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Cierra la mítica tienda Chispas de A Coruña tras 30 años de actividad por falta de relevo

Mario Zareceansky, que siempre apostó por darle a su local una proyección social, destaca "el valor que tiene la ciudad como sociedad liberal"
El local Chispas colocó sobre la entrada de su local la frase "Todxs somos Samuel" tras el crimen que sacudió A Coruña.
Quincemil
El local Chispas colocó sobre la entrada de su local la frase "Todxs somos Samuel" tras el crimen que sacudió A Coruña.
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Las puertas de Chispas, mítica tienda situada en la calle Barrera de A Coruña, no se han vuelto a abrir desde el pasado 31 de diciembre. El responsable del local, Mario Zareceansky, no encontró ningún relevo para que siguiese adelante con el negocio, que cerró tras 30 años de actividad y dos buscando un reemplazo.

El anuncio generó un gran revuelo. Zareceansky tiene actualmente 78 años y ninguno de sus hijos ha apostado por seguir adelante con un negocio que está en el recuerdo de tantos coruñeses. "Han pasado muchas personas a decir que aquí se hicieron su primer pendiente a los 15 años o que a los 17 se compraron la primera parca militar", explica el argentino sobre la forma en la que su local marcó a los ciudadanos.

Chispas habría cumplido 30 años en marzo de este año como un icono de la cultura alternativa de la ciudad. Zareceansky apostó siempre por darle una proyección social y se posicionó sobre la guerra de Irak, las bombas que Mitterrand hizo explotar en el atolón de Mururoa, la matanza de focas por parte de Canadá, así como en la defensa de los derechos LGTBI y la igualdad entre mujeres y hombres. Precisamente, la tienda lució durante un tiempo un cartel en el que podía leerse "Todxs somos Samuel", que su propietario colocó tras el asesinato del joven hace seis meses.

"Creíamos que no debía ser una tienda solamente dedicada al lucro, sino que tuviese también una proyección social", explica Zareceansky. El dueño de este revulsivo local explica, por ejemplo, que el suyo fue el primer establecimiento de España en tener un escaparate de sexo explícito al que muchas personas acudían cuando no se atrevían a entrar en un sex shop.

Zareceansky explica que nunca tuvo ningún tipo de problema en A Coruña, lo que le demostró "el valor que tiene la ciudad como sociedad liberal". Y ahora, tres décadas después de haber comenzado con la venta de pins y tras aumentar con el paso del tiempo su variopinta gama de productos, el argentino se jubila y deja un hueco no solo en la Barrera sino también en la historia de A Coruña.

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