A la izquierda, Rafael y su hijo. A la izquierda, la detenida.

A la izquierda, Rafael y su hijo. A la izquierda, la detenida. EL ESPAÑOL

Reportajes

El ‘búnker’ donde María, la asesora en Infancia de Podemos, tenía secuestrado a su hijo

El niño estaba con su hermano de seis años. Vivían "en condiciones inhumanas" en una casa abandonada. Fueron localizados por un dron de la Policía cuando salían a pasear por la noche.

2 abril, 2019 03:45

Al pequeño S. apenas lo sacaban de la casa abandonada, rodeada por doquier de escombros, maleza y cascotes. Lo hacían por las tardes, cuando estaban completamente seguros de que no había nadie en los alrededores del lugar. Entonces, María Sevilla y su nueva pareja abrían la puerta de la enorme casa en ruinas y dejaban entonces salir al crío, de 11 años, que tenían encerrado desde hacía meses. "Sin contacto con el exterior". Alejado de su padre, Rafael, a quien correspondía, bajo sentencia firme, su custodia. Sin escolarizar. 

A cinco kilómetros de Villar de Cañas (Cuenca), ocultos en una urbanización con una extensión más grande que la del propio pueblo, vivían desde hacía algunos meses la presidenta de la asociación Infancia Libre, su pareja, el hijo que tenían en común y el menor de 11 años que María Sevilla tenía en común con su pareja anterior.

El estado en que encontraron a los menores cuando la mujer fue detenida imputada por un delito de sustracción de menores llamó la atención de los agentes. Estuvieron varias semanas vigilándoles. Según fuentes cercanas a la investigación, consultadas por EL ESPAÑOL, los agentes de la Policía Nacional pudieron comprobar como los niños apenas salían de casa durante el día. Se pasaban todo ese tiempo de sol durmiendo. 

Los padres les tenían ocultos como murciélagos hasta que caía la noche. Así, para evitar ser vistos por ojos ajenos y curiosos, solo los sacaban de paseo cuando caía la luna. En condiciones "inhumanas", sin escolarizar: así tenían a los niños María Sevilla y su pareja, José Antonio Cantos Herráiz. Perdidos en medio de una finca de 6.000 metros cuadrados a las afueras de un pequeño rincón de Castilla-la Mancha. 

Una asociación contra el maltrato infantil

Imagen aérea de la urbanización. El área es mucho más grande que la del propio pueblo.

Imagen aérea de la urbanización. El área es mucho más grande que la del propio pueblo.

La asociación que presidía Sevilla tenía como objetivo solicitar protección para los menores que sufren abusos sexuales o maltrato intrafamiliar. Niños que se encuentran en condiciones complicadas. En el año 2017, a instancia de Podemos, partido con el que colaboraba, según ha publicado El Mundo, compareció en la comisión de Derechos de la Infancia y la Adolescencia del Congreso de los Diputados. Allí explicó que su solución a los problemas de los menores en esas difíciles situaciones consistía en crear una ley específica de protección del menor ante estas situaciones  de abusos sexuales y de malos tratos. 

La casa en la que los agentes encontraron a los pequeños, encerrados como en una especie de búnker rural, se encontraba completamente devastada. Con vallas y lonas ocultando al exterior lo que sucedía dentro. La baja densidad de la urbanización jugó estos meses en favor de los captores. "Allí tan solo viven 50 o 60 personas en total. En verano se multiplica, pero tampoco crece demasiado", explica el único farmacéutico del pueblo. 

La urbanización Casalonga, creada a principios de los 70, experimentó un gran auge décadas atrás. En su creación, en 1973, era la de mayor superficie de toda España. En las últimas décadas, el progresivo abandono de lo rural hace que hasta el lugar, ubicado en medio del campo, cerca del río Záncara, solo regresen de veraneo quienes poseen una parcelita en el lugar. El resto del año, se trata de un paraje inhóspito y repleto de enormes y vacíos chalés, algunos de ellos en ruinas. El sitio idóneo para ocultarse. 

A los niños nadie los había visto por el pueblo. Solo a ella y a la pareja se les avistó en el núcleo urbano, lejos de la gigantesca urbanización abandonada. "Por aquí ella ha pasado un par de veces. Nos contó que se acababa de mudar y que habían cogido una casa en la urbanización. Pero no supimos nada de los niños", explican desde la panadería, situada en el centro del pueblo. 

El dron en Villar de Cañas

Rafael, el padre del pequeño S., recibió su custodia en diciembre del año 2017, tras la sentencia del juzgado de primera instancia número 6 de Valdemoro. El régimen de visitas de la madre sería en un punto de encuentro. La justicia entendió que había obstaculizado la relación del progenitor con el menor. Sevilla interpuso varias denuncias contra él por abusos sexuales. Fueron archivadas en 2014 y en 2016. 

El niño faltaba a clase cuando le tocaba estar con su madre, sobre todo los días en los que a su padre le tocaba recogerlo. En marzo la madre se mudó a Granada. Desde entonces, que fue cuando comenzó una suerte de experiencia trashumante por distintos puntos de España, el crío nunca volvió asistir a la escuela. En septiembre de 2018, el juzgado de instrucción número 27 emitió una orden de detención por sustracción de menores. El niño no había vuelto y no sabían dónde estaba. 

Hasta que dieron con ella en Villar de Cañas. Siguieron sus andanzas durante semanas en este árido paisaje. Los agentes desplegaron un complejo operativo. A última hora de la tarde, el novio de la asesora en Infancia de Podemos salía de la vivienda abandonada. Entonces daba una vuelta, expectante y en alerta, comprobando que el perímetro era seguro. Que no había nadie vigilando.

Luego volvía a entrar en la casa, sacaba al mayor de los críos, un infante agreste, asalvajado, con serias dificultades para hablar y escribir -a sus 11 años- y se iba con él a dar un paseo. También salía la madre. Cuentan fuentes cercanas a la investigación que en uno de esos paseos, fueron detectados desde el aire por los agentes. Fueron captados con un dron.