Las dos mujeres víctimas del crimen y el abogado peruano, Salas, objetivo real del militar norteamericano.

Las dos mujeres víctimas del crimen y el abogado peruano, Salas, objetivo real del militar norteamericano.

Reportajes Sucesos

Un tapón de plástico aclara el triple crimen de Usera: fue un marido celoso militar de EEUU

La INTERPOL busca desde hace dos días al asesino. Se trata del ex primer teniente norteamericano de origen venezolano Dahud Hanid-Ortiz. Su objetivo real era el abogado peruano en cuyo bufete aparecieron tres muertos.

1 julio, 2017 04:02

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El fatal triple crimen de Usera está a punto de resolverse. El juzgado de instrucción número 41 de Madrid ha ordenado mediante un oficio a la INTERPOL la búsqueda y captura del señalado judicialmente como asesino. Se trata del ex primer teniente del ejército norteamericano Dahud Hanid-Ortiz, nacido en Venezuela. Según la investigación que obra en poder de la organización internacional y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el triple crimen de Usera se debe a un motivo pasional.

Este militar venezolano estaba unido sentimentalmente a la médico alemana Irina Trippel, que había acudido a España a realizar unos cursos de aprendizaje en medicina. Durante ese período de tiempo, había mantenido relaciones sexuales y sentimentales con el abogado peruano Víctor Joel Salas, en cuyo bufete aparecieron muertas tres personas. El misterio de quién las asesinó está a punto de resolverse, y todo gracias al tapón de una botella de agua hallado en la escena del crimen.

Este detalle ha sido crucial para que los investigadores diesen con la pista del ex primer teniente, quien tenía como objetivo real al abogado peruano. Al tener conocimiento de la relación sentimental que mantenía su compañera con el procurador, Hanid-Ortiz se desplazó a España desde Alemania en un coche Volkswagen Polo. La Policía no descarta que antes de llegar a la frontera francesa cambiara este vehículo por otro alquilado.

El triple crimen de Usera causó una gran conmoción hace ahora un año en la capital. Dos empleadas y un cliente ecuatoriano aparecieron muertos en el despacho de Joel Salas. Y ahora el misterio parece desentrañarse.

Cadáveres de los fallecidos, junto a los agentes de la Policía Científica, el día del crimen el año pasado.

Cadáveres de los fallecidos, junto a los agentes de la Policía Científica, el día del crimen el año pasado. Efe

Una vez en la capital de España, Dahud Hanid-Ortiz se desplazó inmediatamente hasta el despacho del abogado peruano, sito en la calle Marcelo Usera, vía principal del distrito del sur de Madrid. Dahud llegó en torno a las 14:00 de la tarde. Lo primero que hizo fue preguntar por el abogado Victor Joel Salas a las dos chicas que compartían el despacho con él, su secretaria Maritza Osorio (46) y la abogada Elisa Consuegra (31). Maritza, inmediatamente, llamó al abogado por teléfono para indicarle que había una persona muy nerviosa que le buscaba en su lugar de trabajo.

La investigación policial asegura que el abogado, intuyendo de inmediato la gravedad del caso, no apareció por allí. Según fuentes judiciales, el militar se introdujo en el baño de la oficina. Allí sacó un machete que llevaba consigo. Nada más salir del servicio, degolló a Elisa y le clavó el machete cerca del tórax. Al darse cuenta del asesinato de su compañera, Maritza cogió una palanqueta que había en el despacho del abogado peruano para defenderse. Salas la tenía allí guardada ante posibles amenazas. No era la primera vez que las sufría. Sin embargo, a Maritza todo se le volvió en contra. La fortaleza del militar americano era muy superior a la suya. Hanid-Ortiz le arrebató la palanqueta y con ella le destrozó la cabeza.

Con los dos cadáveres en el suelo y durante varias horas, Dahud esperó pacientemente a que llegara el abogado peruano, al que buscaba para matar. En torno a las 5 de la tarde, apareció en el despacho alguien a quien no esperaba. Era el ciudadano ecuatoriano John Pepe Castillo Vega, un cliente que iba a buscar al bufete unos papeles de su hijo. Al encontrarse la puerta entreabierta se introdujo en el despacho y el ex militar, creyendo que se trataba de su objetivo, le golpeó varias veces en la cabeza con la palanqueta que el letrado tenía escondida para protegerse. Le destrozó el cráneo, provocándole la muerte inmediata.

Detalle clave: el tapón de la botella

Una vez que el militar había acabado con su objetivo, según creía, intentó quemar los cadáveres que estaban dispersos por las diferentes habitaciones del despacho. Para ello prendió hojas y hojas de los diferentes expedientes que tenía el abogado, lo que produjo que los cadáveres de Elisa y Maritza se quemaran parcialmente. El asesino desapareció y al lugar se aproximaron otros clientes, que fueron quienes, al ver las llamas, dieron el aviso a los bomberos, que acudieron rápidamente. 

Durante toda la noche, los investigadores estuvieron en el despacho de Salas.

Durante toda la noche, los investigadores estuvieron en el despacho de Salas.

La actuación de los bomberos, con espuma ignífuga, borró todas las huellas habidas y la posibilidad de encontrar ADN. Las pruebas halladas eran muy escasas. Una de las pocas cosas que apareció ha resultado, a la postre, ser un detalle clave: un tapón de una botella de agua, un tipo de agua que sólo se vende en Alemania. Los investigadores interrogaron durante varias horas al objetivo del crimen, el abogado peruano Víctor Joel Salas. Hasta las 18:15 no apareció en el lugar del crimen, cuatro horas después de lo ocurrido. A esa hora el ex militar ya se había ido de allí, creyendo que había dado caza a su presa.

