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Opinión

La fórmula del “empleado perfecto”

¿Cuáles son los factores que nos enamoran profesionalmente? Una fórmula para encontrar a tu media naranja (laboral) y construir un amor para toda la vida.
Pedro Arenas Barreiro
Por Pedro Arenas Barreiro

Buscar un empleado para tu equipo es como buscar pareja, un compromiso mutuo en el que ambos vais a depositar confianza y entrega en el otro para conseguir un objetivo compartido (normalmente la mayor eficiencia de un proyecto o de una empresa). 

Con tus empleados (y ellos contigo), compartirás una gran cantidad de tiempo (muchos días más incluso que con tu pareja real) y vuestro “matrimonio pactado”, no siempre será una “luna de miel”. Antes o después (pasa en todas las casas) tendréis que enfrentaros a momentos complicados, tensiones y decepciones (en ambos sentidos) que conllevan el desgaste de una relación con picos de alta intensidad y encima, sin sexo. Por ello, y aunque soy de los que opinan que la perfección no existe y que precisamente en nuestras diferencias e imperfecciones está nuestro encanto, más te vale tener claro lo que buscas en un empleado, evaluar vuestra sintonía y distinguir la atracción del verdadero amor (sobre todo si eres tan enamoradizo como yo). 

Con este propósito y basado en mi propia experiencia, aciertos y (sobre todo) equivocaciones, he desarrollado una sencilla pero efectiva fórmula para la selección del empleado “perfecto” (válida también para tratar de identificar jefes “perfectos”).

En mi opinión, estos son los 4 valores esenciales (4C’s) que busco en mi equipo (y que por supuesto, yo también intento cumplir).:

1. Conocimiento: Competencias para el desarrollo de su función profesional o al menos la base de habilidades para poder adquirir las aptitudes de manera efectiva y rápida a través de la experiencia.

2. Compromiso: Sentimiento de pertenencia al grupo y capacidad para integrarse asumiendo que su función es esencial para que todo funcione eficientemente. Orientación a resultados y capacidad de esfuerzo adicional para conseguir un logro común trabajando unidos. Capacidad de compartir sueños/retos comunes. Sostenibilidad de la ilusión inicial.

3. Comportamiento: Actitud constructiva y escucha activa. Capacidad de resolver diferencias sin generar conflictos. Amabilidad, educación y una cosa tan importante como escasa, empatía. Responsabilidad con los errores y generosidad con los aciertos. Capacidad para pedir perdón. Capacidad para perdonar.

4. Compatibilidad: Capacidad para complementar mis propias capacidades o las del equipo existente, así como para contagiarlas/transmitirlas. Similitud en intangibles tan vitales para una relación laboral sana como el sentido del humor o la coherencia. Posibilidades de autonomía y autogestión. Proactividad, capacidad de liderazgo y ambición por el desarrollo profesional futuro en nuestro proyecto.

Durante nuestra entrevista y conversaciones de selección suelo puntuar los aspectos anteriores de 1 a 10 individualmente. Llegados a este punto, empleo la siguiente fórmula:

  • Si alguno de los valores no alcanza por sí solo el 5 o bien el resultado final no supera el 6. “No es por ti; es por mí”… pero muy probablemente lo nuestro no funcionará y es mejor que ambos intentemos encontrar por separado a otra persona, empresa o proyecto que nos haga “tilín”. 
  • Si el resultado supera los 7,5 puntos pero es inferior al 10 es que ya me has despertado (y espero que yo también a ti) mariposas en el estómago y estaré contando los segundos para empezar a trabajar contigo y ver si lo nuestro es algo más que deseo inmediato.
  • Si el resultado es superior a 10 (sólo me ha pasado dos veces en toda mi carrera profesional) me tienes en el bote. Lo nuestro ha sido un flechazo con grandes oportunidades de durar para siempre. De nosotros dependerá mantener la llama del amor profesional viva.

He tenido empleados que me han robado el corazón sin vuelta atrás con un 5 pelado y grandes decepciones con matrícula de honor. Desgraciadamente, mi algoritmo no es infalible (repito, afortunadamente, la perfección no existe) pero lo cierto es que esta fórmula me permite saber si tengo posibilidades de tener enfrente a mi media naranja y él/ella a la suya, pues el amor debe de ser siempre recíproco para ser sano.

Pedro Arenas Barreiro
Pedro Arenas Barreiro
LinkedIn
Pedro Arenas es, ante todo, un tío de acción (y nunca utiliza dobles aunque haya muchas escenas de riesgo). A lo largo de sus más de 15 años de carrera, ha sido autónomo, emprendedor, empleado por cuenta ajena e incluso responsable público en la Axencia Galega de Innovación. Ha sido el promotor principal de 2 empresas (Ingenyus, Marketing Inteligente y Qubiotech) y ha participado en la constitución de otras dos startups de base tecnológica. Actualmente colabora con diversas compañías en el asesoramiento y fortalecimiento de sus capacidades estratégicas y de innovación.