Manifestante durante las protestas en Cuba.

Manifestante durante las protestas en Cuba.

LA TRIBUNA

No hace falta ser anticomunista para gritar ¡viva Cuba libre!

Los españoles que defienden la dictadura en Cuba repiten eslóganes del régimen que no creen ya ni siquiera los cubanos que apoyaron la revolución en un primer momento.

14 julio, 2021 01:19

Esta es mi forma de decírtelo, llora mi pueblo y siento yo su voz. Encabezo este artículo con una frase del Movimiento de San Isidro que se ha convertido en himno de la Cuba de hoy. Himno cuyo título, Patria y vida, se opone al eslogan del castrismo: Patria o muerte.

Y es que la que fuera la Cuba enjarrada por seis décadas en los cuentos revolucionarios de Fidel Castro y Ernesto Guevara; la Cuba represaliada, atrapada, adoctrinada en cada institución; la Cuba arrestada y apaleada por cada aliento de disidencia… agotó hace 48 horas la anestesia para gritar libertad multiplicando el maleconazo de 1994.

Porque los cubanos no viven. Sobreviven en una bella isla arrebatada por la dictadura.

Despierta estupor escuchar a Miguel Díaz-Canel pidiendo a la gente que no se deje manipular mientras su Gobierno manipula y corta internet y electricidad en algunas ciudades del país para evitar la filtración de testimonios. Un recurso típico de los regímenes de la falsa justicia proletaria.

Cuba es uno de los primeros países del mundo en reclusos por cada 100.000 habitantes

“La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios” ha dicho Miguel Díaz-Canel. “Hay que defender la revolución al precio que sea necesario” ha añadido luego.

Sí, como lo leen. Su señoría presidencial comunista no ha dudado en alentar por televisión una guerra civil y en desplegar a la Policía Nacional Revolucionaria. También a las tropas guardafronteras, a las Fuerzas Armadas, a los militares de las Brigadas Especiales (conocidos como los Boinas Negras) y a otros efectivos ataviados de civiles que portan piedras y palos para abrazar con amor a los manifestantes.

El precio se lo están cobrando caro. Ya son cientos los amenazados, los hostigados, los heridos, los detenidos e incluso los desaparecidos. No se crean ustedes que Cuba es conocida como La Cárcel por casualidad. Allí es bastante fácil que te lleven de paseo forzoso. Cuba es uno de los primeros países del mundo en reclusos por 100.000 habitantes, todos ellos encarcelados por causas mayormente arbitrarias. Una joya de la justicia revolucionaria.

El castrismo ve peligrar sus cimientos. No será fácil derrocar esa estructura de estómagos llenos que se alimenta de la subyugación de su gente con maestría socialista. Nuestros hermanos cubanos tienen enfrente un desafío glorioso: acabar con el comunismo habanero, hijo de la URSS, hermano de Venezuela y de Nicaragua, y primo de nuestros morados políticos.

Pero en boca cerrada no entran moscas. Y Podemos y la izquierda leninista-marxista española no la han abierto en apoyo a los cubanos que piden salir de la miseria. ¡Dios les libre! Dios… o el Che. O lo que sea que lleven en sus camisetas de niños adultos malcriados en España. Un país con todas las comodidades, a salario pagado, coche oficial, chalet con piscina, centros comerciales, tiendas y restaurantes, calles libres y derechos por doquier.

Ni los propios cubanos que apoyaron la revolución en su momento se creen ya ninguna de estas historias que intentan justificar el régimen

Y es que mientras ellos levantan el puño, otros lo reciben. Así son, hipócritas hasta la médula.

Es aberrante, preocupante y triste que estos mismos señores y señoras de lila intenso defiendan como “una de las mejores democracias” el régimen cubano. O que nieguen que sea una dictadura, como se dijo ayer por la noche en el canal 24h cuando una diputada de Podemos fue interpelada al respecto.  

Son discursos calcados al de los aliados ideológicos de las dictaduras latinoamericanas. Discursos en los que se repite una y otra vez “el bloqueo”, “el bloqueo”, “el bloqueo”. Pero ni los propios cubanos que apoyaron la revolución en su momento se creen ya ninguna de estas historias que intentan justificar el régimen.

No muy lejos de ese vergonzoso silencio está nuestro presidente Pedro Sánchez y su nuevo Gobierno collage, en el que se incluye el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Ministro que no ha dedicado ni un solo minuto de su agenda para apoyar a los manifestantes, ponerse del lado de la prensa libre o mostrar dignidad.

El sesgo de confirmación ha sido meticulosamente estudiado por el marketing totalitario

Tras 24 horas de ensordecedora boca cerrada, anoche tuvimos el honor de que el Ministerio lanzara un comunicado preescolar sin autor conocido que describe a los españoles como espectadores pasivos de lo que vaya sucediendo en Cuba. El comunicado apoya también el derecho cívico a manifestarse y desea la paz. La contundencia la dejan para otros asuntos, qué le vamos a hacer.

Quiero pedir apoyo para el pueblo cubano y llamar a la reflexión del pueblo español.

La polarización política está llevando a algunos ciudadanos de un país desarrollado y democrático como el nuestro a posicionarse a favor de una terrible dictadura (o a no querer condenarla). Hay un término psicológico bien estudiado por la neurociencia llamado sesgo de confirmación. Se trata de un mecanismo mediante el cual ignoramos o reinterpretamos certezas demostradas para evitar aceptarlas. Esto sucede en muchas ocasiones cuando nuestras emociones, e incluso nuestras buenas intenciones, coinciden con posturas políticas radicales. Todo ello ha sido meticulosamente estudiado por el marketing totalitario.

Yo les pido que se despojen de cualquier sesgo. No hay que ser cubano para ello. Si me apuran, no hay que ser ni siquiera anticomunista. Basta con mirar Cuba con los ojos, con el corazón y con la cabeza.

Como dice la canción Patria y vida: La historia verdadera, no la mal contada. No más mentiras. Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas.

Y yo grito alto y claro, sin reservas ni complejos, ¡viva Cuba libre!

*** Malena Contestí es jurista, exdiputada nacional y analista política.

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