memoria la carta porque desde 2011 hasta 2017 trabajamos en nuestros locales como un empleado más”.

Algunos de los exitosos bocadillos

Algunos de los exitosos bocadillos E.E.

Plagios en Murcia, Granada y Sevilla

La semilla del fenómeno de los bocadictos que triunfa actualmente entre los millennials murcianos, de 20 a 35 años, con estudios de Secundaria y superiores, se gestó cuando La Boca Te Lía creó una imagen de marca y diseñó un logotipo, contrató decoradores para sus locales, cambió de asesores fiscales y laborales... “En 2015 pasamos de ser un bar a una marca: cortamos cabezas y buscamos buenos equipos humanos”. El resultado de esa revolución se traduce en una media mensual de 10.000 clientes que acuden a cada uno de sus cinco restaurantes en Alcantarilla, Murcia y los centros comerciales y de ocio Zig Zag, Myrtea (Espinardo) y Montevida (La Alberca).

“Hemos registrado los derechos de nuestra marca y nuestra imagen”. Esta decisión la han adoptado porque en estos años han sufrido tres plagios: en Murcia, un hostelero les copió la carta de bocadillos, desde los ingredientes a los nombres de calles que les ponen; en Granada, un empresario bautizó su bar como La Boca Te Lía usando el mismo logotipo, y en Sevilla no solo le pusieron el mismo nombre al negocio, sino que además pegaron directamente en los menús una foto que habían hecho a la carta ideada por Sirio, Ángel y Manuel. “A uno de estos locales ya le hemos enviado un requerimiento”.

-Ustedes han cerrado el ejercicio 2019 facturando 6.100.000 euros, un 22% más que en 2018, y les llueven las ofertas para extender su marca por el país. ¿El éxito empresarial les ha cambiado?

-Sirio, Ángel y Manuel: Empezamos con palos y cañicas y ahora tenemos un millón de euros de gastos de estructura. Las experiencias profesionales nos han cambiado como personas, pero seguimos manteniendo el mismo nivel de vida que antes y seguimos viendo a los mismos amigos. Es cierto que facturamos más, pero tenemos asignado un sueldo mensual porque los beneficios los invertimos en abrir nuevos locales. El único capricho que nos hemos dado hasta ahora ha sido comprarnos cada uno un Lexus. Somos gente de campo y no renegamos de nuestros orígenes: nosotros hemos ayudado a nuestros abuelos a coger los huevos de las gallinas, a plantar habas y a limpiar el corral de las cabras.

Manuel Hernández Conesa, director de operaciones, tirando una caña en el segundo local que montaron

Manuel Hernández Conesa, director de operaciones, tirando una caña en el segundo local que montaron J.G.

No mienten en su respuesta porque los tres primos que correteaban de pequeños por el Barrio del Puntarrón de la pedanía murciana de Sangonera la Seca no se han mudado a zonas de Murcia de mayor poder adquisitivo donde habitualmente residen los empresarios más acaudalados, sino que siguen viviendo en la citada pedanía de 5.614 vecinos. Allí se han mudado a dos dúplex y un chalé que apenas distan entre sí de un pequeño paseo y donde hacen vida con el resto de parroquianos: a Manuel le conocen como el hijo de Cati y Manuel, de la familia de Los Peretes, y a Sirio y Ángel, los descendientes de Tomás y Gabriela, de la familia de Los Abellanes.

Objetivo: abrir 13 nuevos locales

Su eclosión empresarial tampoco han cambiado sus aficiones: ir al gimnasio, organizar pachangas futboleras o partidos de pádel con los amigos, hacer maratones de Play Station, ir al cine, ver series de Netflix y partidos de fútbol, viajar... Eso cuando tienen tiempo libre porque lo primero es la empresa: en marzo estrenan franquicia en Cartagena y en verano otra en Molina de Segura. “Vamos a intentar salir fuera de la Región de Murcia a finales de 2020: estamos tanteando abrir establecimientos en Madrid, Albacete, Valencia, Alicante o Almería”.

