Tras una nueva jornada de enredo en el Gobierno, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pregonaba a última hora de este martes que sí, que los menores de 14 años podrán dar paseos a partir del domingo.

La cosa no tendría mayor trascendencia si no fuera porque, pese a que el sábado ya había anunciado esa medida el propio Pedro Sánchez -con una ligera variante, pues los concernidos eran los niños de hasta 12 años-, la ministra portavoz descartaba al mediodía de este martes una relajación en las medidas de confinamiento de los pequeños.

La secuencia

Sólo hay que atenerse a la secuencia de los hechos para comprobar el caos en el que se ha instado el Gobierno. Seis horas antes del anuncio de Illa, María Jesús Montero circunscribía las salidas de los menores a los escenarios que ya contempla el actual estado de alarma: acompañar a sus padres a la compra, a la farmacia o al banco. Y se reafirmaba una y otra vez en ello, pese a las múltiples preguntas de los periodistas, que no entendían el cambio de criterio en tres días.

Al desconcierto general había contribuido la ministra Isabel Celaá, que a primera hora de la mañana había confirmado que habría permiso para "paseos cortos" de los niños.

La gestión

Para redondear este homenaje a la confusión, unos minutos antes de la comparecencia pública de Illa, Pablo Echenique pedía ante las cámaras una "rectificación" al Gobierno -como si Podemos no formara parte del mismo- y recordaba que la Dirección de los Derechos de Infancia es competencia del vicepresidente segundo.

Dicho y hecho. Pablo Iglesias cantaba victoria inmediatamente en las redes sociales. Había vuelto a torcer el pulso a un ministro del PSOE. Que a Illa le había pillado esto con el pie cambiado lo demuestra que fuera incapaz de concretar un solo detalle de cómo serán esos minutos de respiro para los menores.

El hecho de que el Gobierno asuma, una vez más, las tesis del vicepresidente Iglesias contribuye a consolidar la idea de que Sánchez es rehén de Podemos y que los populistas controlan realmente la gestión de la crisis. Después de episodios como éste, ¿cómo va a extrañar que haya informes que dicen que España es el país del mundo que peor ha gestionadola epidemia del coronavirus?