3 diciembre, 2023 02:51

Álex Ubago tejió la banda sonora de nuestra vida: nos explicó que el amor iba de “intrigarte / y seguir siendo capaz de sorprenderte”, de “sentir cada día / ese flechazo al verte”, y que “qué más dará lo que digan / que más dará lo que piensen / si estoy loca es cosa mía”. Lo resucitamos en los karaokes de España y Latinoamérica (aunque allí la más escuchada sea Aunque no te pueda ver, no Sin miedo a nada) y sacamos los fantasmas y los anhelos a pasear y gracias a su impulso cogimos de la pechera al affaire que nos mareaba y le lanzamos un “yo siento que la vida me muestra contigo su lado azul, es todo lo que pido por ser feliz, ¿qué pides tú”. Más claro, el agua.

Ubago sigue siendo ese niño del norte superdotado para los afectos que batió los récords muy temprano y que nombró las cosas que llegaríamos a amar antes de que las amáramos: lo hizo todo antes de cumplir 18, porque tenía larga y vanguardista la mirada de la emoción. Le sentimos familiar y parece un viejo amigo cuando nos cuenta que viene agotado este fin de año por un rosario de conciertos en sudamérica, y que está deseando llegar a casa y besar a María y abrazar a sus niños de 11 y de casi 8 años.

Dice que es un rey mago “bastante espléndido, igual demasiado”: “Se lo merecen porque son dos niños muy buenos y les consentimos pero con cabeza, les hacemos ver que tampoco puede ser que aparezcan debajo del árbol todos los regalos que desean, porque la vida es así…”, sonríe. De hecho, ahora, a cuenta de Miravia, ha modernizado el clásico villancico Dulce Navidad con Sofía Ellar y ha calzado allí un verso acerca de reunirnos “sin móvil ni Whatsapp”. “¡Si aquí lo que nos queda entre nosotros son las conversaciones y el tiempo…! Aparquemos eso, por favor. No contaminemos los momentos de familia, que no tenemos tantos”.

Reconoce que ha recibido carbón, pero del dulce. Y que el mejor regalo de su vida fue una guitarra y un taco de billar. Charlamos con Álex acerca de amor, dinero, política… y otras formas de golferío.

P.- Álex, ¿qué fue lo primero que te compraste cuando las cosas empezaron a ir bien?

R.- ¡La casa y el coche! Recuerdo comprarme un buen coche e independizarme y comprarme mi propia casa. Me atrevo a decir que llegó primero el coche. Creo que soy un privilegiado…

"Soy un privilegiado, sé que la gente joven hoy está muy jodida y que comprar una vivienda es casi imposible" 

P.- Una mezcla de esfuerzo, talento y suerte, ¿no? ¿Qué opinas de la situación de tu generación y de las venideras? Muchos ni sueñan con poder tener una casa nunca… se ha convertido en un lujo de unos pocos.

R.- Totalmente. Es verdad que me considero una persona muy trabajadora y que todo lo que tengo y he conseguido ha venido tras mucho sudor, pero sin ninguna duda, sé que la gente joven hoy está muy jodida y que comprar una vivienda es complicado, casi imposible, también dependiendo de las zonas, ciudades o regiones. Yo vengo de Donosti, aunque nací en Vitoria. Y Donosti, particularmente, es una ciudad carísima para la vivienda. La gente tiene complicado comprarse un piso… sé que tienen que endeudarse de por vida o conseguir un crédito… o tener 40 años y compartir piso viviendo de alquiler.

Cuando he viajado he visto que en otros países de Europa no se le da prioridad a tener vivienda propia. A veces se vive toda la vida de alquiler y eso no resulta una obsesión… pero aquí en España todo el que puede aspira a eso y es complicado. Si yo no hubiera tenido mi situación, no sé que habría sido de mí.

P.- ¿Nunca te planteaste venir a Madrid a vivir?

R.- Pues mira, me compré una casa aquí y venía a temporadas, pero nunca llegué a desvincularme de Donosti, y esto es una cosa curiosa y a mucha gente le llama la atención. Yo tuve la particularidad de tener éxito co el primer disco, fue un éxito prematuro, así que no viví esa fase de venir a Madrid a buscarme la vida. Me pude permitir el seguir viviendo en mi ciudad, ¡y eso que Madrid me encanta…!

Pero en Donosti me siento a gusto, ¿sabes? Allí están mis amigos de toda la vida, mi familia, mis padres… mi mujer es de allí… y estar allí de alguna manera me ha salvado de… (se detiene). Sentir que tienes un sitio al que regresar, un nido donde te sientes protegido o al margen de todo lo que puede traer el mundo musical… en fin, hay muchos peligros. Puedes caer en el mal camino.

