Miedo en el parque canino de Santa Margarita, en A Coruña: "Nos amenazan con matar a nuestros perros"

Amenazas, insultos y hasta escupitajos. Es lo que tienen que aguantar los dueños de los perros que frecuentan el parque canino de Santa Margarita. Algunos incluso han dejado de ir. Tienen miedo. Desde que el Concello amplió el recinto, una de las puertas que da a la calle se ha convertido en una vía de acceso para personas ajenas a las instalaciones, que entran buscando gresca.

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Cada vez que alguien pasa por ahí, los perros ladran. "Es lo normal, son perros", explica Rosa, una de las usuarias. Sin embargo, el ruido a menudo genera rechazo. En respuesta, "nos gritan, nos tiran cosas... nos sentimos inseguros". Los perros ya ni juegan: "Solo están pendientes de la gente que pasa por ahí". Suelen ser personas que merodean por el parque e incluso duermen allí, pero también hay vecinos molestos por el ruido, que, a modo de venganza, les graban desde sus balcones.

Lo que debería ser un espacio para el juego y el esparcimiento de los perros, se ha convertido en un lugar inseguro, tanto para ellos como para sus dueños. "Nos amenazan con matar a nuestros perros", asegura Rosa, dueña de un pastor alemán que ha dejado de acudir por miedo a lo que le puedan decir o hacer. Todo esto, después de que el pasado fin de semana un hombre amenazara a una mujer con un cuchillo. "Han llegado al punto de increparnos con una navaja solo porque les molesta el ladrido del perro", denuncia.

"La mayoría vamos allí a estar tranquilos, a pasear con nuestros perros cumpliendo todas las normas, pero hay quienes no respetan nada", insiste. Según ella y otros usuarios, en ocasiones han sido increpados verbalmente, escupidos e incluso amenazados. "Muchos vienen de un centro de desintoxicación que hay aquí cerca y por el camino vienen a molestar", indican.

Parque canino de Santa Margarita Cedida

La situación se complica aún más por la presencia de perros potencialmente peligrosos (PPP) que no llevan bozal ni correa. "Una vez casi atacan a otro perro", recuerda otra vecina. Por culpa de esta falta de civismo y de quienes se acercan al parque con intenciones conflictivas, muchos han dejado de ir. "Es una pena, porque no tenemos apenas sitios a donde ir con el perro", lamenta Rosa.

Y es que, más de 40 personas frecuentan el canil a diario. "No se trata solo de los animales, sino de la seguridad de todos los que usamos ese espacio, incluidos niños", concluyen. Algunos lo han descrito como el "Bronx canino”, entre cuchillos, insultos y gritos. "Nos hemos encontrado incluso a gente meando dentro del recinto, sin perro", concluye Rosa.