Jabón de La Toja y detalle de la fábrica. https:// mercadolibre.com y https://turismogrove.mobi

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Historias de la Historia

El lujo gallego que conquistó el mundo: el jabón de La Toja

La historia del famoso jabón fabricado en la isla termal, que durante casi 100 años llevó las sales minerales de A Toxa a todos los rincones de España

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En la historia de la ciencia existe un concepto fascinante llamado "serendipia", un instante mágico en el que alguien encuentra algo valioso mientras buscaba otra cosa totalmente diferente. Es el error afortunado, la casualidad que cambia el mundo. En 1928, el científico escocés Alexander Fleming se fue de vacaciones y olvidó una placa de Petri con un cultivo de bacterias. Al regresar, descubrió que un hongo había contaminado la muestra y matado a las bacterias. Aquel error de limpieza dio lugar a la penicilina, un descubrimiento que cambió la medicina moderna para siempre. Pero la historia está llena de estos momentos. Cristóbal Colón tropezó con un continente buscando una ruta de especias, los hermanos Kellogg inventaron los cereales de desayuno porque se les olvidó maíz cocido en el horno y el champán nació porque los monjes franceses no sabían cómo eliminar las "molestas" burbujas de su vino. Sin embargo, medio siglo antes de que Fleming se dejara aquella ventana abierta, en un rincón de las Rías Baixas, ocurrió un milagro similar. Y el protagonista no fue un científico, ni un investigador, ni un noble explorador, fue un animal. Un burro enfermo, cubierto de úlceras y desahuciado por su dueño, que fue abandonado en una isla desierta para morir en paz y que acabó descubriendo, sin saberlo, uno de los mayores tesoros de Galicia. Esta es la historia de cómo un animal moribundo permitió levantar un imperio de lujo, cosmética y glamour que llegaría a todos los hogares de España. Esta es la historia de La Toja y del jabón más famoso de Galicia.

John Harvey Kellogg. https://es.wikipedia.org

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Para entender la magnitud de este hallazgo, hay que viajar al O Grove del siglo XIX. Hoy conocemos esta zona como la capital del marisco y es un hervidero de turistas, hoteles y barcos de recreo, pero hace doscientos años, la realidad era muy distinta.

Frente a la costa, existía una isla conocida por los lugareños como "Illa do Louxo" o "Illa da Louxa" y no era el paraíso verde y cuidado que conocemos hoy, sino un lugar yermo, hostil, cubierto de tojos espinosos y matorrales, sin apenas árboles que dieran sombra. Nadie vivía allí, era propiedad comunal y los vecinos de O Grove la utilizaban para llevar a pastar al ganado en barcas de remos cuando la marea lo permitía.

Antiguo mapa de la isla de A Toxa. https://xunta.gal

Antiguo mapa de la isla de A Toxa. https://xunta.gal

Era un trozo de tierra flotando en la ría que no valía nada, o eso creían.

Cuenta la leyenda que, alrededor de 1840, un campesino de la zona se enfrentó a un dilema terrible. Su burro, animal de trabajo y sustento de la familia, había enfermado gravemente. El animal padecía una sarna severa que le había provocado la caída del pelo y unas úlceras horribles en la piel. Debido a la enfermedad, estaba en los huesos, débil y agonizante.

Su dueño, incapaz de curarlo y sin corazón para sacrificarlo con sus propias manos, tomó una decisión piadosa, llevarlo a la isla pensando que, al menos, podría pasar sus últimos días tranquilo, comiendo hierba fresca hasta que la enfermedad se lo llevara. Unos meses después, regresó a la isla, y lo que encontró allí lo dejó mudo, porque el burro seguía con vida y, además, estaba pletórico.

Trabajo sobre las aguas minerales del farmacéutico y químico Antonio Casares. https://biblioteca.galiciana.gal

Trabajo sobre las aguas minerales del farmacéutico y químico Antonio Casares. https://biblioteca.galiciana.gal

Su pelaje había vuelto a crecer, brillante y fuerte, y las heridas habían desaparecido por completo, cicatrizadas como por arte de magia. ¿Qué había ocurrido en aquel lugar olvidado de la mano de Dios? La respuesta estaba bajo sus pies. El animal, instintivamente, se había pasado los días revolcándose en los lodos y en las charcas de agua que brotaban naturalmente del suelo de la isla. Sin saberlo, se había estado dando baños termales diarios.

