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Entusiasmo ante los nuevos habitantes del estanque de la Alameda de Santiago

El pasado fin de semana los niños (y los no tan niños) se agolpaban en la fuente de los patos de la compostelana Alameda para ver a los nuevos inquilinos del estanque
Los nuevos inquilinos del  estanque de la Alameda de Santiago
Ana Gayoso
Los nuevos inquilinos del estanque de la Alameda de Santiago

Más de una decena de nuevos patitos que han llegado para llenar de vida esta zona del parque en el que no solo los turistas se sorprenden cuando descubren a estas pequeñas criaturas.

En concreto los animalillos habitan el estanque que rodea la estatua de Méndez Nuñez. La historia de esta alberca es bien curiosa y es que fue en 1930 ya con el monumento en medio, anteriormente rodeado de zona ajardinada desde su colocación en 1885, cuando se decidió cambiar la vegetación por agua, gracias a un diseño del arquitecto municipal  José María Banet Díaz Varela. En 1947 se añadía un estanque central, el de mayor proporción y en medio del cual se colocó a Méndez Núñez.

Actualmente se trata de una zona concurrida, repleta de riqueza botánica, en la que los compostelanos y visitantes gozan de sus paseos. Pero en el año 2018 las noticias no eran tan buenas y se anunciaba que la Alameda se quedaba sin cisnes tras ver como “ desaparecían” dos cisnes blancos  y como uno negro se quedaba en soledad junto a la compañía de un par de patos. Tanto los encargados del mantenimiento como la Policía Local informaban por aquel entonces de que estaban muy preocupados por esas desapariciones. Pero con el confinamiento de marzo de 2020 y el considerable descenso de la contaminación y suciedad que se acumulaban en el parque, poco a poco la zona se repobló.

Imagen actual de la estatua de Méndez Núñez en la que se puede observar el estanque central, añadido en 1947, que rodea la figura y en el que ahora habitan los patos.

Y es que además de las especies más comunes y reconocidas por todos tanto en la Alameda como en el lago del Auditorio a veces sorprenden aves salvajes como sucedió hace poco en el cauce del Río Sar, por la zona del Carme de Abaixo y que llegaron allí después de que se limpiase la zona. También se instaló en el Auditorio un cormorán que estuvo meses conviviendo con los habituales del estanque y unas garzas campaban hace un par de años por las Brañas de Sar para deleite de los caminantes habituales y vecinos de la zona. Aunque, sin lugar a dudas, bien curioso fue el día en que la Alameda amanecía habitada por un gallo y varias gallinas que alguien dejó en uno de los pequeños estanques y que, de nuevo misteriosamente, fueron desapareciendo progresivamente.

Cormorán en el lago del parque da Música, junto al Auditorio de Galicia
(Foto: avesensantiagodecompostela.wordpress.com)

Fue en el año 2014, tras una serie de reformas para evitar filtraciones, cuando se recuperaba este espacio para los parrulos y se renovaba su aspecto en el que se podían ver de nuevo a las aves correteando de un lado para otro. Se instalaron nuevos chorros de agua e iluminación LED nocturna y se aumentaba la apertura del recinto sustituyendo a los antiguos setos por una valla. Desde entonces los expertos han insistido en el respeto a la zona y a los animales así como a los nidos, que en ningún caso se deben retirar, ya que son los refugios que crean las madres para alimentar a sus posibles crías.

Compostela es una ciudad rodeada de zonas verdes por todos sus costados y aunque cuenta con numerosos parques y jardines como los de Bonavabal o Belvís, sin lugar a dudas, su joya de la corona es la Alameda. Se creó en el año 1835  y es el centro neurálgico de los paseos santiagueses con sus más de 85.000 metros cuadrados de dimensión. Aunque genéricamente nos refiramos a él como Parque de la Alameda lo cierto es que existen tres zonas bien diferenciadas: la Carballeira de Santa Susana, en el centro, el Paseo Central de la Alameda, el más cercano a Porta Faxeira y el Paseo de la Ferradura, que rodea la carballeira.

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