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Las claves de una psicóloga gallega para desconectar de la rutina en Semana Santa

Las vacaciones siempre son bien recibidas pero a veces pueden generar malestar por el cambio de hábitos o el choque entre las expectativas y la realidad. La psicóloga coruñesa Alejandra Sierra comparte algunas recomendaciones para disfrutar más de ese descanso
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La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y son muchas las personas que aprovechan esos días para coger unas pequeñas vacaciones y desconectar. Aunque las vacaciones parecen ser siempre bienvenidas, también pueden generar sensaciones de incomodidad por el cambio brusco de rutina y el choque entre las expectativas y la realidad. Alejandra Sierra, psicóloga sanitaria en la clínica S&P Psicología en A Coruña comparte algunas recomendaciones para entender y gestionar mejor esas sensaciones y poder disfrutar de ese descanso. 

En ocasiones parece que la única forma de "aprovechar" las vacaciones es realizando un viaje a algún lugar lejano o actividades absolutamente fuera de lo común. Es una idea que se ve potenciada además por las redes sociales, donde la gente comparte habitualmente los momentos más destacados de su vida, y donde abundan las imágenes de vacaciones felices en lugares paradisíacos.

Sin embargo, aunque esas opciones son válidas, Sierra asegura que también se puede salir de la rutina en vacaciones buscando actividades o excursiones cerca de casa o aprovechar ese parón para visitar lugares que tenemos cerca. "Hay cosas pequeñas que podemos hacer fuera de lo habitual, no hace falta irse a la otra punta del mundo hacer un viaje. Podemos buscar cosas que nos hagan un poco de ilusión o que sean un poco diferentes", apunta.

La elección de qué hacer en estos periodos vacacionales dependerá de los gustos de cada persona, y también de cada situación vital, pero, sea cual se la elección, la psicóloga recomienda, en líneas generales, "tener algo planeado" con antelación y, reitera que "podemos aprovechar esos días para realizar algo de cambio de la rutina dentro de las posibilidades reales de cada persona".

Respecto a las redes sociales, las vacaciones también pueden ser un buen momento para desconectar un poco de ellas, especialmente si se detecta que producen ese malestar. En ese sentido, la profesional recuerda que lo que vemos en estas plataformas "es literalmente una fotografía estática de un momento muy puntual de la vida de esa persona, y de lo que desea mostrar y cómo desea mostrarlo, y a veces dista mucho de la realidad". 

Si aún sabiéndolo sigue generando sensaciones de malestar se puede incluso "desinstalar las aplicaciones del teléfono unos días". Y, en cualquier caso, anima a "validar que lo que estamos haciendo nosotros es tan bueno como lo que pueden estar viviendo otras personas. A veces nos ponemos unas expectativas que nos impiden disfrutar de lo que estamos haciendo".

Desconexión y cambios en la rutina

Una sensación que también es habitual cuando se va de vacaciones es la dificultad para desconectar del trabajo o de aquellas tareas que se vienen haciendo habitualmente, especialmente cuando son periodos de parón cortos, como la Semana Santa. 

Sierra detalla que en estos períodos breves "lo más esperable es que los primeros días no estés en ese estado de ánimo vacacional. Siempre hay un periodo de dos o tres días en los que tu cabeza va dejando un poco atrás ese estrés del día a día y va enterándose, por decirlo de alguna manera, de que estás de vacaciones, y ahí es cuando empieza a sentirse más descansada, más tranquila y puede empezar a disfrutar un poco más de ese de ese tiempo libre".

Además, en una semana de vacaciones, "casi cuando comienzas a enterarte de que estás de vacaciones y empiezas a disfrutar, ya tienes que volver a empezar". Por ello, la psicóloga detalla que normalmente lo más recomendable es, a ser posible, contar con 15 días seguidos de vacaciones, para que dé tiempo a desconectar y recargar pilas.

Aún así, resalta, "no quiere decir que no venga bien esa semana y que no se descanse, pero hay que tener en cuenta que son unas mini vacaciones", por lo que es mejor mantener un poco a raya las expectativas en ese sentido. 

Otro asunto que también preocupa a muchas personas es el cambio de rutina en cuanto a la alimentación, ya que en vacaciones también suele verse alterada la dieta y se incluyen más alimentos dulces o comidas más copiosas de lo habitual. A este respecto Sierra recuerda que lo "anecdótico no hace la norma", y "también forma parte de la vida". Por lo que también es saludable permitirse disfrutar de esas comidas y de esos momentos, que muchas veces son compartidos con personas queridas. 

"Si lo ves de una manera anecdótica y no es en un porcentaje mayoritario, esa comida acompañada con amigos o con familia, tiene un montón de componentes buenos a nivel salud mental. Igual una pizza no es de diez a nivel nutricional, pero está muy rica y además estoy teniendo una conversación o estoy conectando con gente. Las cosas anecdóticas están para disfrutarlas y saber que forman parte de la vida y vivirlas estando presente", añade. 

Con todo, teniendo en cuenta la brevedad de estas vacaciones, propone no hacer cambios bruscos durante la Semana Santa "para que la vuelta sea más amable". Por ejemplo, aunque no se madrugue tanto como ir a trabajar, mantenerse en un margen cercano y evitar alterar demasiado el horario de sueño. 

La vuelta al trabajo

Las vacaciones, por su propia naturaleza, siempre tienen un fin, y a veces resulta difícil retomar el trabajo y la rutina tras un parón. Sierra explica que es normal sentir algo de cansancio, malestar o desazón cuando se regresa de vacaciones, unas sensaciones que se irán asentando con el paso de los días a medida que se incorporen de nuevo los hábitos diarios. 

No obstante, las emociones que se generan al regresar al trabajo también pueden ser un indicador de que la labor que estamos realizando o la rutina que llevamos no nos satisface y necesitamos realizar algunos ajustes o cambios. 

En esos casos en los que el malestar es más profundo o prolongado, la psicóloga considera que puede ser recomendable "ver lo que está pasando para ver si debería de tomar una decisión distinta o un darle un rumbo diferente a mi vida". 

"Igual el cambio no será a corto plazo pero sí a medio. Ahí se puede empezar a pensar qué se quiere cambiar, cómo se puede hacer, qué opciones reales tengo, y puede ser bueno contar con una psicóloga o profesional que ayude a realizar una transición profesional", añade. 

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