El monolito de piedra en lo alto del parque de Eirís, con la ciudad al fondo.
Coruña secreta: el monolito de piedra de Eirís, la huella de una inauguración que no existió
Un bloque de ocho metros de altura se levanta sin uso alguno entre el hospital y el parque del barrio. Iba a tener incrustada una placa para el día de su apertura oficial, que no se celebró por el descontento vecinal por las expropiaciones para la construcción de la zona verde hace más de dos décadas
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La visión de A Coruña vía satélite a través de Google Maps clava en sus parques un icono circular verde con la silueta de un árbol: en Santa Margarita, en San Diego, en Vioño, en Eirís. En este último hay más de un icono, uno de ellos en el lugar en el que se levanta un bloque de piedra sin adorno alguno y sin ninguna función.
La leyenda junto al icono en Google Maps indica que es un "monolito de piedra", sin más. Está en la calle Inés de Ben, en la parte más elevada del parque, entre una zona de estacionamiento que usan quienes acuden al Hospital de A Coruña y evitan el parking de pago y un complejo residencial de reciente construcción.
¿Qué hace en este lugar este bloque de forma rectangular de unos ocho metros de altura, este pedrusco bien perfilado que para los aficionados al cine remite seguramente al enigmático monolito del comienzo de la película 2001: una odisea del espacio?
El monolito de piedra se eleva en lo alto del parque de Eirís.
Una consulta al Ayuntamiento no ofrece aclaración alguna. En el barrio, Eirís, la asociación vecinal tampoco resuelve el misterio: la piedra está ahí sin utilidad pero no sabe por qué. Indagando más en la red de vecinos se obtiene respuesta, aunque se prefiere el anonimato a la hora de dar explicaciones.
Ese monolito, cuentan veteranos residentes de Eirís, se levantó para inaugurar el parque del barrio cuando terminó la obra, que duró de 2002 a 2004. En la piedra se incrustaría una placa conmemorativa que pondría fecha de apertura oficial al parque y nombraría al ilustrísimo alcalde del momento, Francisco Vázquez.
Pero tal inauguración no existió. "Nunca la hubo", asegura quien entonces era concejal de Infraestructuras del Gobierno socialista, Florencio Cardador. También recuerda que la construcción del parque de Eirís "fue compleja", que por momentos "se hizo a trompicones" y con muchos "ajustes técnicos". "Costó sangre, sudor y lágrimas. Era una zona delicada", dice.
Expropiaciones e indemnizaciones
Los vecinos con mejores recuerdos atribuyen las complicaciones a los conflictos entre residentes que tuvieron que ser expropiados de sus casas para crear el parque y el Gobierno municipal, con indemnizaciones que no eran del agrado de los afectados.
Cardador recuerda que "se retiraron chabolas" de la zona y los residentes matizan que "también se echaron a familias de viviendas que no eran chabolas". Los perjudicados llegaron a protestar en la calle, incluso delante del Coliseum antes de un concierto de Julio Iglesias en 2002, tanto por ser expropiados como por ser compensados de un modo que consideraban insuficiente.
Vista parcial del parque de Eirís.
El parque, que empezó a redactarse en 1997, se construyó por etapas y por zonas, y otros trabajos continuaron después de 2024, cuando la mayor parte de la superficie ya estaba operativa y los vecinos podían disfrutar de una gran zona verde que antes era un espacio agreste y desordenado.
Pero el descontento por la desaparición de viviendas y las indemnizaciones asignadas había creado un clima tenso en el barrio que llevó al Ayuntamiento a descartar cualquier inauguración con presencia de autoridades y representantes políticos, quienes quizá no serían bien recibidos.
Una vista preciosa
Dicen los vecinos que "se apresuraron" a levantar el monolito que contendría la placa inaugural en la parte más elevada del entorno. "Cabe dentro de lo posible que esa piedra fuera para la inauguración que no hubo", intuye el entonces concejal de Infraestructuras, manteniendo el halo de misterio sobre el aislado e inservible bloque de cemento.
El bloque de piedra frente al último edificio construido en la calle Inés de Ben.
Desde donde está el monolito, justo al lado de una vivienda que esquivó las excavadoras hace más de veinte años, las vistas del parque de Eirís y de la ciudad a lo lejos son excelentes, un poco desvirtuadas por la presencia de vehículos aparcados.
En el mismo entorno, otras máquinas trabajan en las obras de los nuevos accesos para la ampliación del Hospital de A Coruña. Nada se ha dicho hasta ahora si se llevarán por delante el monolito de piedra de Eirís. No es probable, en la zona no entorpece. Quizá alguien le ha cogido algo de cariño.