Preocupación en Santiago ante las fiestas en pisos por el inicio de curso
Las fiestas en pisos son habituales en Santiago de Compostela todos los años, sobre todo en el arranque del curso universitario y desde la prohibición del botellón. Este año, con las restricciones al ocio nocturno y ante el riesgo de contagio que suponen estas fiestas, la preocupación es mucho mayor de lo habitual, sobre todo a la luz de los últimos datos: la Policía Local intervino en 138 fiestas desde el mes de julio, 23 desde el pasado fin de semana.
Estas reuniones representan el caldo de cultivo perfecto para la propagación del virus, ya que suelen implicar la reunión de grandes grupos de personas en espacios reducidos en los que es imposible mantener las distancias de seguridad, así como el consumo de alcohol y la consiguiente relajación de las medidas de prevención.
Ante este escenario, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, se ha dirigido a aquellos "que se resisten a dar la fiesta por acabada", a los que ha pedido que piensen "en sí mismos y en sus familias" antes de "cometer irresponsabilidades". De lo que pase en las primeras dos o tres semanas de curso dependerá "el futuro de Santiago", ya que un cambio en la tendencia "podría llevar a levantar las actuales restricciones o a mantenerlas".
Refuerzo policial
Más allá de esta llamada a la precaución, el Concello ha anunciado un dispositivo especial con un refuerzo "notable" de la Policía Local durante los próximos días para prevenir tanto la celebración de fiestas en pisos como los botellones, cuya frecuencia también se ha visto incrementada.
Del mismo modo, también se ha pedido ayuda a la Policía Nacional para atender a las posibles fiestas de estudiantes e incumplimientos de la normativa.
Mientras tanto, la Universidade de Santiago de Compostela (USC) también ha anunciado que colaborará con Concello y Policía Local para evitar , a la vez que está trabajando con la Asociación de Hostelería de Compostela en campañas de concienciación por un ocio nocturno seguro.
Lo cierto es que, a pesar de que el curso universitario aún no ha empezado, este fin de semana, cuando muchos estudiantes aún no habían llegado, ya se tuvo que intervenir en una veintena de fiestas en pisos. Durante esos mismos días también se registraron tres botellones en Xoán XXIII, en la Finca do Espiño y en la zona de Bonaval.
Desde la Asociación de Bares, Pubs y Discotecas de Santiago vienen advirtiendo de un incremento en este tipo de celebraciones desde que se cerró el ocio nocturno y se limitó el horario de la hostelería general hasta las 1.00 horas de la madrugada.
"La gente se ha ido acostumbrado a ir a tomar algo por la tarde y, a partir de la 1.00, busca otro sitio donde poder continuar", explica el director de la asociación, Sergio Fernández. Su apuesta pasa por ampliar el horario de apertura de la hostelería, ya que en los establecimientos "se puede garantizar el mantenimiento de las medidas de seguridad y no se han producido casos de contagio".
