Entre las 370 medidas de Pedro Sánchez para lo que defienden como un programa común progresista con el que neutralizar a Podemos, hay una que ha causado una gran polémica. El PSOE regalará la matrícula del primer año en carreras de Ciencias y Tecnología a las mujeres con objeto de paliar la escasez femenina en determinadas áreas de conocimiento.

La discutida iniciativa se implementaría regalando la matrícula en aquellas carreras donde la cuota de mujeres estudiantes sea menor a un 30 %. Además, hay que tener en cuenta otras bonificaciones que no se detallan pero que podrían incluir becas para estudios de grado o de postgrado que serían concedidas, únicamente, por razón de sexo.

Oportunismo

Según las estadísticas, esta controvertida ocurrencia de Pedro Sánchez afectaría de lleno a los estudios universitarios en las que el alumnado es eminentemente masculino. Especialmente a los de Informática, donde, según la última cifra arrojada por el Ministerio de Educación, un 87,9% de sus matriculados son varones. 

Esta propuesta socialista tiene un sesgo paternalista innegable, y condiciona que las inclinaciones académicas no se promocionen por intereses de Estado -como la potenciación de aquellas ramas que puedan incidir en los sectores que más aportan al PIB nacional- sino por mero oportunismo. Por ello, es conveniente poner la oración en pasiva. Es decir, en ponerse en la piel de los chicos que estudian carreras que tradicionalmente han cursado mujeres y que entienden, con razón, que esta medida les discrimina porque ellos carecen de cualquier ayuda. 

Educación

EL ESPAÑOL detalla hoy algunos de estos casos que vienen a confirmar lo desastroso de esta proposición. Hasta el punto de que por el mero afán de desarrollar una ingeniería social a cuenta de los contribuyentes se frustren vocaciones en las familias con menos recursos, y haya casos en los que las chicas tengan que renunciar a sus sueños e inclinarse por cursar carreras de Ciencias o ingenierías para obtener un título universitario. Y eso por no mencionar que se dilapidan los requisitos de esfuerzo y de auxilio que son exigibles a cualquier beca.

Es sintomático que algo tan sensible para el futuro de un país como la Educación Superior se despache con golpes de efecto tan poco sopesados como éste. Hacen bien desde el feminismo constructivo y desde el sentido común en afearle a Sánchez su voluntad -pagada por todos- de crearle a la sociedad sus itinerarios universitarios con regalos como éste.