Un día es el protocolo anticontaminación; otro, la subida del diésel; el siguiente, las restricciones para acceder al centro… Y, por fin, una buena noticia para el conductor. A partir de este viernes se podrán solicitar las ayudas de la Comunidad de Madrid para la compra de vehículos sostenibles. Es decir, los que cuenten con las etiquetas cero y eco. ¿El objetivo? Que el parque automovilístico se vaya renovando poco a poco de aquí a 2050, cuando está previsto que se prohíba circular a coches que funcionen con combustibles fósiles. 

La Comunidad de Madrid anunció que destinaría una partida en sus presupuestos de 2019 para la adquisición de este tipo de vehículos. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible (MUS) establece ayudas que van desde los 500 euros hasta los 5.500. A esto hay que sumar otra pequeña cantidad destinada a la instalación de puntos de recarga (1.000 euros) y una última a los concesionarios (otros 1.000 euros). Esto es lo básico. A partir de aquí, toca ir por partes. ¿Qué cantidad me corresponde? ¿De qué depende que reciba más (o menos)? A eso vamos… 

La primera partida es para los coches bifuel. Es decir, para los vehículos que tienen un sistema que permite el uso de carburantes habituales como gasolina o diésel y combustibles alternativos como gas natural comprimido o hidrógeno. La segunda partida será para los de pila de combustible de hidrógeno. La tercera será para los eléctricos puros, los de autonomía extendida y los híbridos enchufables. Y la cuarta, para los cuadriciclos ligeros y las motocicletas eléctricas puras. 

Recarga de vehículos eléctricos.

Entre los primeros, hay que diferenciar dos tipos. Unos, los bifuel GLP (funcionan con gas licuado de petróleo, respetan el medio ambiente y garantizan el ahorro de carburante en el coche). Se dará una ayuda de 1.500 euros para los que tengan un límite de 11.000 euros en su precio y de 2.000 para los que cuesten 25.000. En los dos casos, 1.000 euros van para el concesionario. Los otros, los segundos, son los bifuel GN (Gas natural). A los compradores de estos se les darán 3.500 euros (1.000 de ellos para el concesionario) para los vehículos con un límite de precio de venta de 25.000 euros. Ambos tienen etiqueta ECO. 

Los segundos, los de la pila de combustible de hidrógeno se llevarán el importe al completo: 5.500 euros (más 1.000 al concesionario). Entre los terceros, todos ellos vehículos eléctricos (puros, de autonomía extendida o híbridos enchufables), la ayuda irá desde los 1.300 a los 5.500 (con 1.000 adicional para el punto de recarga). El límite de precio se establece en 32.000 euros y la cantidad a abonar al comprador dependerá de la autonomía del vehículo. 

Por último, comprar un cuadriciclo ligero eléctrico saldrá 1.950 euros más barato (además de 150 para el punto de recarga). Las motocicletas, también eléctricas, se llevarán (con un límite en el precio de venta de 8.000) unos 750 euros.

Con estas ayudas, que se facilitarán hasta que se acaben los fondos, la Comunidad de Madrid pretende impulsar un nuevo modelo y renovar el parque automovilístico. Actualmente, hay 4’7 millones de vehículos registrados. Pues bien, de estos sólo tienen etiquetas Cero o Eco un total de 72.800. Es decir, muy pocos coches. Tan solo los híbridos, los eléctricos y los propulsados por gas. Ninguno más. 

Recarga su vehículo eléctrico.

Esto es una parte de un plan integral propulsado por el Gobierno de España –aunque todavía por desarrollarse– de aquí a 2040, fecha en la que se prohibirá matricular en virtud de la ley de Cambio Climático y Transición Ecológica a todos los vehículos excepto los de hidrógeno y los eléctricos. Para desarrollar este modelo se tiene previsto destinar 66’6 millones de euros con el Plan VEA (este a nivel nacional) a partir de 2019 para comprar vehículos alternativos, desarrollar las infraestructuras de carga, promocionar la movilidad sostenible y fomentar las bicicletas compartidas. 

La última –aunque no menos importante– razón por la que se quiere impulsar este tipo de turismos es por la contaminación. El Ayuntamiento de la capital ya ha puesto en marcha Madrid Central (donde sólo pueden pasar los vehículos con etiquetas 0 y Eco; y los de C y B que tengan autorización o vayan a estacionar en un parking público o privado) y los protocolos anticontaminación. Esta misma semana, los coches sin etiqueta no han podido circular por la M-30 y el centro de la ciudad al establecerse el escenario dos. 

Con estas premisas y estas instrucciones, uno puede calcular qué le compensa más: si comprar un vehículo Eco o Cero, que son el futuro, u optar por uno de combustible fósil con los días contados. Cada elección tiene sus pros y sus contras. Los eléctricos, por ejemplo, a priori, son más caros, pero a la larga (por los pocos costes de mantenimiento que tienen y las escasas averías) salen más rentables. Pero, claro, tienen el problema de los puntos de recarga. Actualmente, no llegan a 4.000 (aproximadamente, un tercio de las gasolineras). ¿Qué hacer entonces? Eso ya depende de cada uno, sus necesidades y el dinero disponible que tenga en la cuenta del banco.

 

Noticias relacionadas