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El Mercado de San Agustín de A Coruña despide a Marita: La placera se jubila tras 72 años

"La voy a echar muchísimo de menos, pero es lo que toca", dice Marita sobre la carnicería que se convirtió en un refugio tras el fallecimiento de su marido
Marita y José Luis durante el último día de su carnicería.
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Marita y José Luis durante el último día de su carnicería.
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Durante esta mañana de sábado visitamos el puesto 46 del Mercado de San Agustín. Allí se encuentra una de las placeras con más historias de la ciudad, Marita Suárez, que hoy atiende a sus clientes por última vez. Esta mujer de 93 años cierra las puertas de su carnicería, que abrió junto a su marido hace 72 años.

"Mi marido tenía una carnicería y después de casarnos compramos esta que la atendía yo", cuenta Marita. Su marido se llamaba Jaime y tenía otro puesto en el Mercado de San Agustín. "Luchamos muchos los dos", relata la placera.

Jaime falleció hace 15 años, pero Marita sigue hablando del con el mismo amor que sintió el primer día: "Siempre he presumido mucho de marido". Tras su fallecimiento, la carnicería se convirtió en un refugio: "Me distrajo bastante tras quedarme viuda. Fue un quitapenas, la gente viene, hablas y estás a gusto".

Junto a ella trabaja José Luis, que lleva 69 años en el mundo de la carnicería y 16 trabajando con Marita. El carnicero también se jubilará tras este día y desea que la placera "disfrute de su jubilación".

"Voy a echar muchísimo de menos a Marita"

Durante nuestra visita nos encontramos con Carmen, una clienta que habla apenada sobre el último día de la placera y sobre la situación del propio mercado: "Aquí ya venía mi madre en su época y yo la acompañaba. Hace muchos años que conozco a Marita y la voy a echar muchísimo de menos. Siento que están dejando de lado el mercado y había que mirar por esto para darle un poco de vida".

Marita junto a su bisnieto (Foto: Cedida)

Marita también recuerda con muchísimo cariño a sus clientes que hoy pasaban por la carnicería por última vez. Fuera de la clientela, la placera recibió una visita muy especial, la de su bisnieto, que le llevó una flor para conmemorar esta ocasión tan especial.

"La voy a echar muchísimo de menos, pero es lo que toca", dice Marita sobre su carnicería, a la que guarda un inmenso cariño. Preguntada por el mejor recuerdo de todos estos años, la placera lo tiene claro: "La vida con mi marido y mis hijos. Ellos me consisten y me dejan hacer lo que quiera. Quería que descansara, pero sabían que yo quería estar aquí. Son unos grandes chicos", concluye Marita, una mujer que es historia viva de la ciudad y que hoy cerrará la verja de su carnicería por última vez.

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