Alaska junto a Mario Vaquerizo.

Alaska junto a Mario Vaquerizo. EFE

LA LISTA DEL SÉPTIMO DÍA

Las 35 reglas de escritura que todos los columnistas deberían grabar en mármol

¿Cuál es el principal ingrediente de una columna perfecta? Una escritura clara, recta y española. Pero también alguno que otro más.

2 junio, 2019 02:19

1. Blitzkrieg

Empieza la columna con la frase más cafre posible y continúa en crescendo a partir de ahí. Acábala con un guantazo a rodabrazo con carrerilla. 

2. No bajes el ritmo

Si flojeas en una sola frase, los lectores cogerán aire. No les des tiempo a pensar: esos cabrones se las saben todas y encontrarán el punto débil en tu argumento.

3. ¿Qué haría Mike Tyson en mi lugar?

Trata a los lectores como si fueran un aspirante al título y convierte a Mike Tyson en tu guía: "Todos mis adversarios tienen un plan hasta que les suelto la primera hostia". 

4. Usa tacos

Véase un ejemplo en el punto 2. 

5. Sé categórico

A nadie le gustan los cagadudas. Habla como si el mismo demiurgo universal te hubiera entregado en mano el borrador de la columna para que tú se la edites y mejores con tu inigualable arte. 

6. Evita los adverbios acabados en -mente

Son innecesariamente superfluos. 

7. No hables de ti si tienes menos de 40 años

No hay nada más aburrido que la vida de un niñato. La gente empieza a resultar interesante a partir de los cuarenta y algunos ni siquiera entonces. La mayoría siguen aburriendo a las ovejas hasta en su lecho de muerte. Tanta paz lleven como sopor dejan. 

8. Recorta

Escribe una columna el doble de larga de lo necesario. Luego, recórtala a la mitad. 

9. Ahorra comas como si tuvieras que pagar por ellas

Dos, como mucho, en cada frase. 

10. Hazte de derechas

Sólo los columnistas de derechas son libres para escribir lo que les sale de los cojones. El resto están demasiado ocupados obedeciendo los dogmas de su secta churrigueresca y demostrándole al mundo lo increíblemente sensibles, caritativos y benévolos que son. Sólo los hijos de perra presumen de bondad: tenlo siempre en cuenta.  

11. Insulta con originalidad

"Me duelen los pies" le dijo un día un escritor rival a Jules Renard. "Escribes demasiado" le contesto él. Sé Jules Renard, no el lerdo de los pies doloridos. 

12. Ten un plan B

Escribe como si no tuvieras nada que perder, pero asume que el día menos pensado puedes perderlo todo. Hay ofendiditos para jartarse y el dinero es miedoso: nadie te bancará cuando vengan a por ti. 

13.  Tu público máximo es el 25%

Si intentas agradar a todos, no contentarás a nadie. Hace años, las elecciones en España se ganaban con un 40-45% de los votos. Ahora se ganan con un 25%. Con las columnas ocurre lo mismo. Si uno de cada cuatro lectores se abstiene de insultarte, has triunfado. Si te alaban todos, sospecha: debes de haber escrito un pedazo de guano de proporciones colosales. 

14. Invéntate un personaje

Pero no lo interpretes como lo haría un actor. Busca algún rasgo de tu personalidad, a poder ser uno invisible a simple vista, y exagéralo hasta el paroxismo. De esta forma parecerá natural. 

15. No trabajes en la tele

¿Has leído alguna vez una columna escrita por un presentador de TV? Son lamentables. Manejan un vocabulario de sólo unas pocas docenas de palabras. Repiten ideas periclitadas. Son meapilas. Bobas. Pajilleras. Carecen de toda originalidad. Parecen la redacción de un estudiante de periodismo de primer curso. Uno de esos que estudian periodismo para salvar al mundo de sí mismo. La televisión fríe el cerebro: huye de ella. 

16. Copia a Félix de Azúa

No digo a Arcadi Espada porque no sabrás hacerlo. En realidad, tampoco sabrás copiar a Azúa. Pero al menos podrás intentarlo. 

17. No seas literario

Si quieres escribir novelas, escribe novelas. Pero no intentes hacer literatura utilizando al periodismo como tu teatrillo. La literatura es mentira y el periodismo debería ser, en la medida de lo posible, verdad. 

18. Escribe recto, claro y español

Esto también sirve para columnistas de provincias. De hecho, está especialmente indicado para columnistas de provincias. 

