Imagen simulada de cómo quedaría el paso del teleférico por el parque de Belvís.
Así era el teleférico que casi conecta la Cidade da Cultura con el centro de Santiago de Compostela
La propuesta se debatió en Raxoi en dos ocasiones y con diez años de diferencia. La Unesco terminó por tirar abajo el proyecto al determinar que no sería favorable para la ciudad
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Fue en 2008 cuando se puso encima de la mesa la posibilidad de crear un teleférico desde el centro de Santiago de Compostela hasta la Cidade da Cultura. En concreto, durante uno de los mandatos de Xosé Antonio Sánchez Bugallo. De hecho, en 2019 se retomó el debate sobre su posible creación, de nuevo durante el gobierno socialista de Bugallo.
La idea nacía, originalmente, del despacho de arquitectos Carbajo e Barrios en 2008. "Hicimos esta propuesta para un congreso porque pretendíamos con ella incluir e integrar la Cidade da Cultura en lo que es el día a día de la ciudad", explica Celso Barrios.
Señalan, además, que sería una opción de conexión asequible al ser un sistema de transporte "desmontable, silencioso y eléctrico". Pero también hacen hincapié en que, para que fuese interesante unir el centro compostelano con dicho complejo arquitectónico, habría que dotarlo de un contenido y actividades interesantes que hiciesen necesaria y justificada esa conexión.
La idea original era unir mediante dos líneas de telecabina la Cidade da Cultura con dos puntos: el parque de Belvís y la estación de tren (ahora también de autobús), ambos puntos céntricos de la ciudad, el primero más cercano al casco histórico y el segundo a la zona comercial del Ensanche. De hecho, para el paso y parada del teleférico por el parque de Belvís, los arquitectos ya plasmaban en el informe encargado por el Consorcio de Santiago la oportunidad de eliminar la Casa da Xuventude de la praza do Matadoiro, creando así la gran vía de acceso al parque que tantas legislaturas se ha debatido si realizar o no.
Imagen simulada de cómo quedaría el paso del teleférico por el parque de Belvís con una puerta de acceso.
Además, se calculaba que podrían viajar sobre dos mil personas cada hora en estas telecabinas, las cuales tardarían entre 5 y 7 minutos en llegar al complejo arquitectónico. Por otro lado, se planteaba un coste por viaje sobre un euro para el usuario.
Sin embargo, la Unesco le paró los pies al proyecto. En una primera instancia, un informe de Icomos-España -organismo dedicado a la conservación del patrimonio y parte consultiva de la propia Unesco- consideró desaconsejable la instalación del teleférico. Sin embargo, el regidor se mostraba abierto a introducir todas las peticiones precisas por el órgano para que pudiese ser aprobado.
Es posteriormente cuando Sánchez Bugallo viaja a París para mantener una reunión con el director del Centro Mundial del Patrimonio sobre el propio proyecto y pactar la visita de los responsables de este organismo a Santiago para estudiar la viabilidad de lo presentado. Finalmente, la Unesco termina por determinar que el proyecto no es favorable para la ciudad por su impacto patrimonial.
La idea se retoma diez años más tarde
En 2019 el debate volvía al Pazo de Raxoi, esta vez porque la Asociación Santiago Centro, junto con el Club Financiero, solicitaban replantear el proyecto. Desde la asociación comerciante creían que colocar un teleférico desde el Ensanche hasta la Cidade da Cultura daría un plan turístico extra para aquellos turistas y peregrinos que visitan Compostela. Añadiendo el teleférico como actividad, los usuarios tendrían que atravesar la zona comercial hasta llegar a la estación intermodal, abriéndole a ellos el mercado hacia el turista y no solo hacia los residentes en la ciudad.
Imagen simulada de cómo sería la llegada del teleférico a la Cidade da Cultura.
En aquel entonces Compostela Aberta y el BNG municipal no estaban especialmente de acuerdo por los costes que supondría crearlo -más de diez millones de euros-, el uso turístico que se le daría o el mantenimiento. El Partido Popular estaba abierto a valorarlo y el PSOE volvía a mantener su postura: la de incluir la Cidade da Cultura en el día a día en la ciudad a través de este novedoso medio de transporte. De nuevo, todo volvía a quedar en nada.
Un proyecto con partidarios y detractores
Aunque la de la Unesco es la opinión definitiva, lo cierto es que las opiniones sociales sobre un posible teleférico estarían muy divididas. Hay quien considera que el impacto patrimonial y visual sería muy alto y que no sería necesario para conectar la Cidade da Cultura con el centro habiendo ya autobuses y pudiendo reforzar estas líneas por tierra.
Otros ven el potencial de tener otro atractivo turístico más y un servicio para que todo el mundo pueda acceder al complejo.