Porque esas aguas no eran normales. Eran aguas ricas en cloruro de sodio, hierro, calcio, magnesio y estroncio, una farmacia natural brotando del subsuelo que, combinada con los lodos de la ría, había obrado el milagro. Así fue como aquel burro había inaugurado, sin querer, la medicina termal moderna en Galicia (o eso cuenta la leyenda).

Busto de José Riestra en A Toxa. https://es.wikipedia.org

Busto de José Riestra en A Toxa. https://es.wikipedia.org

La noticia del "burro milagroso" corrió como la pólvora por toda la comarca, pero para que la leyenda se convirtiera en historia, hacía falta fe, pero también hacía falta dinero y visión.

Y aquí entra en escena la figura clave de esta historia, José María Riestra López, el Marqués de Riestra, el empresario más poderoso de Pontevedra, un visionario que entendió antes que nadie que el futuro de Galicia no estaba tan solo en la pesca o en la agricultura, sino también en el ocio.

A finales del siglo XIX, Europa vivía la fiebre del termalismo, la aristocracia europea viajaba a Vichy en Francia, a Bath en Inglaterra o a los grandes balnearios alemanes y suizos para “tomar las aguas". Era considerado el acto social por excelencia de la Belle Époque, y Riestra pensó, “¿y por qué no aquí?”.

Reconstrucción de las termas romanas de Bath, Inglaterra. https://es.wikipedia.org

Reconstrucción de las termas romanas de Bath, Inglaterra. https://es.wikipedia.org

Así que compró la isla y puso en marcha una transformación faraónica que hoy, con las leyes de costas actuales, sería imposible, porque decidió construir el balneario más lujoso de España, que terminó en 1907, comunicado por un puente de casi 400 metros, en su momento el más largo de Europa.

El puente en construcción. https://hotelpuentedelatoja.com

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A un lado del puente, O Grove, un pueblo marinero humilde, de calles de tierra y casas bajas, donde la vida era dura y el trabajo en el mar, peligroso. Al otro lado, un palacio de estilo afrancesado, con salones de baile, casinos, vajillas de plata y orquestas que tocaban valses vieneses. Por sus pasillos pasarían reyes como Alfonso XIII, políticos como Ortega y Gasset, millonarios como Rockefeller y escritores como Gabriel García Márquez. Era el lugar donde había que estar, el "Versalles" gallego donde incluso llegaría a celebrarse una reunión del legendario Club Bilderberg.

Antiguo balneario y fábrica de jabones. https://es.wikipedia.org

Antiguo balneario y fábrica de jabones. https://es.wikipedia.org

Pero el Marqués sabía que el lujo era excluyente, que el 99% de la población jamás podría permitirse cruzar ese puente, alojarse en una suite y pasarse quince días tomando baños de sales, aunque también sabía que ese 99% quería igualmente "salud". En ese momento tuvo una idea que cambiaría la historia de la industria en Galicia. Si la gente no podía venir al balneario, el balneario iría a la gente y por eso, en 1904, antes incluso de que el Gran Hotel estuviera abierto, tomó una decisión revolucionaria.

El Gran Hotel Balneario de La Toja. https://turismogrove.mobi

El Gran Hotel Balneario de La Toja. https://turismogrove.mobi

Empezaron a extraer las sales minerales del agua para venderlos. Para ello desecaban el agua termal, recogían los cristales preciosos de sodio, magnesio y hierro y los empaquetaban, pero la verdadera genialidad llegó un año después, cuando decidieron incorporar esas sales a una simple pastilla de jabón.

Parece algo obvio hoy en día, pero en aquel momento fue una innovación mundial, ya que fue el primer jabón del mundo elaborado con sales minerales naturales extraídas de un manantial termal.

Y de repente, el lujo se democratizó. Cualquier ama de casa en cualquier lugar del mundo podía ir a su ultramarinos y, por poco dinero, comprar un trozo de La Toja para lavarse las manos con ese jabón que era, simbólicamente, viajar a la isla.

Jabón de La Toja. https://www.todocoleccion.net

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La marca se convirtió en un icono y, como todo icono, contaron con una "influencer" de excepción: la mismísima Emilia Pardo Bazán. Enamorada del paisaje y asidua del balneario, escribió crónicas apasionadas sobre la isla, cimentando su fama en toda España y convirtiéndola en un mito literario.

Jabón de La Toja. https://mercadolibre.com

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La fábrica de jabones se instaló en la misma isla, a pocos metros del hotel, pero el gran golpe de efecto, el que grabaría la marca en la memoria de varias generaciones, llegaría medio siglo después, cuando crearon el jabón Magno, todo un icono del diseño español, pero, ¿qué tenía este jabón de especial?