P.- Entiendo que te refieres a la velocidad, al alcohol y a las drogas, etc, a la vida de la tontería politoxicómana y moderna del centro de las grandes ciudades, ¿no?

R.- Tú lo has dicho mejor que yo, sí. Hay más fiestas y más de todo. Que por un lado es positivo, yo me lo he pasado genial cuando he venido a eventos y tengo contacto con compañeros de la industria, productores y músicos, buenos amigos… pero en Donosti se vive muy bien.

"Me encanta Madrid pero hay muchos peligros, puedes caer en el mal camino, por la fiesta... en Donosti vivo muy bien" 

P.- ¿Crees que ahora se entiende más que los hombres hablen de sentimientos que cuando empezaste? Una parte del machismo también consiste en eso, ¿no te parece? En negar a los hombres hablar de amor…

R.- Sin ninguna duda. Hemos evolucionado y mejorado en ese sentido, pero sí, si nos basamos en el pensamiento machista, arcaico y anticuado, está mal visto que el hombre fuera sensible o llorara o hablara de sentimientos o de amor… yo, la verdad, no he sufrido tanto esa discriminación o esa crítica, pero soy consciente de que la ha habido: me ha tocado oír que por ser un hombre sensible o que escribe canciones románticas tenía que ser gay, ¿no?

O como que estaba directamente relacionado con eso. Hemos mejorado en muchos aspectos de la vida, las mujeres hablan libremente y actúan más libremente, como tienen que hacerlo, pero es que antes tampoco estaba bien visto, era horrible. Por suerte ya está más aceptado y normalizado, como debe ser, que el hombre muestre su sensibilidad y hable de amor, lo otro desde luego era machista.

P.- Tu canción más escuchada, por encima de Sin miedo a nada, sorprendentemente, es Aunque no te pueda ver. Tengo entendido que se la dedicaste a la que hoy es tu esposa en los primeros tiempos, cuando estabas triunfando por el mundo con los primeros discos y la echabas de menos desde el extranjero… ¿me cuentas un poquito de esa historia de amor?

R.- ¡Sí! Todo fue por María, mi mujer. Con ella tengo una historia de película, porque somos vecinos del barrio y nos conocimos cuando teníamos 13 o 14 años y compartíamos lugares frecuentes donde íbamos los chavales con nuestra edad, siempre a los mismos bares y discotecas… éramos unos críos y éramos vecinos y fuimos amigos muchos años y luego novios en la adolescencia de forma interrumpida, ya sabes, con idas y venidas, cosas de la edad. Fue mi primer amor. No sé si tuve novias ya antes que ella (ríe), porque siento que llevamos juntos toda la vida. La pareja para mí es eso, ser buenos amigos y tener atracción y comprensión y mantener siempre la empatía.

La canción de ‘Aunque no te pueda ver’ se la escribí a María desde una habitación de hotel porque la echaba mucho de menos y ha tenido mucha repercusión en Latinoamérica, por su situación complicada de desigualdad y de emigración a otros países, y eso me ha emocionado mucho, ver que tanta gente se sentía identificada con ella… es un sentimiento sencillo pero es de todos.

"Con mi mujer tengo una historia de película, porque somos vecinos del barrio y nos conocimos cuando teníamos 13 o 14 años" 

P.- ¿Cómo ha cambiado tu idea del amor desde tu primer disco hasta ahora? ¿Crees que aún se puede sentir ese “flechazo” cada día?

R.- Las canciones evolucionan con la persona, con sus vivencias… pero a mí siempre me dijeron que desde mi primer disco hablaba del amor y escribía canciones desde un punto de vista muy maduro para tener la edad que tenía, ¡sólo 17 o 18 años…! Es verdad que esa era mi manera de ser. Me gustaba escribir sobre amor de una manera más profunda y poética, quizá por la influencia de los artistas que siempre escuché y que me marcaron, desde grupos de los 80 como Duncan Dhu o Los Rodríguez, a Michael Jackson o Bryan Adams o Elton John o Los Beatles o los Stones…

Es la música que escuchaba por herencia de mis padres de toda la vida: Serrat, Aute, Ismael Serrano, Alejandro Sanz… mis canciones son una coctelera de ellos (ríe), pero con mi sello propio, porque siempre he huido de imitar a nadie.

P.- ¿Conociste a alguno de ellos?