19. Sé Kubrick, no Michael Moore

En las películas de Kubrick, hasta el detalle más sutil tiene un sentido dentro de la historia: un peluche en una estantería, el color de una guirnalda de luces, una frase aparentemente banal. Moore, el Évole español, graba sus documentales pintándote su mensaje en la cara con un mocho. Sé elegante, no grosero.

20. Trata a los tontos como tontos

Respeta la inteligencia de los que carecen de ella llamándoles "imbéciles" siempre que puedas. 

21. No te adornes

No utilices adjetivos. Pero si lo haces, que sea de tres en tres. 

22. Di la verdad y despreocúpate del estilo

El estilo descubre a los mentirosos. Si da rodeos, utiliza palabrería hueca, lugares comunes y lenguaje académico, una de dos: o es un académico de universidad pública o un columnista mentiroso. Con toda probabilidad, las dos cosas a la vez. En cualquier caso, un coñazo. 

23. No seas coñazo

Recítale los sermones a tu abuela, que es la única que te los va a aguantar y continuar queriéndote cuando hayas acabado de pegarle la chapa. 

24. Copia siempre el estilo anglosajón

Ya sé que crees que escribir bien es escribir poético y amanerado, con volutas retóricas y más cursi que un repollo con bigudíes. No sabes cuán equivocado estás. Francia y el estilo afrancesado son el cáncer de la escritura. 

25. Bebe como Don Draper

Bébete un Old Fashioned antes de sentarte a escribir tu columna. Aunque sean las 8:00 de la mañana. 

26. No seas como yo

No enfatices ni te pases de vehemente. Si cada columna es un apocalipsis, ninguna lo es. 

27. Lee a los mejores

Rafa Latorre, Emilia Landaluce, José Antonio Montano, Pepe Albert de Paco, Rosa Belmonte, David Jiménez, Ferran Caballero, Miguel Ángel Quintana Paz, Cayetana Álvarez de Toledo, Berta González de Vega, Antonio García Maldonado, Jorge Bustos, Juan Claudio de Ramón, Daniel Gascón, Juan Carlos Girauta, Hughes, Raúl del Pozo, David Gistau, Gregorio Luri, Jesús Nieto Jurado, Federico Jiménez Losantos… Me dejo docenas. Pero ya ves por dónde voy. 

28. Pelotea a tus amigos y ellos te devolverán el peloteo

Muy importante, esto. Véase el punto anterior. 

29. No leas a los peores

No hay nada que se contagie más rápido que la mediocridad. Sobre todo cuando está tan bien pagada como en la prensa y la televisión progresista de este país.

30. No tomes atajos ni abuses de las referencias

Puede que tú sepas que el de la banana es el mejor disco de la historia del rock o que en la tabla había espacio para Jack, pero tu lector no tiene por qué saber quiénes cojones eran la Velvet Underground ni cuál es el chiste de moda en las redes sociales. No des ningún conocimiento por hecho ni abuses de las referencias culturales. 

31. No escribas palabras en inglés

Es propio de rednecks. O sea, de paletos. 

32. 4.000 años de civilización humana te contemplan

Si desconoces que el nazismo, el comunismo y el nacionalismo son las tres ideologías más criminales de la historia de la humanidad, y el liberalismo su antídoto, no has aprendido todavía lo suficiente como para que tus ideas vean la luz del sol. Si no has entendido que la ciencia, la tecnología y los derechos civiles son fruto del progreso económico y no de las luchas ideológicas, es que eres más inocente de lo que crees. Si opinas que la naturaleza humana no existe y que todo es fruto del condicionamiento social, es que eres un crédulo de los que han dejado de creer en Dios para pasar a creérselo todo. Vuelve cuando seas un adulto. 

33. Huye de la borregada

La inteligencia de un grupo cualquiera de seres humanos es siempre la del más tonto de sus miembros en un día malo. Huye de la masa, pero sobre todo de las ideas de la masa. 

34. Recuerda a Alaska

"Pero qué público más tonto tengo" cantaba Alaska en los años 80. Prefiere siempre la compañía del más inteligente de tus enemigos que la del más tonto de tus seguidores. Los primeros son combustible de cohete para tus columnas. Los segundos, limonada aguada. 

35. Sé elitista: adora a Oscar Wilde por encima de todas las cosas

"Un gentleman nunca ofende a nadie sin querer", decía Wilde. Una columna es un privilegio. Sé digno de él haciendo el mal y mejorando el mundo. 

Sergio Ramos, en rueda de prensa

La pena de Sergio Ramos

Anterior

Pactad, pactad, benditos

Siguiente