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Santiago acoge la muestra "Improductivas" reivindicando los espacios asociados a la mujer

Este viernes 18 de junio se inaugura la exposición en el CLEM CAFÉ de Santiago de Compostela.

María Lapido (Ferrol, 1988) tiene una de esas miradas que brillan porque están siendo fieles a lo que les nace, a sus pasiones, a cada color de su universo. La joven coruñesa, compostelana de adopción y rodaje vital desde hace más de 15 años, inaugura este viernes día 18 de junio su exposición, Improductivas en el CLEM CAFÉ  (Rúa de San Pedro 118). Entre las paredes que acogen sus coloridas obras de acuarela y gouache, nos tomamos un zumo bien fresco y charlamos de su trabajo, de esas mujeres con mensaje a las que retrata, de sus proyectos y de la propia ciudad que habita.

Quitémonos de encima la pregunta más obvia y necesaria… ¿Por qué Improductivas?

En el imaginario colectivo se identifican muchas de las parcelas femeninas con lugares de poco interés social, incluso improductivos. SI te fijas, la forma de retratar a las mujeres en las diferentes etapas artísticas se puede ver que se las presenta con una mirada pasiva y llevando a cabo actividades ¨para nada ¨ como mirar por una ventana, pasear por el campo… . Es decir que era inexistente el reconocimiento hacia esos espacios y esas actividades asociadas a las mujeres. Nos han permitido estar en ciertas esferas como el hogar o la cocina pero además hay que dignificarlo. 

Con esta muestra quiero invitar a reflexionar, a que pensemos en dignificar el universo femenino. A ver la necesidad del cuidado, el autoconocimiento, la comunicación, la transmisión de tradiciones. Esas cosas pequeñas, esos paisajes comunes, esas esferas cotidianas son la base de nuestra educación y nuestra salud mental y producen calidad de vida.

Además de tus láminas, nos encontramos con platos decorados…

La historia de esos platos es bien curiosa. Resulta que mi abuela regentó durante muchos años una casa de comidas. Junto con mi abuelo, había emigrado años antes a Buenos Aires y era especialmente querida y conocida por haber traído recetas de pasta italiana a su pueblo, en Galicia. 

Un día, haciendo limpieza con mi madre nos encontramos con estos platos, que resultaron ser de aquel mesón. ¡Imagínate, en estos platos se comerían muchos macarrones! Están teniendo muy buena acogida y varias personas ya me han preguntado por ellos.

¿Y  qué mujeres ocupan esos espacios cotidianos en los que habita María?

En cuanto a referentes artísticos podría enumerarte muchos, desde Carla Fuentes, Bijou Karman o Ellen Von Wiegand. También me encanta María Herreros. Y si lo llevamos a los espacios más personales mi madre y mi abuela son dos mujeres cuidadoras, que han llevado el peso de sus casas, de sus vidas y que, sin lugar a dudas, forman parte de dos generaciones a las cuales se les negó cualquier reconocimiento social de todo lo que hacían.

Tampoco puedo olvidarme de Conrad Roset. Recuerdo a la perfección el momento en el que visualicé por primera vez su pieza Drawing a musa. Fue una especie de revelación.

Hablas muy a menudo de ellas, las mujeres de tu familia, tu abuela, tu madre ¿va en los genes la pintura?

Algo debe de haber. Mi abuela pintaba, comenzó a hacerlo en las actividades de las aulas de la tercera edad y era una auténtica genia. Mi madre siempre ha pintado, restaurado muebles… . Creo que el entorno en el que te crías favorece esa creatividad, la alimenta. Mi recuerdo de infancia es sentada a la mesa y con mis pinturas, creando.

Después dejé de hacerlo. Estudié la carrera de Relaciones Laborales  sin demasiada motivación, creo que durante esta etapa lo único que pintaba eran monigotes en los apuntes y después, un poco movida por la precariedad laboral y por buscar algo que me hiciese realmente feliz pensé en el tema del diseño y la fotografía. Cuando empecé esos segundos estudios todo el mundo me decía que estaba más guapa que nunca, con luz.

Mi trabajo de final de carrera mezclaba fotografía con pintura. Así ha ido todo ocurriendo, una cosa enlazando con otra. Cuando uno hace lo que siente, sucede esto, que tienes esa satisfacción de ir hacia lo que deseas.

Los artistas habéis sido muy productivos en todo este casi año y medio de pandemia ¿volver a exponer era una necesidad?

A mi me gusta que mi obra llegue a todas las personas que sea posible. Las redes sociales nos ayudan a ello pero exponer es otra cosa, es otro tipo de contacto, mucho más directo con la obra y con el propio artista. Tenía muchas ganas de esta exposición, fui muy insistente hasta que lo conseguí y estoy muy ilusionada.

Durante el confinamiento extrañamos muchas cosas pero por lo general lo que más echamos de menos eran los paseos y los bares , cuéntanos ¿por dónde paseas en Santiago y cuál es tu parada obligatoria?

Santiago es la ciudad del cambio. No hay dos años iguales en Santiago. Están pasando cosas todo el tiempo y al mismo tiempo es una ciudad que te tienes que ganar, en la que tienes que encontrar tu sitio, algo nada fácil. Disfruto mucho de ella y especialmente ahora lo hago en el Ensanche, tantas veces denostado y que tiene un encanto extraordinario. 

Y paradas obligatorias: desde las terrazas de Fernando III hasta en la zona vieja el Cañahueca, el Filandón… . 

Finalmente, María ¿ qué viene después de Improductivas?

Pues ojalá que muchos proyectos. Por un lado me gustaría indagar en el tema de las paredes decorativas y por otro, Máscaras,  una colección de gouache que inicié en Carnavales y en la que quiero seguir trabajando.

La exposición de María  (@maria_lapido) se inaugurará con un pequeño coloquio con la artista este viernes en dos turnos, a las 19 y a las 20h, y en ella a través de un código QR situado en la barra del local y en los carteles del evento, se podrá acceder a un blog de la propia muestra donde consultar información adicional y precios.

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