La renovación del órgano de gobierno de los jueces y la moción de censura de Vox, que han de resolverse esta semana, dan a Pedro Sánchez y a Pablo Casado la oportunidad de reconciliarse con la moderación, que es lo que más conviene a sus partidos y a España. Baste apuntar que en el ambiente de tensión política que vive el país, son los extremos los que crecen, como así refleja la encuesta de intención de voto que hoy publica EL ESPAÑOL.

El PSOE debe retirar cuanto antes la propuesta de reforma de la Ley del Poder Judicial que presentó el martes pasado junto a Podemos. Es una artimaña que no sólo supone excluir al principal partido de la oposición de un proceso crucial de nuestra Democracia, sino que choca contra la Constitución, como vienen advirtiendo destacados juristas. Hoy mismo lo hace con una tribuna en nuestras páginas el magistrado del Tribunal Supremo José Luis Requero.

Una oportunidad

La iniciativa de PSOE y Podemos se concretó, además, por las bravas, sorteando los informes consultivos del propio Consejo General del Poder Judicial, del Consejo Fiscal y del Consejo de Estado. Por eso, el PP va a solicitar ahora que sea el Congreso de los Diputados el que pida al CGPJ su informe, poniendo al PSOE aún más contra las cuerdas de lo que ya lo está por su propio traspié.

Los populares, por su parte, tienen otro tablero ante sí. Siguen deshojando la margarita de si se abstendrán o votarán en contra de la moción de censura que Santiago Abascal presenta contra Sánchez. Es una oportunidad para que Casado demuestre si apuesta por un partido de centro o prefiere ser condescendiente con la derecha radical.

Coste político

A Sánchez y a Casado les toca así retratarse en asuntos que están teniendo un coste político para ambos. El líder socialista se equivocó con su órdago al PP dándole una patada a la Justicia, como el líder de la oposición se ha enredado en una extraña y prolongada indefinición en relación a la moción de Vox.

Todo esto, la misma semana en la que España llegará al millón de infectados por coronavirus, y con perspectivas nada halagüeñas para el invierno. Esa debe ser la prioridad, y podrá atenderse mejor desde la estabilidad política y la mesura.