Momento dulce del voleibol femenino en A Coruña: El club Zalaeta celebra su 50 aniversario

Momento dulce del voleibol femenino en A Coruña: El club Zalaeta celebra su 50 aniversario Cedida

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Momento dulce del voleibol femenino en A Coruña: El club Zalaeta celebra su 50 aniversario

El equipo vinculado desde sus inicios al instituto Zalaeta celebra este 2025 medio siglo de existencia con el primer equipo en Superliga 2 y un buen ritmo de crecimiento, dado que en cuatro años han pasado de 70 a 200 la plantilla en categorías inferiores.

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A Coruña es una ciudad futbolera y fundamentalmente blanquiazul pero con el paso de los años y lejos de grandes estadios y entregadas aficiones se han ido abriendo paso deportes menos populares y más minoritarios, tanto por seguimiento social como por participación, como es el voleibol.

Si a deportes como este ya les cuesta abrirse paso, este camino se complica aún más si se trata de deporte femenino, por lo que teniendo en cuenta esto es aún más importante la celebración que tiene por delante el Club Voleibol Zalaeta este 2025: nada menos que su 50 aniversario.

Este medio siglo ha dado para mucho pero tanto los comienzos como la actualidad del club están íntimamente ligados al Instituto Zalaeta, sin el que el equipo de voleibol hoy en día no existiría.

Equipo de los inicios de Zalaeta.

Equipo de los inicios de Zalaeta. Cedida

Pero otros factores imprescindibles de esta supervivencia y actual éxito (con más de 200 jugadoras en categorías inferiores y un equipo asentado en Superliga 2 esperando el momento del salto a la máxima categoría, la Liga Iberdrola) han sido sus fundadores y presidentes a lo largo de los años.

Un nombre propio es el de José Díaz Hidalgo, más conocido como Pepe, que actualmente tiene 76 años y ya está retirado de la docencia y las pistas de voleibol, tanto como entrenador como presidente, pero que vivió el comienzo y años dorados del club cuando le contrataron como profesor de Educación Física en 1974.

Las jugadoras de Superliga 2.

Las jugadoras de Superliga 2. Cedida

El club ha crecido en los últimos cuatro años de 70 jugadoras a más de 200 en las categorías de base, superando grandes limitaciones en cuanto a espacio a las que desde el club ya están buscando soluciones. "Pretendemos que la gente que se dedica a esto pueda considerarlo una segunda profesión y mejorar todo, estamos en el camino pero quedan muchos pasos", trasladan desde el club.

Concretamente, el aniversario se cumple en septiembre, coincidiendo con el arranque del club en la ciudad, para lo que ya está en marcha la preparación de distintas acciones, entre ellas un torneo de voleibol que podría ser de alcance internacional, algo que se confirmará próximamente.

"Un pequeño gimnasio fue la primera pista cubierta y el balón era una piedra"

Primer equipo de Zalaeta.

Primer equipo de Zalaeta. Cedida

Pepe echa la vista atrás y rememora que cuando empezó a dar clase y a entrenar a voleibol en Zalaeta todo el material del que disponía era un pequeño gimnasio, que se convertiría en la primera pista cubierta para entrenar (sin dimensiones y sin altura) y "un balón que era una piedra".

Cuenta que en aquel momento se encontró en la tesitura de que los alumnos pasaron de edad escolar al año siguiente y debía decidir si se federaban o el club desaparecía y la respuesta fue clara y visible a día de hoy. Detalla que visitó al entonces delegado de deportes y les regaló material para el centro y unos balones que tenía en un almacén.

Recuerda que en la jefatura de estudios se reunió con varios profesores, que ya sabían lo que pasaba, y prendió la mecha que aún sigue encendida. "En un principio todos, alumnos y profesores, aportamos el dinero necesario para unas camisetas y lo que costara la competición. Entrenábamos antes de empezar las clases, a las siete de la mañana, en el gimnasio que carecía de altura y dimensiones pero con ingenio y buena voluntad hacíamos lo que podíamos", dice con optimismo.

Como dato curioso, remarca que el calentamiento lo hacían los jugadores corriendo hacia el instituto y las mochilas las echaban a su coche mientras pasaba por el recorrido para conseguir ahorrar tiempo. En aquellos años el director general de la Federación Española de Voleibol llamó a Pepe y el expresidente y entrenador asegura que prácticamente le obligó a poner en marcha el voleibol federado en A Coruña.

Pepe y los primeros equipos.

