Igor el Ruso a su salida de los juzgados de Alcañiz (Teruel).

Igor el Ruso a su salida de los juzgados de Alcañiz (Teruel). Efe

Reportajes TIROTEO MORTAL EN ANDORRA

Cinco pistas que dejó 'Igor el Ruso' en Teruel antes de los crímenes y la Guardia Civil ignoró

Disparaba a matar con un arma corta y se sabía que el supuesto ladrón no había abandonado la zona porque robaba todas las noches. 

21 diciembre, 2017 02:06

El dolor por el asesinato salvaje a tres vecinos de la zona se ha transformado en una profunda indignación que recorre toda la provincia de Teruel. ¿Se pudo haber hecho algo más para cazar a Igor el Ruso antes de que perpetrara el triple crimen? ¿Por qué no se puso en marcha un operativo más amplio, con efectivos especializados, para atrapar al supuesto ladrón que ya disparó nueve días antes? ¿Qué dispositivo se desplegó en la zona entre un ataque y el otro? ¿Por qué no se buscaba de noche, cuando salía de su escondite? ¿Se informó a los vecinos del peligro que había en sus campos?

El PSOE registró este miércoles en el Congreso de los Diputados la comparecencia del secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, y una batería de preguntas para intentar poner un poco de luz a tanto misterio aún sin resolver. Mientras tanto, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA)-Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que se ha personado en la causa como acusación particular, mantiene que hay "hechos objetivos" que evidencian que hubo una negligencia por parte de la Guardia Civil.

Mientras las diligencias están bajo secreto de sumario, fuentes del sindicato UAGA - COAG, del que formaba parte el agricultor asesinado José Luis Iranzo, han descrito a EL ESPAÑOL el rastro que el asesino dejó en los campos de Teruel antes del tiroteo mortal y que los altos mandos de la Guardia Civil pasaron por alto. Las mismas fuentes se lamentan que estas pruebas no fueron tomadas en consideración para extremar las precauciones e incrementar el número de efectivos para cercar al supuesto delincuente.

1. "No le provocaron"

La primera prueba fehaciente que ponen encima de la mesa es el ataque directo de Igor el Ruso hacia dos vecinos de Albalate el 5 de diciembre, nueve días antes del triple asesinato. Las mismas fuentes matizan que "eran dos personas que no le provocaron", sino que simplemente intentaban abrir la masía de uno de ellos cuando fueron sorprendidos por el asesino, que estaba en el interior del cortijo esperando a sus víctimas.

2. "Disparó al pecho"

El segundo hecho objetivo que deja en evidencia el escaso dispositivo de seguridad es que el asesino "disparó" ya el día 5 "al pecho, con un claro objetivo de matar". La fortuna quiso que, en esta ocasión, Igor el Ruso no consiguiera acabar con la vida de las dos víctimas, una de ellas todavía hospitalizada. El dueño del masico, un señor de 72 años, se pudo salvar porque la cartera que llevaba en el bolsillo del pecho de la camisa detuvo el impacto de una de las balas. Fue operado de urgencia por una herida grave en el costado y estuvo en la UCI, pero ya recibió el alta.

La segunda víctima, el herrero que le ayudó a abrir la cerradura, se abalanzó sobre el atacante y una bala le fracturó el húmero derecho. Cuando Fehrer huyó siguió disparando para intentar alcanzarle, pero la suerte quiso que las luces encendidas del vehículo con el que habían llegado deslumbraran al atacante. En esta ocasión, no acertó con la puntería aunque gastó una gran munición para intentar acabar con la vida de los testigos.

3. Utilizó un arma corta

La tercera prueba irrefutable es que el asesino utilizó un arma corta para atacar a estos dos vecinos que salvaron milagrosamente su vida. Las denuncias previas de otros paisanos alertaban de que había alguien que entraba en las casas de campo y robaba alimento o algo de abrigo. Sin embargo, en el testimonio de los atacados el día 5 se remarcó la violencia con la que les atacó y se destacó que el supuesto maleante manejaba con gran precisión armas de fuego. Una característica inusual en un simple ladrón de huertos que debió encender las alarmas.

4. La lluvia borró las huellas

Dos días antes del primer ataque, en Albalate del Arzobispo y en Andorra cayó agua del cielo. No fue un diluvio, pero sí sirvió para ayudar a borrar el rastro que Igor el Ruso podría haber dejado por la zona. 

5. El supuesto ladrón no había huido

La quinta razón por la que el sindicato UAGA - COAG cree que el dispositivo era insuficiente es que existía la certeza de que el supuesto ladrón seguía por la zona. Cuando amanecía, la pregunta que recorría la zona era en qué masía había entrado la noche anterior. En una sola jornada llegó a colarse en diez sitios distintos. Todas las denuncias coincidían en que quien actuaba se limitaba a robar para sobrevivir, nunca se llevaba nada de valor. Tampoco robó un vehículo con el que huir, por eso nadie dudaba de que nueve días después seguía escondido por la zona.

Horas antes de morir asesinado, el propio Iranzo alertó en el cuartel de Andorra de que seguía en la zona. Cuando el jueves 14 llegó a trabajar al Saso, vio rota la puerta de entrada en una masía cercana a la suya. La Guardia Civil subió con él a rastrear la zona, pero no consiguieron cazar al ladrón. Ya por la tarde, cuando su padre lo llamó, subió de nuevo sin saber que Igor el Ruso le sorprendería con dos tiros mortales por la espalda.