Imagen exterior de la tienda.
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Zara abre en la Diagonal de Barcelona su flagship más sensorial, diseñada por Vincent Van Duysen
La firma inaugura un espacio inmersivo inspirado en la calma doméstica y en los gabinetes de curiosidades, con una atmósfera arquitectónica que redefine la experiencia de compra
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La Avenida Diagonal de Barcelona estrena desde hoy una de las aperturas más esperadas del año: la nueva flagship de Zara diseñada por el arquitecto belga Vincent Van Duysen, un creador reconocido por su estilo refinado y silencioso, capaz de transformar lo cotidiano en un gesto casi ceremonial.
El resultado es un lugar que no solo vende moda, sino que construye una experiencia sensorial única, pensada para que el cliente se detenga, observe y vuelva a descubrirla en cada visita.
Desde el exterior, los amplios ventanales ofrecen destellos de intimidad, anticipando lo que aguarda dentro: un recorrido por ambientes que mezclan moda, lifestyle y arquitectura residencial.
La tienda se despliega en varios niveles conectados de manera fluida, proponiendo un paseo que recuerda al de una casa habitada, cálida y ordenada, donde cada estancia tiene su propio carácter.
Uno de los espacios más llamativos es el lounge central, dispuesto como un salón doméstico con una gran estantería que enmarca un sofá independiente.
Todo el mobiliario, de madera, metal y texturas suaves, pertenece a la colección Zara Home+ by Vincent Van Duysen y está también disponible para la venta, invitando al visitante a trasladar esa estética serena a su propio hogar.
La atmósfera se construye a partir de una paleta material exquisitamente seleccionada, donde la madera natural, el metal cepillado y la piedra conviven bajo un techo de vigas vistas que reinterpreta la arquitectura residencial.
La iluminación, concebida como una lluvia cálida y equilibrada, refuerza esa sensación de refugio moderno en pleno centro urbano.
En todo el recorrido, las prendas se exhiben con un lenguaje museográfico, gracias a rieles metálicos minimalistas y vitrinas de cristal que funcionan como microexposiciones.
Cada una revela piezas clave y despierta la curiosidad, evocando el espíritu de los gabinetes de curiosidades que inspiran el proyecto.
Los probadores, concebidos como un gran vestidor continuo, son otra declaración de intenciones. La iluminación suave, los materiales naturales y el aislamiento acústico generan un espacio íntimo donde el tiempo parece ir más despacio y el cliente puede reconectar con la sensación de probarse algo especial.