Campaña local para difundir el conocimiento sobre la cultura ucraniana local, suprimida durante la época soviética, en Járkiv (Ucrania).

Campaña local para difundir el conocimiento sobre la cultura ucraniana local, suprimida durante la época soviética, en Járkiv (Ucrania). EFE

LA TRIBUNA

Cómo la cultura ucraniana resiste la agresión rusa

Rusia ha destruido ya 763 monumentos del patrimonio cultural de Ucrania. Más de 1.600 bibliotecas, museos, teatros y otros espacios públicos han quedado en ruinas o dañados.

25 octubre, 2023 02:17

Desde junio de 2023, en el Louvre se exponen los iconos antiguos de la colección del Museo Khanenko de Kiev. Se trata de una de las colecciones que Ucrania logró evacuar cuando Rusia lanzó su ofensiva en febrero de 2022.

Sin embargo, los invasores han destruido o robado exhibiciones históricas de varios museos ucranianos y muchas obras de incalculable valor. Los misiles y proyectiles rusos han destrozado muchos monumentos arquitectónicos. Su número exacto se podrá calcular después de la guerra.

Mientras tanto, la comunidad cultural ucraniana sigue amenazada, pero no deja de luchar y crear.

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En un año y medio de guerra a gran escala, Rusia ha destruido al menos 763 monumentos del patrimonio cultural de Ucrania. Más de 1.600 bibliotecas, museos, teatros y otros espacios públicos han quedado en ruinas o dañados. Los monumentos protegidos por la UNESCO permanecen bajo amenaza. 

"La situación empeoró con los ataques rusos al centro histórico de Odesa, que figura en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO", afirma la exviceministra ucraniana de Cultura y Política de Información, y experta en museos, Kateryna Chuyeva. Antes de trabajar en el ministerio, dirigió el museo Khanenko. "Hasta hace poco, sólo habíamos registrado destrucciones de esa magnitud en el centro de Járkov y en la región de Donetsk", contó.

El 7 de mayo de 2022, los bombardeos rusos destruyeron el Museo Nacional de Grigori Skovorodá en Skovorodynivka, en la región de Járkov. Sólo el Monumento al Filósofo, obra del escultor Igor Yastrebov, permaneció en pie en el lugar del incendio. La Biblioteca Juvenil de Chernihiv, ubicada en la valiosa Casa Tarnovskyi, resultó dañada por otro bombardeo. En Kúpiansk, en la misma región, un misil ruso impactó en el edificio del museo, matando a la directora y a una colega.

"Parte de las colecciones de arte fueron saqueadas por los invasores rusos. Por ejemplo, se llevaron las exhibiciones del museo de historia local de la ciudad de Melitopol"

No se sabe nada sobre el estado de numerosos monumentos e instituciones culturales en los territorios ocupados por los rusos. "Recibimos información sobre ellos de fuentes abiertas y a través de mensajes privados de los ucranianos que permanecen allí. También es difícil obtener información completa sobre los lugares minados y los que se encuentran cerca de la línea del frente", dijo Kateryna Chuyeva.

Parte de las colecciones fueron saqueadas por los invasores. Por ejemplo, se llevaron las exhibiciones del museo de historia local de la ciudad de Melitopol, en la región de Zaporiyia, donde se encontraban valiosas muestras de oro escita. "No sabremos exactamente qué se llevaron hasta después de la liberación", afirmó Kateryna.

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Esto es precisamente lo que ocurrió en Jersón, tomada por los rusos al comienzo de la Gran Guerra y liberada en noviembre. El Museo de Costumbres Locales tenía una colección de más de 180.000 objetos. Los rusos se llevaron al menos 30.000 de ellos. Cifra que puede aumentar, ya que el recuento de pérdidas continúa.

Los empleados del Museo Tavrida de la Crimea ocupada fueron los que robaron varias piezas de los museos de Jersón. Los empleados del Museo de Arte de Jersón reconocieron en las fotografías un cuadro robado. Según Kateryna Chuyeva, ese museo perdió alrededor de 12.000 piezas.

La ciudad de Ivankiv, cerca de la zona de Chernóbil, fue una de las primeras en ser tomadas por los rusos que avanzaban hacia Kiev. Oksana Semenyk, crítica de arte y responsable de la cuenta de Twitter sobre arte ucraniano @ukr_arthistory, contó como, por los bombardeos rusos, se incendió el museo de historia local con una colección única de obras de la destacada artista María Prymachenko, que trabajó en el género del arte naif. "Los trabajadores que vivían cerca pudieron salvar catorce cuadros. Sin embargo, muchas de las obras de la artista se perdieron, incluidos sus primeros bordados", relató Oksana.

