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Opinión

Ligar a los 40: divorciados y tarados

Generalizar, en cuanto a estereotipos se refiere, no siempre es un acierto aunque lo que nadie puede discutir es que hay ciertos patrones que tienden a repetirse a lo largo de la vida
Pedro Arenas Barreiro
Por Pedro Arenas Barreiro
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Tengo la teoría (experimental) de que a los 20 años te entra el hambre y a los 30 el frío, ambos en sentido literal (físico) y figurado (sentimental). De este modo, si los 20’s suelen ser el periodo de los noviazgos por excelencia, los 30s son la década de los matrimonios y te has pasado, pasas o pasarás los findes de abril a septiembre de despedida en despedida y de boda en boda. En concreto, según datos del Instituto Nacional de Estadística, tras una media de 4 años de noviazgo, las mujeres se acaban casando en promedio a los 35 y los hombres a los 38 años.

Mi amiga A.B me advertía ya hace unos años (tras un estudio también experimental) que “A partir de los 40, solo hay en el mercado divorciados y tarados”, aunque no se si lo decía como 2 opciones independientes o 2 hechos asociados e indivisibles. Aunque obviamente (también validado experimentalmente) para tener “taras” no es necesario haber nacido antes de 1980 ni estar divorciado, lo cierto es que los 40’s son la edad dorada de los divorcios y según el INE, este momento llega o llegará a un 57% de las parejas a los 45'8 años de media en mujeres y los 48'2 años en hombres.

Desgaste, infidelidades, discrepancias, etc., las causas de los divorcios son múltiples (estoy haciendo un estudio pormenorizado sobre el tema) pero los efectos son, sea quien sea el que parta la pareja, un juego en el que todos los participantes son perdedores y que devuelve al tablero del mercado amoroso a perfiles profundamente dañados por una experiencia sentimentalmente fallida y que, consultadas diversas fuentes cercanas, cuentan con al menos una de las siguientes taras:

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Tara 1. Miedo al compromiso 

Clásico entre los clásicos de las relaciones y quizás el trauma más frecuente. Llevan en la mochila varias toneladas de desilusión y decepción. Le han fallado a alguien, se han fallado a sí mismos o ambos a la vez y se siente tan bajo de defensas que ante cualquier ínfima posibilidad de dolor, prefiere protegerse alejándose del origen, una relación. No disfrutará por miedo a sufrir (y es probable que también acabes sufriendo tú).

Tara 2. Pinocho

Si la olla a presión de su anterior relación comenzó a pitar mucho antes de la separación definitiva, es probable que haya fantaseado (o peor aún, creado) una realidad en la que haya eliminado (o cambiado) determinadas variables. El abanico es amplio pero la guinda es mantener otra relación paralela, lo que le ha arrastrado a un sinfín de falsedades y excusas que le habrán convertido en una máquina de idear mentiras. Está tan acostumbrado, que a veces ni siquiera tendrá una razón para hacerlo. Cuidado, porque pese a lo que dicen, no se les pilla antes que a los cojos.

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Tara 3. Pollito mojado 

Se ha sentido abandonado o ha sido el engañado/-a. Comparte su historia, miedos y frustraciones en modo bucle y es probable que incluso llegue un punto en el que, de tanto escucharlo, pensarás que has estado allí. Precaución, porque sólo estás escuchando una versión del cuento (la que más le conviene). Ten cuidado no vaya además a estar buscando simplemente a alguien que le lama las heridas y te deje después con un amargo regusto por algo más dulce.

Tara 4. Regreso a la adolescencia

Quizás la tara más peligrosa es la de aquel o aquella que ha mantenido una relación pensando continuamente en lo que haría de no tenerla y ahora, liberado del yugo del compromiso, quiere pisar el acelerador y recuperar el tiempo “perdido” como si estuviera grabando la cuarta temporada de Elite (y ya sabemos cómo fue la tercera…). Suelen ser sentimentalmente egoístas y poco empáticos. Carne de gym y de tinder (nada en contra si los objetivos de ambos jugadores son los mismos)

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Afortunadamente, estas taras no tienen por qué ser permanentes y a veces las partidas se ganan cuando los descartes son inteligentes. Afortunadamente, los 40s llevan consigo también virtudes y no solo taras permitiendo enfocar las relaciones combinando la pasión (por definición impulsiva) con la sabiduría de la experiencia. Afortunadamente, el mundo está lleno de posibilidades y también de oportunidades de cruzarte en el espacio tiempo con tu alma gemela o al menos con un alma compatible en tu espacio por un nuevo tiempo.

Pedro Arenas Barreiro
Pedro Arenas Barreiro
LinkedIn
Pedro Arenas es, ante todo, un tío de acción (y nunca utiliza dobles aunque haya muchas escenas de riesgo). A lo largo de sus más de 15 años de carrera, ha sido autónomo, emprendedor, empleado por cuenta ajena e incluso responsable público en la Axencia Galega de Innovación. Ha sido el promotor principal de 2 empresas (Ingenyus, Marketing Inteligente y Qubiotech) y ha participado en la constitución de otras dos startups de base tecnológica. Actualmente colabora con diversas compañías en el asesoramiento y fortalecimiento de sus capacidades estratégicas y de innovación.