El plan de expansión de La Boca Te Lía tiene como objetivo para los próximos tres años inaugurar 13 nuevos restaurantes: diez franquicias y tres locales propios. “La cesión de nuestra marca cuesta 30.000 euros y exigimos al franquiciado que cuente con un local de 350 metros cuadrados de superficie porque nosotros aportamos el proyecto constructivo, que requiere una inversión de 1.000 euros por metro”, desgrana de manera didáctica el director de operaciones, Manuel Hernández Conesa. “También aportamos nuestro know how: la formación de los equipos de trabajo, las primeras campañas de promoción y tutorizamos la apertura para que la inversión se recupere en un plazo de dos años y medio a tres años y medio”.

Tecnología: red social interna, una app...

El fenómeno de los bocadictos es global: no se libra ni el deporte porque han fundado La Boca Te Lía Futsal, un equipo de fúbol sala femenino que ya está en segunda división nacional. En la actualidad cuenta con todos los escalafones inferiores desde benjamín a juvenil sumando 100 jugadoras. También patrocinan a equipos de Alcantarilla y Murcia de baloncesto, voley, pádel... De hecho, el único premio que han recibido hasta ahora de alguna administración no ha sido por su meteórica trayectoria empresarial, sino por su labor de mecenazgo deportivo: en 2019 el Ayuntamiento alcantarillero les concedió el galardón a la entidad no deportiva que más apoyó al deporte local.

Ángel, director de compras, llevando una comanda en la terraza en 2011

Ángel, director de compras, llevando una comanda en la terraza en 2011 E.E.

Tampoco se escapan de la globalización bocadicta ni los propios empleados porque han diseñado una red social corporativa interna. “Es como una intranet donde está toda la plantilla, incluidos nosotros, un camarero recién llegado le puede enviar un mensaje al director general proponiéndole cómo mejorar algo del servicio”, ejemplifica el director de compras y el departamento informático, Ángel Marín Abellán. En esta red publican a diario las críticas que hacen los clientes sobre el servicio y la comida de cada establecimiento, anuncian nuevas promociones para la clientela y productos que se incorporan al menú, realizan entre la plantilla sorteos de merchandising y packs de viajes fin de semana para incentivarles en el trabajo, incluso les felicitan el día de su cumpleaños.

“Uno de los aspectos más importantes de esta red social interna es que planificamos los turnos de trabajo y las vacaciones de todo el año para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar de la plantilla”. De hecho, incluye un tablón de anuncios donde los propios trabajadores intercambian entre ellos sus turnos cuando necesitan librar un día. La conciliación es un aspecto crucial porque la plantilla la componen 155 empleados, de los que el 65% son mujeres y el 30% hombres.

25 minutos por mesa

EL ESPAÑOL accede a la cocina del local de Alcantarilla y comprueba tanto su tecnificación, con hornos valorados en 12.000 euros cada uno, como su diseño para que la plantilla trabaje en cadena sin perder un segundo ni estresarse: zona de postres, ensaladas y entrantes; zona de fuegos conectada a la zona de isla para colocar los condimentos a los bocadillos, hamburguesas y perritos... El servicio dura 25 minutos desde que el cliente toma asiento hasta que se le sirve el último producto, en cada mesa se producen tres rotaciones, como mínimo, con un tique medio de 23 euros.

No dejan nada a la improvisación. “Formamos a la gente para que trabaje con nosotros el máximo tiempo posible”, resalta el director de operaciones, Manuel Hernández Conesa. Un 70% de los contratos de la plantilla son indefinidos y a todos los que se incorporan a La Boca Te Lía les toca aprenderse un manual: desde la historia sobre los orígenes de la franquicia, normas de trabajo, convenio, el orden de los platos, su presentación, la cantidad exacta de ingredientes, información sobre vinos, bocadillos, hamburguesas, perritos, tipos e guarniciones de patatas y entrantes...

El director general, Sirio Marín Abellán, zanja que cada local tiene que funcionar como un reloj suizo para cumplir con una apuesta: “Le hemos prometido a nuestros amigos que cuando cada uno de nosotros tengamos un millón de euros en el banco nos los llevaremos dos semanas de vacaciones con todos los gastos pagados a la República Dominicana”.