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Cuando Rusia hizo estallar la represa de la central hidroeléctrica de Kajóvka, la casa-museo de otra artista primitivista, Polina Raiko, en la ciudad de Oleshki, cerca de Jersón, se inundó.

"Su trabajo fue de gran importancia para la comunidad artística de Jersón", comentó Oksana Semenyk. "También debemos recordar al artista Viacheslav Mashnytskyi, fundador del Fondo de Caridad Polina Raiko, que desapareció cuando los rusos invadieron Jersón. Seguimos sin saber dónde está". Los asesinatos, secuestros y torturas de artistas, afirmó Oksana, también son pérdidas para el patrimonio cultural ucraniano.

Un caso muy conocido es la muerte de la escritora Victoria Amelina. Fue asesinada por el misil ruso Iskander que impactó en una pizzería en Kramatorsk, cobrándose, además de Victoria, otras once vidas. 

Fue Victoria Amelina quien documentó el asesinato del escritor infantil Volodymyr Vakulenko por parte de los ocupantes rusos en la región de Járkov. La organización PEN Ucrania ayudó a publicar sus diarios de vida, que escribió durante la ocupación.

La directora ejecutiva de PEN Ucrania, Tetyana Teren, dijo: "Este diario fue enterrado bajo un cerezo por el padre de Volodymyr Vakulenko cuando los rusos se llevaron a su hijo. Victoria Amelina desenterró el diario, lo fotografió y nos lo entregó a nosotros y al Museo Literario de Járkov. La transcripción, la edición del texto y los temas legales tomaron más de medio año y, en junio de 2023, se publicó el libro que incluye el texto del diario, la poesía de Volodymyr y los recuerdos sobre él de otros escritores ucranianos. Este libro es el testamento de Victoria Amelina".  

La propia Victoria estaba escribiendo en inglés el libro War and Justice Diary: Looking at Women Looking at War ("Diario de guerra y justicia: mirando a las mujeres mirar la guerra"). Gran parte del texto, que la escritora logró completar antes de su muerte, se publicará en el Reino Unido en 2024.

Sus amigos quieren preservar la tradición de celebrar el Festival Literario fundado por Victoria en el pueblo de Nueva York, en la región de Donetsk. Tuvo lugar en 2021 y estaba programado para 2022, pero la invasión rusa se interpuso: ahora hay combates cerca de Nueva York. "Victoria escribía con dolor sobre los lugares destruidos por los misiles rusos donde se celebraba este festival", recordó Tetyana Teren. Actualmente, los eventos se realizan en otras localidades bajo la marca del festival.

Svitlana Isaieva, directora del Centro Goncharenko de Járkiv, participa en un club de conversación ucraniano.

Svitlana Isaieva, directora del Centro Goncharenko de Járkiv, participa en un club de conversación ucraniano. EFE

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Otro golpe a la cultura es la destrucción de los espacios públicos. Museos, bibliotecas y cines son lugares donde la gente pasa su tiempo libre y socializa. Al comienzo de la Gran Guerra, estos locales se convirtieron a menudo en refugios y centros de ayuda, los llamados Puntos de Inquebrantabilidad.

El Museo Literario en el centro de Járkov sobrevivió a los bombardeos rusos y no dejó de funcionar. Su directora, Tetyana Pylypchuk, contó como, incluso antes del 24 de febrero, temiendo la invasión, su equipo habilitó refugios en el sótano y ocultó algunas de las muestras. Cuando los ocupantes comenzaron a bombardear, los trabajadores desmantelaron la exposición principal.

"Insistí a mis colegas que tenían niños pequeños para que se quedaran en casa y no abandonaran a sus familias. Otros, en cambio, venían al museo temprano por la mañana", recordó Tatiana. "Parte de mi equipo permaneció viviendo en el refugio, pues venían de la zona que estaba bajo un bombardeo ruso diario". La propia Tetyana vivía en su casa, pero iba a trabajar todos los días, comprobaba el estado de la colección y llevaba comida a sus compañeros. Pronto, el museo comenzó a recolectar y distribuir ayuda humanitaria.