Así, tras el interrogatorio, se dieron cuenta que este abogado mantenía una relación extramatrimonial con la médico alemana Irina Trippel que a su vez estaba casada con Dahud Hanid, el que ahora es señalado como asesino y está en busca y captura internacional. Paralelamente, la noche posterior al crimen el ex militar huía de nuevo en su vehículo hacia Alemania durmiendo tan solo 15 minutos. Los investigadores le sitúan al día siguiente en la localidad de Wüzburg, donde residía junto a su familia. Allí se refugió durante varios días hasta que las primeras pesquisas policiales lo empezaron a señalar. Ello provocó que huyese a Estados Unidos, para así cobrar su pensión del Ejército norteamericano.

El juzgado de instrucción número 41 de Madrid, a raíz de las investigaciones policiales, determinó con gran criterio instruir una comisión rogatoria a Alemania para que tanto la fiscalía como la policía germana investigara y ayudara en el esclarecimiento del caso. Tras una exhaustiva investigación por parte de la fiscalía alemana, con interrogatorios a las personas más próximas a Dahud Hanid-Ortiz, se determinó que el asesino del triple crimen de Usera era sin duda el ex militar americano nacido en Venezuela.

Rápidamente el juzgado de instrucción número 41 ordenó la búsqueda, captura y disposición en España del señalado como asesino del triple crimen de Usera, Dahud Hanid-Ortiz. Hoy la Interpol le busca en Estados Unidos donde se cree que está, aunque no se descarta que haya huido a Venezuela donde podría tener una guarida perfecta bajo el paraguas de Nicolás Maduro.

Dahud Hanid-Ortiz un militar condecorado en Irak

Hubo guardaespaldas 24 horas para el dueño del despacho de abogados en el que aparecieron asesinadas tres personas

Hubo guardaespaldas 24 horas para el dueño del despacho de abogados en el que aparecieron asesinadas tres personas

Dahud Hanid-Ortiz (54 años) es natural de Venezuela. Se formó en el Estado de Arizona y pasó 19 años de su vida en el Ejército de los Estados Unidos. Durante su carrera militar recibió una distinción corazón púrpura por heridas en Irak. De hecho, durante su servicio en el Ejército sufrió diferentes lesiones físicas y mentales.

En su decimocuarto año en el Ejército recibió su primer castigo, que no llegó a los tribunales militares. Incluyó una reprimenda por haber usado de forma no autorizada una insignia del arma aerotransportada del Ejército. El querer aparentar más de lo que era siempre le trajo muchos problemas. No se le expulsó de las fuerzas armadas en ese momento, pero sí se le envió a Corea del Sur. El traslado no le sirvió de mucho. Para escalar a un puesto superior, no dudó en presentar documentación falsa entre la que se incluían datos de sus habilidades físicas simulados, información médica no veraz, así como entrevistas y recomendaciones inventadas.

Gracias a esto, en un principio cumplió con su objetivo. Incluso se inventó que vivía en la ciudad de Nueva York para que le pagaran a él y su familia los gastos de vivienda en su nuevo destino, Fort Lee, Virginia. Allí completo el curso básico de oficial de intendencia y fue asignado como destino a Alemania, donde se mudó con su esposa y familia. A pesar de esto, siguió utilizando la dirección fraudulenta de Nueva York, y gracias a ello recibió ayudas valoradas en 87.000 dólares durante dos años a las que no tenía ningún derecho. Cuando se descubrió el engaño fue llevado a un Tribunal Militar, en el que fue decretado su despido. Apeló en junio de 2015, pero el resultado fue el mismo, se confirmó la sentencia que le expulsaba del Ejército.

Durante ese período de tiempo que estuvo destinado en Alemania es cuando su mujer, Irina Trippel, inicia la relación sentimental con el abogado Víctor Joel Salas. Según las investigaciones policiales, el peruano viajó en ocasiones al país germano a visitarla.

El abogado peruano, un personaje extraño en Usera

Puerta del bufete de abogados de Salas, precintado por la Policía Científica.

Puerta del bufete de abogados de Salas, precintado por la Policía Científica.

El abogado Víctor Joel Salas Cobeñas era muy conocido entre la comunidad extranjera que residía en Usera. Atendía fundamentalmente a chinos y a sudamericanos, ya que les tramitaba documentos y les asesoraba en materia de extranjería. Víctor Joel se vio en su día involucrado en la lucha contra el narcotráfico. Esto sucedió cuando trabajaba, según se dijo, como administrativo en la Fiscalía de su país de origen. Nada de ello tiene que ver con lo que pasó la tarde del 22 de junio de 2016. Aunque inicialmente se habló de que la principal sospecha era que alguien relacionado con su trabajo anterior en Perú intentase matarle, no hay nada de cierto en eso.

Sin embargo, también algunas sombras se extienden sobre este personaje, ya que Víctor Joel nunca ejerció de fiscal en su país como se dijo. Era funcionario administrativo. Se publicó que, en 2006, una jueza peruana le pidió al abogado que manipulara un proceso judicial contra un narcotraficante de origen israelí. Sus problemas en Perú le llevaron en el año 2008 a emigrar a España y a ejercer aquí primero como abogado en extranjería, para posteriormente pasar a ser confidente de la policía.

El juzgado número 41 de Madrid todavía mantiene el secreto de sumario a pesar de que lo abrió en un momento de la causa. La INTERPOL espera en los próximos días detener a este militar americano y ponerlo, si es posible, a disposición de la justicia española para resolver de una vez por todas uno de los asesinatos que más ha conmocionado a la opinión pública en los últimos tiempos. Acaba de cumplirse un año.