Pepe y los primeros equipos. Cedida

Especifica que la competición comenzó con una inversión de 40.000 pesetas y que se jugaba los sábados en la pista exterior del instituto (donde hoy en día está el pabellón del instituto). En aquel momento la liga constaba de cinco equipos que se formaron con los que querían tener voleibol en la ciudad: el club Universitario, el Queimada, el Santa María del Mar, el Calvo Sotelo y Zalaeta. En categorías inferiores se hacía cargo el Deporte Escolar.

En cuanto a la trayectoria del club, empezó con los equipos masculinos y al año
siguiente se incorporaron las chicas. Todos iniciaron su andadura y fueron ascendiendo de categoría y cuando los hombres llegaron a la Primera División se independizaron, por razones de espacio, y surgió el Ventorrillo. Por su parte, las chicas siguieron en Zalaeta, hasta hoy.

"Es un club del que poder sentirse orgullosa"

Santos con jugadoras de categorías inferiores.

Santos con jugadoras de categorías inferiores. Cedida

El Club Voleibol Zalaeta no se entiende sin sus jugadoras y una de las más destacadas a día de hoy es la capitana y colocadora del primer equipo que milita en Superliga 2, Patricia Santos.

Tiene 29 años pero desde los ocho ha estado dándole a la pelota y llegó a Zalaeta cuando era cadete. Cuenta que desde que empezó en su nuevo club notó evolución: "la posibilidad de entrenar con gente mayor te hacía espabilar y salir de tu zona de confort, desde que llegué tuve la suerte de poder jugar Campeonatos de España gracias a nuestra buena labor en liga", dice.

Con el tiempo fue haciéndose hueco en el 7 titular, hasta acabar ejerciendo de pilar importante y de capitana. "Ahora sigo manteniendo ese rol, pero mi función en el equipo ha evolucionado, soy de las mayores, de las que tienen que adaptarse a las nuevas e intentar ayudar lo máximo posible desde la experiencia que la edad y la competición me da", admite.

Sobre el aniversario del club, lo define como "un orgullo": "es una satisfacción que un club de los pequeños, económicamente hablando, de la ciudad, llegue a cumplir 50 años con un equipo en categoría de plata en activo y todas las categorías inferiores cubiertas por al menos un equipo", concreta, sobre lo que añade "sin olvidarnos de nuestro veteranos, que tienen todavía más mérito".

"Todos aportamos nuestro granito de arena, y creo que, precisamente por ser un club humilde, la gente se vuelca más que cuando es un simple negocio y se gestiona como tal. Aquí todos somos conscientes de lo que hay y de hasta dónde se puede llegar, pero es verdad que cada año me sorprendo del crecimiento", apunta.

Sobre la etiqueta de deporte minoritario a la que habitualmente se asocian deportes como el voleibol, ella no lo considera así. "Si buscamos el número de jugadores de alta en España, el voleibol mueve y mucho. Hay muchos equipos en Coruña y muchos niños y niñas que juegan, desde hace unos años nuestro pabellón se llena de gargantas jóvenes que vienen a animar los sábados, no se pierden un partido y están orgullosas de pertenecer a este deporte", subraya.

Santos en un partido.

Santos en un partido. Cedida

Sin embargo, considera necesario seguir avanzando en esta línea: "sigue siendo un deporte poco visibilizado a nivel mediático en España. A veces te encuentras un partido en la televisión y hasta me sorprendo y me gustaría no reaccionar así, pero eso refleja lo poco que se ve en la tele, y en la prensa en general", opina.

"Si mencionas, por ejemplo, primera y segunda categoría nacional de equipos locales, qué mínimo que te esfuerces en mencionar a todos, y no hablo de reportajes o noticias elaboradas, hablo de mencionar, eso ya ayuda a visibilizar", expone. A nivel profesional, asegura que sin duda se queda con la temporada 18/19 y la del año pasado, consiguiendo un resultado similar, "aunque a nivel mental no tuvieron nada que ver", dice.

En la 18/19 consiguieron ser campeonas de invierno y de liga regular: "era nuestra primera vez, un equipo joven y totalmente inexperto que pudo participar en la Copa Princesa y en la Fase de Ascenso, sinceramente, sin esperarlo, fue sin duda una gran experiencia y la primera vez que todas lo vivimos", rememora ilusionada.

