Juana Rivas secuestró a sus dos hijos y se negó a obedecer las órdenes de los jueces que le obligaban a devolverlos a su padre. Utilizada por activistas y jaleada por Unidas Podemos y Susana Díaz, la madre granadina menospreció públicamente a la Justicia y utilizó a sus hijos como arma vicaria. Sus víctimas son los dos menores.

Estos son los hechos que fueron indultados ayer por el Gobierno. El Ejecutivo ha aplicado un indulto parcial que ha dejado en sólo un año y tres meses la pena original de dos años y medio impuesta por el Tribunal Supremo. Que la pena sea inferior a dos años permite que la ejecución quede en suspenso y que Rivas pueda salir de la cárcel. 

El indulto del Gobierno anula también la inhabilitación especial de seis años a la que fue condenada Rivas, la sustituye por 180 días de trabajos en beneficio de la comunidad y abre la puerta a la recuperación de la patria potestad de sus dos hijos. 

Un pésimo mensaje

Juana Rivas ha sido indultada por motivos exclusivamente ideológicos. Prueba de ello son las palabras de Irene Montero, que apenas tardó unas horas tras conocer la noticia del indulto en volver a acusar al padre de los niños de maltratador: "Es un acto de justicia y reparación y el cierre de una brecha entre la legislación sin perspectiva de género y una madre que protegió a sus hijos de la violencia machista". 

Con este indulto, el Gobierno lanza un mal mensaje a los españoles. El de que aquellos delitos mediáticos que encajen en la narrativa de los sectores más ideologizados del Gobierno podrán ser perdonados aunque pese sobre ellos una sentencia del Tribunal Supremo.

Recordemos que Juana Rivas fue condenada originalmente a cinco años de prisión y que la decisión del Supremo de rebajar la condena a dos años y medio se basó en criterios estrictamente técnicos, no de un cambio en la calificación del delito

El interés superior

Resulta irónico que el indulto haya sido concedido por el Gobierno "teniendo en cuenta razones de justicia y equidad, atendiendo fundamentalmente al interés superior de los menores". Es decir: el Gobierno ha indultado a Juana Rivas atendiendo al interés de las dos víctimas de su delito.  

El indulto se produce además después de que el Tribunal Supremo se pronunciara de forma clara contra el indulto total y se dividiera al 50% respecto a la posibilidad del indulto parcial. La Fiscalía se mostró en favor del indulto parcial, pero sólo hasta los dos años. El Gobierno lo ha rebajado más aún, hasta el año y tres meses. 

Juana Rivas ha recibido un trato privilegiado por parte del Gobierno. La madre granadina no sólo no se ha arrepentido de los delitos cometidos, sino que ha dicho que volvería a hacerlo, como esos líderes del procés que fueron también indultados en contra del más elemental sentido de la justicia.

Rivas, además, acumula varios expedientes disciplinarios de la prisión en la que cumplía condena, el CIS Matilde Cantos de Granada, por su "comportamiento problemático". 

Rivas no debería haber sido indultada. Su caso es un claro ejemplo del daño que puede hacer a algunas causas justas la utilización de casos mediáticos por parte de los partidos populistas. Las víctimas de la decisión del Gobierno podrían ser sus hijos.