El juicio por el caso Gürtel primera época (99-05) ha quedado visto para sentencia después de 125 sesiones para el recuerdo. El desarrollo de la causa ha deparado algunos momentos hilarantes, por absurdos, junto a otros no menos esperpénticos y terribles por su trascendencia política.

Entre los momentos cómicos hay que destacar el alegato final de Francisco Correa, en el que ha pedido el indulto del mismo juez que inició la instrucción del caso y ordenó su procesamiento y su primer ingreso en prisión: Baltasar Garzón. Entre los trascendentales habría que inscribir el desfile de altos cargos políticos para declarar como investigados o en calidad de testigos, y muy particularmente la comparecencia de Mariano Rajoy y el resto de la cúpula del PP durante los años investigados.

Financiación irregular

Las declaraciones del presidente del Gobierno, de Álvarez-Cascos, Arenas, Acebes, Mayor Oreja, Ana Mato, Cospedal y Luis Bárcenas, y de algunos de los más importantes empresarios del país, han ilustrado hasta qué punto la trama Gürtel está vinculada al PP y a la expansión del poder territorial del partido durante el quinquenio investigado.

De hecho, ha quedado sobradamente acreditada la existencia en Génova de una doble contabilidad y de una caja b a la que iban a parar donaciones de destacados adjudicatarios de obra pública. También que el partido del Gobierno se lucró de los regalos de la banda de Correa y que en Génova se pagaba en sobres. La apertura del juicio oral contra el PP por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas es asimismo un indicio de que el partido del Gobierno no ha sido nada colaborativo en el esclarecimiento de los hechos investigados.

Perjuicio para la democracia

Más allá de las consecuencias penales que se dictaminen, el perjuicio que estas revelaciones han causado ya a la imagen de la clase política y a la credibilidad de nuestra democracia es enorme. De ahí que la fiscal del caso, Concepción Sabadell, haya advertido que “el daño a la sociedad será difícilmente reparable”.

No es para menos cuando, entre otros motivos de escándalo, los ciudadanos han visto al presidente del Gobierno mentir en cuatro ocasiones. Cuando en febrero de 2013 aseguró en un Comité Ejecutivo del PP que era “total y radicalmente falso” que su partido se hubiera financiado irregularmente y la existencia de sobresueldos opacos. Cuando en agosto de ese mismo año aseguró en el Congreso que en el momento de ser nombrado presidente “Bárcenas ya no estaba en el partido”. Cuando en mayo de 2014 dijo en la Cadena Ser que escribió un SMS de apoyo a Bárcenas -“Luis, lo entiendo. Sé fuerte”- porque desconocía que amasaba una fortuna en Suiza. Y cuando, ante el juez, mantuvo que era totalmente ajeno a la gestión económica de las campañas electorales que él mismo dirigió en los años 94 (europeas), 95 (municipales), 96 y 2000 (generales).

Cataluña ha 'salvado´a Rajoy

Huelga decir que de no ser porque el desafío secesionista lleva meses velando el resto de la actualidad política, la imagen del PP y del propio Rajoy estarían hoy en la picota. A expensas de conocer el contenido del fallo, qué duda cabe que si los hechos descritos por las acusaciones quedan probados se habrá acreditado judicialmente que Rajoy ha faltado a la verdad.