
Teresa Castro, doctora del Área Sanitaria A Coruña y Cee
Teresa Castro, médica rural en Galicia: "Los pacientes me consideran parte de su familia"
La doctora en el centro de salud de Vimianzo, destaca el vínculo con sus pacientes tras 31 años de dedicación en una especialidad que considera "tan completa como gratificante"
Más información: Fran Saez, matrón afincado en Galicia: "Lo mejor de esta profesión son las personas"
La doctora Teresa Castro siempre tuvo claro que quería dedicarse a la medicina de familia. "Muchos niños y niñas dicen que quieren trabajar en hospitales. Yo, desde pequeña, sabía que lo mío era ser médica de familia en el rural, en parte por la huella que me dejó el médico de cabecera de mi familia. Era una persona muy cercana y muy comprometida con sus pacientes", señala la sanitaria.
Natural de Noia, esta veterana profesional de la salud lleva 31 años ejerciendo en esta especialidad, y desde hace varios años lo hace en el Centro de Salud de Vimianzo, en A Coruña. Además, Teresa destaca el buen ambiente que reina en su trabajo y la "piña" que forma junto a sus compañeros, lo que le facilita el día a día en la consulta.
¿Qué hace especial a la medicina del rural?
Sin duda, la cercanía y la proximidad con los pacientes. Eso lo hace todo mucho más intenso. Es mucho más fácil relacionarte con su entorno y con el resto de su familia. En la ciudad, eso es más difícil; rara vez llegas a conocer el contexto del paciente. Sin embargo, cuando trabajas en el rural, la idea de "médico de familia" cobra todo su sentido, porque puedes conocer lo que rodea al paciente mucho más allá de lo que te cuenta en la consulta.
Además, el trabajo en el rural tiene unas características propias: la población es diferente y los recursos también lo son. Eso hace que el contacto con el paciente sea más directo y cercano. En la ciudad, con más medios disponibles, a veces se pierde esa relación tan estrecha. Aquí, en cambio, al no contar con tantos recursos, por ejemplo en las urgencias, somos nosotros quienes estabilizamos al paciente. No esperamos a que llegue un equipo medicalizado, lo hacemos nosotros. Y eso hace que la forma de trabajar también sea distinta.
Después de tantos años en la profesión, seguro que ha visto crecer a más de una generación de pacientes
Sí, es una de las cosas más bonitas. Por ejemplo, el otro día vi a una mujer embarazada que ya conocí en la barriga de su madre. También me comentaba un día una paciente, en consulta, que se casaba su hijo, que tuvo una enfermedad hematológica severa. Me decía que el día de la pedida estuvieron hablando de las vivencias que tuvieron y comentaron que yo era una parte importante de su familia, porque llevaba tratándolos varias generaciones (traté a la madre de esta mujer, a ella y a su hijo).
Tenemos más problemas de cobertura porque mucha gente no está dispuesta a trasladarse temporalmente desde las ciudades para trabajar al rural
¿En el rural la relación médico-paciente es más íntima?
Sí, sobre todo cuando llevas mucho tiempo. Estar durante años en un mismo lugar te ayuda a conocer mejor a tus pacientes. Ojo, también tiene una parte negativa, que es el sesgo de proximidad: a veces puede influir en que no tengas la misma objetividad que con alguien con quien mantienes cierta distancia. Pero, en general, sí que ayuda conocer a tus pacientes de forma más profunda, en el sentido de que conoces su entorno, a su familia, sus problemas y antecedentes, porque llevas años tratándolos, y aunque ellos no te lo digan, tú ya los conoces mejor.

Teresa Castro junto al equipo del Centro de Salud de Vimianzo (A Coruña)
¿Cómo es el perfil de pacientes que atiende en consulta?
Tenemos una población envejecida, aunque confío en que la situación cambie, sobre todo debido a los problemas de vivienda en las ciudades. La gente joven se marcha por trabajo y por razones sociales. Además, la población está muy dispersa, de modo que, al hacer atención a domicilio, esto se debe tener en cuenta. Los servicios públicos de transporte son deficitarios y mucha gente no dispone de vehículo particular, por lo que organiza sus desplazamientos según su entorno social, los trabajos que debe hacer y los vecinos que pueden trasladarla. Se trata de una población en contacto constante con el sistema sanitario, porque muchos padecen enfermedades crónicas derivadas de su avanzada edad.
¿A qué desafíos se enfrenta en su día a día como médica en el rural?
Existen varios desafíos. El primero es la falta de recursos humanos. Al estar en el rural, tenemos más problemas de cobertura porque mucha gente no está dispuesta a trasladarse temporalmente desde las ciudades para trabajar aquí. Por otro lado, también hay muchos problemas sociales y situaciones de soledad que vemos en consulta y que van más allá de la salud física. No disponemos de asistente social en nuestro centro, y a veces tenemos que recurrir a la imaginación y a los servicios municipales para intentar resolver este tipo de problemas.
Además, hay muchas personas mayores que viven solas o que tienen poco apoyo familiar para los cuidados. A veces te encuentras a dos ancianos que viven solos en la misma casa y uno tiene que cuidar del otro. Aunque en el rural, por suerte, suelen estar más respaldados por un sistema informal de apoyo formado por sus vecinos.
Aquí se atiende todo lo que entra por la puerta dentro de nuestras posibilidades
¿Ha habido un aumento de los problemas de salud mental?
La soledad es un problema grande, y eso se ve tanto en gente mayor como entre la gente joven. Esto se debe a que los jóvenes de aquí disponen de recursos de socialización bastante escasos.
Háblenos de lo mejor y lo peor de su trabajo
Lo mejor es el equipo con el que trabajo. Desarrollarte en un ambiente más pequeño y con menos recursos hace que hagamos más piña y tratemos de cubrir los déficits externos con el apoyo del resto de los compañeros. La sensación de servir a la comunidad es muy gratificante. Además, la respuesta que hay en el rural a esa entrega es mucho más perceptible: la gente tiende a "pagarte" con confianza, con cariño y con respeto, y eso se ve más diluido en la zona urbana.
La parte negativa es la responsabilidad que tienes. Cuando creas un vínculo emocional con los pacientes, hace que cuando las cosas no van bien todo resulte más difícil. Es más fácil que te lleves el trabajo a casa, e incluso que recurran a ti en tu tiempo libre.
La medicina de familia es una especialidad muy completa y que te permite tener mucho contacto directo con el paciente
¿En el rural le toca "hacer de todo", incluso atender urgencias pediátricas?
Habitualmente tenemos pediatra, pero evidentemente, si por alguna razón no está, hacemos la atención inmediata urgente. Cuando trabajamos en urgencias, los sábados no tenemos pediatra, así que atendemos también a niños. Aquí se atiende todo lo que entra por la puerta (entre risas) dentro de nuestras posibilidades.
Para terminar la entrevista, ¿qué le dirías a un médico recién graduado que no sabe qué especialidad elegir?
Primero de todo, felicitarle por elegir esta profesión tan maravillosa. En segundo lugar, le diría que decida de acuerdo con sus capacidades, pero que tenga en cuenta que la medicina de familia es una especialidad muy completa, que abre un abanico enorme de posibilidades de especialización y que te permite tener mucho contacto directo con el paciente.