El año pasado se volvió a dar porque el nivel del grupo era superior y tenían equipo para ello y afirma que este año no se queda atrás porque no esperaban poder dar el buen nivel que dieron. "El equipo se renovó, mucho, como nunca antes, se fueron jugadoras importantes y llegaron jugadoras jóvenes, me tocaba ser la mayor de verdad, pero funcionó, encajamos y disfruté mucho de la temporada", resume.

"Como nos dijeron la semana pasada, quedamos campeonas del grupo de los mortales de nuestra liga. Los tres que quedaron por delante eran equipos superiores, tanto a nivel de juego como a nivel económico, hechos para ascender, no es nuestro caso", afirma mostrando los pies en el suelo.

Sobre el futuro, reconoce que no sabe ni qué será de ellas ni la temporada que viene: "nunca sabemos nada, pero siempre acaba saliendo un equipo competitivo, y así llevamos años, siempre entre el quinto y el primer puesto. Veremos en las próximas semanas qué rumbo toma el equipo pero ojalá, mientras nos haga felices y se pueda dar, sigamos aquí, hablando de la historia de Zalaeta", explica.

Asimismo, cuenta entre risas como sus allegados y los de sus compañeras bromean con el hecho de que entrenen todos los días e "incluso más que un equipo de fútbol de Primera División". "Este último año, de hecho, tuvimos que bajarle el ritmo las últimas semanas, por motivos personales de algunas jugadoras, el tamaño de la plantilla se vio reducida y si seguíamos con ese ritmo no llegábamos", cuenta.

Encadenaron semanas de viajes largos, plantilla corta, entrenos y trabajo o clases. De hecho, pone de manifiesto que "no se debe olvidar que aquí ninguna está solamente para jugar, todas, absolutamente todas, hacemos algo más que jugar al voleibol porque no podemos vivir de ello, incluso los entrenadores no son solo entrenadores".

"Lamentablemente todo el mundo lo completa con algo más porque no te puedes retirar con 35 años y vivir de lo que hayas ganado, al menos no en segunda categoría española de este deporte", expone.

"Los fundadores tienen que tener más satisfacción, porque los primeros pasos son los más difíciles"

Otra de las figuras clave sin las cuales a día de hoy no se entiende el club es la del entrenador Jorge Barrero, que lleva a sus espaldas que nada menos que 38 años entrenando y a sus 54 no parece que vaya a parar en un futuro próximo.

Es el entrenador del primer equipo de Zalaeta desde 2006, pero también hace tareas administrativas, de gestión y organización de los equipos de categorías inferiores. Paralelamente, con la Federación España ha colaborado como entrenador en concentraciones de tecnificación y también con el cargo de seleccionador o segundo entrenador de selecciones desde el 2008 y hasta el 2020, desde la sub16 hasta la sub21 y en alguna ocasión como entrenador ayudante de la selección nacional absoluta.

Jorge Barrero con uno de sus equipos en una foto de archivo (primero por la derecha).

Jorge Barrero con uno de sus equipos en una foto de archivo (primero por la derecha). Cedida

Para muchas jugadoras es una suerte que un técnico de su talla entregue gran parte de su tiempo y paciencia a entrenar a un equipo humilde como el Zalaeta pero la historia personal de Barrero ha discurrido ligada al club, en el que comenzó con 16 años. Entró en el instituto Zalaeta en 1984 y fue allí su primer contacto con el voleibol en Educación Física a nivel equipo (tenía nociones previas de su formación en Eusebio da Guarda).

Se apuntó a este deporte con dos compañeros de clase mientras estaba en el instituto, tres días a la semana, al aire libre y antes de ir a clase. El equipo juvenil masculino se trasladó en aquellos años al Calvo Sotelo, donde el expresidente Pepe también trabajaba y fue allí donde comenzó a encargarse como entrenador de equipos benjamín masculino, "sin mucha idea pero con ganas".

Su primer trabajo oficial como entrenador fue a los 18 años en el colegio Calasancias con un equipo infantil femenino. Como entrenador asegura que cada vez se lo toma más en serio, y admite que sus jugadoras dicen que él solo ve los errores y las cosas que hacen mal.

Pero por destacar algo positivo, considera que su mejor virtud como técnico es que "en todos estos años siempre he intentado no apalancarme ni conformarme con el nivel de conocimiento o la forma de hacer las cosas, no me valía solo con el voleibol que me enseñaron a mí y siempre he buscado la oportunidad de ver otro voley y entrenadores en otros sitios donde en la pista nos ganaban, siempre me preocupó juntarme con los que saben más", cuenta.