R.- A todos. Sabina, por ejemplo, es un grande, y fue una gran satisfacción conocerle porque no siempre me he encontrado ese tipo de personas, ¿sabes?

P.- Es verdad que los más sabios son también los más humildes.

R.- Es así. Los artistas más grandes son las personas más sencillas, las más auténticas y las más amables. Yo también quizá cuando era más joven he podido pecar de prepotencia o de soberbia alguna vez, uno no siempre es igual, uno no es el mismo toda la vida… y te puede pasar que tienes una época en la que te pones más tonto, nos pasa a todos, igual que hay días que estás más alegre y días que estás más de bajón, la cosa es darse cuenta. Las personas somos todo, también nuestros errores y nuestros cambios.

P.- ¿Es verdad que fuiste un poco golfo? ¿Cuánto hay de verdad en que los hombres tienen más sexo con una guitarra en la mano? ¿Cuál es tu estudio de campo?

R.- (Ríe). Mi estudio de campo… bueno, te puedo decir que he ligado mucho más de lo que hubiera ligado si no hubiera sido un cantautor famoso.

"¿Ligar con la guitarra? Tengo un amigo que dice “cartera mata a galán y escenario mata a cartera”

P.- ¡Pero ya no te digo famoso…! Te digo cualquier hijo de vecino en una reunión de amigos.

R.- (Ríe). A cada persona le atraen cosas diferentes, ¿no? Tengo un amigo que dice “cartera mata a galán y escenario mata a cartera”.

P.- ¿Y eso qué significa?

R.- Es como que un tío con dinero liga más que uno guapo y que un músico liga más que uno con dinero. No lo sé, pero creo que la música tiene que ver con algo muy primitivo, hay una conexión fuerte con los sentimientos ahí, es como el apareamiento de los pájaros: se aparean y seducen a las hembras con el canto, pues los hombres lo intentan también (ríe). Esto si lo llevas al género humano funciona. Apelamos a la emoción, todos. Si encuentras a un tío muy guapo pero que no te hace reír o que no te conmueve… pues acabará por no llenarte. A mí me pasa igual: una chica muy guapa que no me hace sentir otras cosas no es suficiente, necesito divertirme y reírme.

P.- He leído que la reina Sofía era muy fan fatal tuya y que te hizo firmarle un disco a Leonor. ¿Qué consejo le darías a la futura reina sobre el amor, ahora que ya ha cumplido 18?

R.- ¡Sí! La reina sofía era seguidora y la conocí, y ya conté la anécdota de la cobra que me hizo... (ríe). Nah, era una broma. No me atrevo yo a aconsejarla… (ríe). Pero en todo caso mi consejo sería que disfrute de la vida y que haga lo que haga, lo haga a tope, a muerte, que viva las cosas sin dejarse nada dentro. Ese sería mi consejo, simplemente.

"¿Un consejo amoroso para la princesa Leonor? Que disfrute de la vida a muerte y viva sin dejarse las cosas dentro"

P.- No sé si tú eres republicano o monárquico, pero yo reconozco, como republicana, que esta chica convence. También le está pasando a muchos amigos míos. ¿Te sientes así?

R.- Tengo que reconocer que no soy monárquico, yo también me considero republicano, aunque nunca he mostrado mis opiniones políticas. Siempre he cuestionado la figura de la monarquía, pero cuando he coincidido con Letizia o con el actual rey Felipe… son personas encantadoras. No te puedo decir otra cosa.

P.- Ahora que acaba 2023, ¿qué recuento haces del año? ¿Contento con el nuevo Gobierno de izquierdas?

R.- Sí que ha sido un año movidito… si te digo la verdad… voy a intentar responderte. Tengo sensaciones encontradas con el nuevo Gobierno de izquierdas: por un lado me alegro pero he sentido dudas y cierta decepción…

P.- ¿Por qué?

R.- Por sentir que Pedro Sánchez ha pisado sus principios con tal de gobernar, la cosa de pasar por el aro que sea… y a veces pienso también que las personas cambian, las situaciones cambian… y uno se retracta con la intención de llegar a un puerto en política. Yo no sé de política, no soy ningún experto, pero entiendo que tienes que tirar para un lado o para el otro. No sé. Creo en el consenso, pero sí siento que este Gobierno se ha formado a costa quizá de pisar unos principios que a muchos no les han gustado, aunque sea con la intención de llegar a buen puerto.

P.- ¿A quién harías tú ministro de Cultura?

R.- Voy a tomar de referencia a alguien que hemos mencionado, aún sabiendo que no querría serlo. Joaquín Sabina (sonríe).