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Opinión

Pandemonium (Breve historia de la guerra entre la humanidad y las infecciones)

Desde el principio de los tiempos, la humanidad ha estado en guerra contra un enemigo invisible al ojo humano, los patógenos
Pedro Arenas Barreiro
Por Pedro Arenas Barreiro

Bacterias o virus como el Covid-19 nos atacan feroz y recurrentemente con el único objetivo de reproducirse en nuestro organismo y saltar al siguiente, diezmando en diversas ocasiones nuestra población y provocando cambios abruptos en todos los órdenes de nuestra existencia como especie, desde nuestro número a nuestra organización.

Existen pruebas de la existencia de brotes de tuberculosis entre la población Neolítica del 3.500 A.C, una infección bacteriana que Hipócrates definió en el siglo V a.C como “la más brutal de las enfermedades” y que pese a todo el avance científico y social, aún no hemos conseguido erradicar por completo en la actualidad.

Quizás la primera pandemia realmente severa que sufrimos fue la primera peste negra o peste de Justiniano (S.VI) que se extendió del imperio Bizantino a toda Asia y Europa y que, a lo largo de 2 siglos acabó con el 48% de la población (entre 30 y 50 millones de personas murieron) y la imposibilidad de reconstrucción de un imperio que facilitó el avance del Islam.

La segunda pandemia de peste negra o peste bubónica, se inició en China (1347-1382) y se extendió con rapidez por Asia, Europa y el norte de África. Duró casi 4 siglos y fue sin duda la pandemia más devastadora de la humanidad, acabando aproximadamente con 200 millones de vidas. El mundo tardó más de 200 años en recuperar su población y provocó innovaciones tan disruptivas como la creación del sistema de alcantarillado para contener la plaga de ratas en las ciudades (sus pulgas eran el principal vehículo de transmisión) o el desarrollo en sus últimos brotes de los primeros antibióticos, que revolucionaron por completo la medicina y nuestra esperanza de vida.

“La Peste de Azoth” de Nicolas Poussin (1631)

Mención especial requiere la llegada en 1492 de Cristóbal Colón y los europeos a América, acompañados de un sinfín de enfermedades para los que la población autóctona no estaba inmunizada y que acabó provocando 17 pandemias distintas (viruela, sarampión, tifus o difteria entre otras) y acabando con el 95% de la población indígena del continente en los 130 años posteriores al descubrimiento. Una población diezmada y débil, facilitó enormemente la colonización (pese a la leyenda de la superioridad de los europeos).

Ya en los inicios del siglo XX (entre 1918 y 1919) surgió en Kansas una variedad de gripe que el mundo bautizó como gripe española no por su origen sino por la repercusión mediática que tuvo en nuestro país. En plena primera guerra mundial, el viaje de soldados a Europa propagó rápidamente el virus, de forma que afectó a un tercio de la población mundial, provocando 50 millones de muertes y conviviendo con nosotros durante todo el siglo XX hasta derivar, gracias a la evolución sanitaria, en lo que hoy afortunadamente conocemos como gripe estacional.

Pese a todo lo inteligentes y desarrollados que nos pensamos, el diseño biológicamente tan efectivo de los virus y bacterias busca siempre nuevos mecanismos y mutaciones para derribar nuestras defensas. Acabar con ellos no es tarea sencilla como demuestra la historia de la erradicación de la viruela, una enfermedad enormemente grave y contagiosa de la que existen indicios en momias del siglo III a.C y que, gracias al desarrollo científico y la vacunación masiva, fue en 1980 la primera enfermedad infecciosa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró erradicada del planeta.

Desgraciadamente la historia de las pandemias tiene varios capítulos actualmente abiertos y seguimos actualmente en guerra contra otras enfermedades epidémicas como el ébola, el SIDA o el zica.

Afortunadamente para algunas de ellas, los avances científicos nos han permitido desarrollar terapias para convertirla en una enfermedad crónica, como es el caso del SIDA, que desde su aparición en 1981 ha provocado más de 30 millones de muertes. Afortunadamente para otras como el coronavirus, el conocimiento, la tecnología y la ciencia nos ha permitido desarrollar vacunas en tiempo récord para que su letalidad o sus efectos sean menores.

Todas estas pandemias y sus efectos han derribado imperios, han acelerado innovaciones, han definido sistemas políticos y organizativos, han creado obras de arte que dibujan sus consecuencias… Los enemigos invisibles que las provocan han destruido y han matado, pero también han definido nuestra cultura, nuestra sociedad y nuestra economía, contribuyendo a escribir nuestra historia como especie.

Pedro Arenas Barreiro
Pedro Arenas Barreiro
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Pedro Arenas es, ante todo, un tío de acción (y nunca utiliza dobles aunque haya muchas escenas de riesgo). A lo largo de sus más de 15 años de carrera, ha sido autónomo, emprendedor, empleado por cuenta ajena e incluso responsable público en la Axencia Galega de Innovación. Ha sido el promotor principal de 2 empresas (Ingenyus, Marketing Inteligente y Qubiotech) y ha participado en la constitución de otras dos startups de base tecnológica. Actualmente colabora con diversas compañías en el asesoramiento y fortalecimiento de sus capacidades estratégicas y de innovación.