"Quiero pensar que exijo mejor ahora a mis equipos", afirma. Sobre el 50 aniversario de voleibol Zalaeta, considera que es una cifra considerable y que "mucho mérito es de la gente que empezó con el club, la que continuó y los que colaboraron". En este contexto, deja claro que sin el apoyo del instituto Zalaeta el club de voleibol no se hubiera mantenido: "es una victoria del deporte coruñés", opina.

Paralelamente, añade que "los fundadores tienen que tener más satisfacción porque los primeros pasos son los más difíciles" y sobre la visibilidad del deporte femenino a día de hoy, apunta que "hay que procurar que la sociedad sea quien tire del deporte femenino, es un tema educacional desde abajo".

En estos largos años de vinculación al club, argumenta que lo que más recuerda es casi más relacionado con logros organizativos que deportivos, porque está ahora más involucrado en el club a nivel de gestión que de entrenamiento. Sin embargo, recuerda especialmente cuando el equipo infantil masculino consiguió el Campeonato de España en el 2008 y todos los ascensos conseguidos en estos años empezando en 2006 en liga autonómica.

"En cinco años subimos cuatro categorías hasta Superliga y en 2019 obtuvimos la clasificación para la Copa Princesa y la fase de ascenso", afirma. Echando la vista atrás, opina que el club ha cambiado mucho desde que era jugador y desde que volví en 2006 como entrenador.

"A nivel competitivo el salto hacia adelante ha sido bueno y muchos cambios están relacionados con los cambios en este deporte estos años. Me gustaría una profesionalización real de la actividad y es algo a lo que todos los clubes debemos tender", afirma.

"Cuando yo empecé el deporte era considerado educativo y fuente de valores y una actividad que se ofrecía de manera altruista y benéfica por gente que empleaba su tiempo y ponía su dinero sin cobrar nada", comenta, a la vez que asegura que "en la última década esto se ha transformado y en Zalaeta intentamos adaptarnos a eso, a profesionalizar la actividad de los entrenadores y la gestión del club, con mayor capacidad de exigencia".

"Por esfuerzo y ganas deberíamos crecer más, pero nos encontramos siempre con el techo de cristal"

El presidente del club voleibol Zalaeta desde 2014, Nicolau Santos, considera el 50 aniversario "un logro del club y un orgullo para quien inició toda esta andadura, una realidad que fue creciendo poco a poco pasando por distintas épocas y que ha provocado que hoy estemos en una cumbre interesante".

Recuerda que a día de hoy Zalaeta es un club solamente femenino y que tiene participación en todas las categorías, desde los más pequeños hasta Superliga 2 y considera que el club "vive un momento dulce por un nivel de juego en Superliga importante que tira del resto de los equipos".

Pero también argumenta que la realidad actual es "agridulce porque aunque por esfuerzo y ganas deberíamos crecer más, nos encontramos siempre con el techo de cristal por asuntos económicos y de patrocinios", apunta.

En esta línea, pone de manifiesto la historia que tiene detrás el Zalaeta y que avala la tarea de todos los vinculados con el club a lo largo de los años y remarca que el éxito se debe a "un trabajo de conjunto". En él, detalla que están implicadas las jugadoras más jóvenes, las veteranas, entrenadores y cuerpo técnico "haciendo un grupo homogéneo con apoyo mutuo que forman una rueda que va funcionando bastante bien".

En el conjunto del deporte femenino de A Coruña, concreta que coincide ahora que en hockey, baloncesto, fútbol sala o en el caso de Zalaeta, que son clubes que están en altas categorías: "eso se quiera o no, además de la organización de campeonatos estatales e internacionales en la ciudad, ayudaron a un mayor conocimiento de los clubes y deportes", asegura.

El mejor ejemplo es la actual campaña de panaderías Sanbrandan, con vasos temáticos en los que aparecen jugadoras de todas las disciplinas y por supuesto del voleibol Zalaeta.

Vaso de Sanbrandan del deporte femenino.

Vaso de Sanbrandan del deporte femenino. Cedida

Sobre el futuro inmediato del club coruñés, el presidente admite que "sería un sueño que las jugadoras llegaran a Superliga Iberdrola" y muestra plena confianza en el primer equipo y su esfuerzo, dado que esta temporada la han rematado con un meritorio cuarto puesto que les asienta en la segunda categoría nacional y les hace mirar al futuro con esperanza y sobre todo ganas.