El golpe asestado por Puigdemont en Cataluña, agravado por la ausencia de respuesta de Rajoy, está generando incertidumbre y frustración en la sociedad española. Esta situación ha dado lugar a una espontánea reacción cívica cuya envergadura condiciona ya la evolución de esta crisis de Estado.

En España está cuajando una auténtica declaración de guerra económica a Puigdemont y su Govern por parte de los ciudadanos, a la que no pueden sustraerse las empresas, las agencias de calificación de riesgo, la Bolsa y las principales entidades financieras de Cataluña.

Son muy elocuentes, a este respecto, unas manifestaciones del consejero catalán de Empresa, Santi Vila, en las que pide prudencia y que se suspenda la declaración unilateral de independencia. En un artículo publicado en Ara,  Vila advierte de las consecuencias económicas que eso tendría para Cataluña "que constato que comenzamos a notar".

CaixaBank y Banco Sabadell

Una consecuencia de este fenómeno de guerra económica que ha empezado a producirse podría ser la salida de CaixaBank de Cataluña, siguiendo así el paso dado por el Banco Sabadell, que acaba de aprobar el traslado de su sede central a Alicante. La decisión se tomará este viernes. Los cambios de sede vienen provocados por el escenario de caos, inseguridad jurídica y alarma que está causando el desafío separatista, y pretenden trasladar un mensaje de tranquilidad a los ahorradores.

Huelga decir que la patria de los bancos son sus clientes y accionistas. Y basta reparar en la evolución de la Bolsa en los últimos días para comprobar cómo se han revalorizado las acciones de ambas entidades tras conocerse que estudiaban un cambio de domicilio. Banco Sabadell y CaixaBank están tomando las decisiones que consideran oportunas para proteger a sus clientes del aventurerismo de Puigdemont.

El caso Oryzon

La fuga de empresas de Cataluña por temor al soberanismo no ha parado de crecer desde que el procés monopolizó la acción política del Govern, como vienen denunciando los empresarios. La más sonada de entre las últimas ha sido Oryzon Genomics. El caso de esta sociedad biofarmacéutica es ilustrativo de cuál puede ser el coste de la secesión en términos de prosperidad, pues hasta ahora la Ciudad Condal era candidata a albergar la Agencia Europea del Medicamento.

Ante la situación generada, Luis de Guindos llevará este viernes al Consejo de Ministros un decreto para acortar los plazos a la hora de cambiar el domicilio social de las empresas, lo que, en un escenario de ruptura, comprometería lógicamente la fortaleza actual del tejido empresarial catalán.

Guerra económica a Puigdemont

Pero lo más significativo es que, cada vez más ciudadanos, a la hora de tomar decisiones que afectan a su economía doméstica, le declaran la guerra a Puigdemont. Y hay que tener presente que el 40% de las exportaciones catalanas tienen como destino España y otro 40% Europa, y que las autoridades independentistas las están poniendo en riesgo.

Hay una oleada creciente de indignación, que empezó con tímidos gestos de protesta y reafirmación, como colocar banderas españolas en ventanas y balcones. Es normal que los ciudadanos adviertan en el independentismo una afrenta a su sentido patriótico y se pregunten, como John F. Kennedy instó a hacer a los estadounidenses, qué pueden hacer por su país. Sin embargo, esa reacción cívica debe ceñirse a decisiones reversibles para evitar que todos los catalanes acaben pagando los platos rotos por sus malos gobernantes.