La mayor parte de la colección del Museo Literario de Járkov fue evacuada por ferrocarril con la ayuda del Gobierno, fundaciones internacionales y voluntarios, y bajo la protección del Ejército. Ahora, las exhibiciones se guardan en un lugar secreto y protegido. El lugar sigue siendo un centro cultural. En septiembre de 2023, el equipo del museo, junto con el escritor Serhiy Zhadán, celebrará el festival Quinto Járkov. 

"La ayuda de las organizaciones internacionales es de gran importancia para salvar y preservar el ámbito cultural ucraniano"

Las bibliotecas locales de los territorios liberados y en la primera línea, afectadas por los bombardeos o el saqueo ruso, necesitan ayuda. A partir de la primavera de 2022, PEN Ucrania realiza una colecta de libros. "Nuestra organización no puede ayudar en la reconstrucción de edificios, pero recolecta libros para las bibliotecas. Los compramos nosotros mismos o los recogemos de quienes estén dispuestos a compartirlos. En total, se ha juntado más de 10.000 libros", afirmó Tetiana Teren. 

En la Feria del Libro de Londres, la delegación de PEN Ucrania conoció a la organización Book Aid International, que proporciona libros a países en guerra. Gracias a este encuentro, las bibliotecas ucranianas recibirán 25.000 libros en inglés. "600 bibliotecas nos enviaron sus solicitudes para obtener estos libros. No me había imaginado que la demanda de libros en inglés fuera tan grande", dijo Tetyana.

La ayuda de las organizaciones internacionales es de gran importancia para salvar y preservar el ámbito cultural. Kateryna Chuyeva nombró algunos ejemplos: capacitaciones en la documentación de la pérdida del patrimonio cultural, organización de residencias y otras formas de apoyo a los artistas, embalaje para envolver las colecciones y evacuarlas a regiones seguras, entre otros.

"Desafortunadamente, ahora no se sabe qué región es segura", lamentó Kateryna. "Todas las regiones están siendo objeto de constantes ataques rusos"

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Los artistas ucranianos no paran de trabajar ni siquiera durante la guerra. Un claro ejemplo es el libro Dasein: defensa de la presencia, de la crítica literaria y poeta Yaryna Chornoguz. Yaryna sirve en el 503º Batallón de Infantería de Marina. Ella es una de las 5.000 mujeres que defienden Ucrania en el frente.

Al principio, Yaryna era voluntaria en la organización de paramédicos Hospitallers. Cuando murió su novio, decidió alistarse en el Ejército. Cuando Rusia lanzó una ofensiva a gran escala, había pasado ya el tercer año de su servicio

Yaryna escribía sus poemas en un cuaderno con un bolígrafo y luego los volvía a escribir en la computadora. "Aquel cuaderno se quemó junto con todas mis pertenencias durante los combates en el distrito de Volnovaja, en la región de Donetsk", recordó Yaryna. "No logré recuperar todos los textos. Me di cuenta de que las notas de papel no eran fiables, pues se queman, se pierden y pueden caer en manos de cualquiera. Ahora escribo cosas importantes en mi teléfono. Están protegidas con contraseña y se almacenan en la nube".

Los poemas que Yaryna escribió en los primeros meses de la Gran Guerra nacieron en las trincheras. "Es imposible crear un poema en tales condiciones, así que escribía palabras o líneas aisladas en mi teléfono y terminaba de editar cuando estaba descansando", contó. Yaryna leyó los textos de su nuevo poemario en Kiev, en junio de 2023, durante el festival literario internacional Book Arsenal. 

La preservación de los procesos culturales y la aparición de nuevas iniciativas son prueba de la estabilidad del entorno cultural ucraniano. En el siglo XIX sobrevivió a la prohibición de escribir en ucraniano en el Imperio ruso. En el siglo XX, sufrió el Holodomor, las represiones y ejecuciones masivas organizadas por el régimen de Stalin.

Desde 2014, cuando Rusia anexó parte del territorio ucraniano, y especialmente desde febrero de 2022, cuando el Ejército ruso lanzó una ofensiva abierta, las instituciones culturales y los artistas ucranianos han ido superando nuevos desafíos. 

Las instituciones internacionales sí brindan ayuda, pero no pueden proteger contra los misiles rusos o la barbarie de los invasores. La mejor forma de proteger la cultura ucraniana es a través de la ayuda militar a Ucrania, con sanciones estrictas contra Rusia y con juicios internacionales a los criminales de guerra rusos.

*** Iryna Slavinska es periodista y escritora

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