Era el año 1955, España salía de la posguerra y empezaba a abrirse al consumo. La fábrica de La Toja decidió lanzar un nuevo producto, un jabón de alta gama, con un perfume más intenso y sofisticado, pero hicieron algo que desafiaba toda lógica del marketing de la época. Porque hicieron un jabón negro como el ébano, con una forma ovalada perfecta, inspirada en los cantos rodados que el mar pulía en las playas de la ría.

Jabón Magno. https://www.latoja.com

Jabón Magno. https://www.latoja.com

Pero este jabón tenía un secreto. Al mojarlo y frotarlo, la espuma que generaba no era gris ni negra, era de un blanco perfecto, denso, cremoso y abundante. Además, tenía un olor inconfundible y fuerte que impregnaba el baño y que se quedaba en la piel durante horas, convirtiéndolo en un símbolo de estatus, en una señal de la clase media acomodada, de modernidad.

Y todas estas sensaciones fascinaron a los consumidores.

Estuche de jabón Magno. https://www.latoja.com

Estuche de jabón Magno. https://www.latoja.com

La fábrica de la isla trabajaba a destajo y de ella salían camiones y camiones cargados de sales y jabones para llegar a todos los rincones del país, convirtiendo a La Toja en algo mucho más poderoso que una marca comercial, porque aquel jabón se convirtió en uno de los mejores embajadores de Galicia, exponiendo al mundo que, desde una esquina del Atlántico, se podía crear una industria capaz de competir con todos.

Pero el paso del tiempo trajo cambios.

Fábrica de sales y jabones de La Toja. https://turismogrove.mobi

Fábrica de sales y jabones de La Toja. https://turismogrove.mobi

La presión turística, la necesidad de espacio y la lógica industrial hicieron que la presencia de una fábrica química en medio de un espacio natural protegido y turístico fuera insostenible, y la producción abandonó la isla. Antes de la Guerra Civil, la producción se trasladó a A Pasaxe, a las afueras de la ciudad de A Coruña. El propietario de la marca era el futuro conde de Fenosa, Pedro Barrié de la Maza, el mismo que años después la trasladó al municipio de Culleredo, manteniendo el vínculo gallego. Después fue adquirida por el gigante alemán Henkel, una de las mayores multinacionales químicas del mundo y, en 2007, acabó cerrando, sacudiendo la nostalgia de miles de gallegos.

La antigua fábrica de la isla. https://turismogrove.mobi

La antigua fábrica de la isla. https://turismogrove.mobi

Hoy, los jabones de La Toja que compramos en el supermercado se fabrican lejos de aquí, en grandes plantas industriales en Europa, pero hay algo que la globalización no ha podido cambiar: su esencia. Porque las sales minerales que llevan esos jabones siguen saliendo del mismo sitio, siguen extrayéndose de los manantiales de esa pequeña isla de O Grove, viajando en cisternas para ser incorporadas a la fórmula final. Su alma sigue atada a Galicia.

Actual jabón de La Toja. https://www.latoja.com

Actual jabón de La Toja. https://www.latoja.com

Hoy, la antigua fábrica ya no existe, pero el Gran Hotel sigue allí, restaurado y majestuoso, vigilando la ría de Arousa como un testigo mudo de aquella época dorada. La isla ya no es un páramo yermo, sino uno de los destinos más exclusivos de España, con su campo de golf, su casino y su famosa capilla cubierta de conchas de vieira.

La famosa ermita de San Caralampio. https://es.wikipedia.org

La famosa ermita de San Caralampio. https://es.wikipedia.org

Por eso me encanta la historia de La Toja, porque es la historia perfecta para recordarnos que no necesitamos a un premio Nobel, a un rey caprichoso, ni a un consejo de administración de una multinacional para crear un imperio del lujo, una marca global y un producto que aún hoy sigue siendo parte del orgullo gallego.

Porque la historia no siempre la escriben los vencedores. A veces, la escriben los supervivientes. Como aquel burro...

Burros “fariñeiros” de La Toja junto a un precioso niño. Iván Fernández Amil

Burros “fariñeiros” de La Toja junto a un precioso niño. Iván Fernández Amil

Iván Fernández Amil escribe cada semana Historias de la Historia en Quincemil. Consigue sus libros en https://www.ivanfernandezamil.com/libros

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Referencias:

es.wikipedia.org

latoja.com

elespanol.com/quincemil

turismo.gal

lavozdegalicia.es

historiadegalicia.gal

galiciaunica.es

farodevigo.es

elidealgallego.com

elpais.com

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