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Las rederas gallegas llevarán su proyecto de reciclaje a la Cumbre del Clima

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha seleccionado la iniciativa que da una segunda vida a las redes de pesca en desuso para que sea compartida con el mundo como ejemplo de historia de éxito en materia de sostenibilidad
Catalina Gómez en A Coruña
Cholita
Catalina Gómez en A Coruña
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Un proyecto que tiene alma de costa atlántica y que va a ser presentado ante el mundo como una de las iniciativas inspiradoras que se comparten en la Cumbre del Clima que tiene lugar estos días en Madrid. Nació con el sello de Cholita, una alianza entre rederas de localidades pesqueras de toda Galicia y la empresaria coruñesa Gema Neira. Dos rederas y la propia Gema viajarán para compartir su proyecto que da una segunda vida a las redes de pesca.

Una de las rederas que se embarcó en el proyecto desde el principio es Catalina González que explica a Quincemil la ilusión que les hace poder llevar a Madrid sus redes y explicar cómo el proyecto ha cambiado sus vidas. "Iremos cargadas con nuestras mallas para poder enseñar en vivo y en directo lo que hacemos", nos explica con el orgullo de saber que el oficio que corre por sus venas sirva ahora para contribuir las "buenas prácticas promovidas por mujeres en el ámbito del sector pesquero".

Ahora también hacen mobiliario reutilizando redes de pesca (Cholita Corme)

"Soy redera desde que nací. Nací y crecí entre las redes, mi padre tenía un barco de cerco y mi madre enseñaba el oficio; en mi casa se haían redes de enmalle y redes de cerco", relata Catalina. Nació en Portonovo hace 54 años y aunque también ha sido alcaldesa y ha tenido un restaurante, dice que ser redera es su oficio "desde que tengo uso de razón".

Empezaron a hacer cada vez más cosas para darles una segunda vida a las redes de pesca: primero fueron las bolsas que sustituyen a las de plástico y ahora ya se han lanzado a hacer mobiliario urbano, hamacas y hasta porterías. "Vimos que esta forma de reutilizar tenía cada vez más aceptación; la gente está peleada con el plástico, por fin", sentencia Catalina.

"Recuperamos un residuo para darle salida y a la vez diversificamos la actividad de rederas, que es duro porque está expuesto a la deriva climatológica; si se averían los barcos o hay un temporal nos quedamos sin trabajo y sin cobrar ", nos explica Catalina. Un oficio que también recibe como "muy bonito", pero que "lleva su tiempo de aprendizaje: reparar bien una red es algo muy complejo".

Este proyecto de reciclaje de redes, "nos da la oportunidad de tener una estabilidad porque nos permite hacer las bolsas cuando no hay trabajo de reparar redes y además ponerlo en valor; lo que nos gustaría es que la gente joven se anime a aprender el oficio y ver futuro en él", explica Catalina, que compartirá este mensaje de su viva voz llevando las redes gallegas a un encuentro internacional clave para el futuro del planeta.

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